Alejandro Foxley pide a García destituir a Donayre

Alejandro Foxley, canciller chileno, manifestó que Chile espera que el Presidente de la República, Alan García, destituya al Comandante General del Ejército Peruano, Edwin Donayre, pedido que ejecuta viendo la actitud servil de García.


 

Vemos que Foxley se siente seguro del trabajo de reclutamiento de ciertos sirvientes, como los apristas, que realiza Chile en el Perú, por eso publica su exigencia como si se tratase de del pedido de una potencia a su títere. Si hubiese un gobierno digno en el Perú no se atrevería, por ello Foxley quiere seguir probando a sus sirvientes apristas incurriendo en una grotesca injerencia en asuntos internos del Perú.

Pese a que el gobierno aprista, haciendo caso de una vulgar grabación clandestina, solicitó a Donayre disculparse, humillante pedido que éste ya cumplió, escarneciendo a un general peruano obligándolo a firmar una carta que da satisfacciones al enemigo, el delirio del gobierno chileno va más allá: sólo quedarán satisfechos con la destitución de Donayre, no obstante conocerse que la fecha de su retiro estaba desde hace tiempo prevista para el 5 de diciembre de este año.

Una vez más se advierte no sólo el caótico, grosero y esquizofrénico comportamiento del gobierno chileno, que amparándose en una delincuencial grabación protestó y después manifestó sentirse satisfecho con las declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores peruano, José Antonio García Belaúnde, quien censuró las palabras de Donayre. Ahora dicen no estar satisfechos, están con delirios de gran potencia.

Como se sabe, Donayre, en una reunión social, hablando en el contexto del problema limítrofe con Chile, había señalado: "He dado la consigna que chileno que entra [en el Perú, en son de guerra, se entiende] ya no sale, saldrá en cajón. Si no hay suficientes cajones, saldrán en bolsas de plástico".

Si un militar, ya sea peruano, chileno, estadounidense, chino, africano o ruso no va a repeler una invasión militar extranjera ultimando a los enemigos, ese militar sería ejecutado por traición en cualquier lugar, entonces, ¿por qué tanto alboroto de callejón si al fin y al cabo, aunque no hubiese sido broma Donayre habló sobre lo que era su deber?

Donayre podrá tener todos los cuestionamientos y nadie pone las manos al fuego por él, ni por su comportamiento poco serio. No obstante, pese a lo malo que pueda ser, es la institución militar la que debe ser respetada, encarnada en el cargo del Comandante General del Ejército, por eso ya era una aberración solicitar a Donayre que se disculpe ante el enemigo, pero no se contenta con eso el gobierno de Chile, país delincuente.

“Nosotros hemos dado por superado el incidente en la medida en que se lleve adelante lo que el presidente Alan García dijo, que este general que hizo las declaraciones que fueron realmente inaceptables para Chile, en la medida que se cumpla lo que se dijo, es decir, que este señor pase a retiro y eso todavía no ha ocurrido, así que estamos esperando a que ocurra”, dijo el canciller en declaraciones publicadas en El Mercurio.

Foxley indicó que su histérica presidenta Michelle Bachelet aceptó las explicaciones de su par peruano “en el entendido de que este señor (Donayre) se iba”. “Estamos a la espera de que el gobierno de Perú cumpla con lo que se dijo, que es que ese general va a ser retirado como Comandante en Jefe del Ejército”, remarcó.

El ministro de Defensa, Antero Flores Aráoz, ya aclaró que no destituirán a Donayre por presión extranjera.

Vamos chilenos, el gobierno peruano no está destituyendo a Donayre a pedido del gobierno chileno, corten las relaciones comerciales y diplomáticas, que no necesitamos de sus mafiosas empresas ni de sus espías en nuestra tierra, ¿por qué no se van?

En el Perú, la presencia de las inversiones chilenas es más conocida por casos como el de Lucchetti, que entró a besar los pies de Vladimiro Montesinos en la salita del SIN, para pagar una coima millonaria a cambio de favores “especiales” del gobierno.

No son lo suficientemente valientes como para entrar a competir con las empresas peruanas de igual a igual, sino que tienen que ampararse cobardemente en mafiosos para que les den ventaja.

Estaremos viendo a ver si son lo suficientemente valientes para cortar sus relaciones comerciales y diplomáticas. Chilenos en el Perú, ¡no los necesitamos! ¡Son ustedes los que necesitan de nosotros porque su país es miserable en recursos naturales y recursos humanos: son gente degenerada por la apología del delito contra el Perú!