Presidente anula nombramiento de impostora Ingrid Suárez como contralora


Hasta último minuto Suárez se resistió a declinar del nombramiento


El Presidente de la República anunció la anulación del nombramiento de Ingrid Suárez en el cargo de contralora y calificó como temeraria la actitud de Suárez de presentar documentos sin fundamento que desacreditan la buena fe de las personas.


"No se puede inventar circunstancias y títulos que no se tienen y mucho menos aspirar a ser contralor. He dirigido una carta al Congreso devolviendo la resolución legislativa que aprobó su nombramiento y pidiendo que quede sin efecto ese nombramiento", informó el mandatario a la prensa.

"Después de tantas dudas y  contradicciones respecto de un documento sobre supuestos estudios en España como alumna libre. Ha sido algo temerario, incorporar documentos sin fundamentos es algo temerario", agregó García Pérez.

Suárez Velarde había presentado certificados de la Escuela Politecnica Superior de Ingeniería de Gijón, la Universidad de Oviedo y la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial de Gijón, pero después del escándalo admitió que estos estudios fueron como alumna libre, por tanto, carecen de valor oficial.

Como se sabe, en todo el mundo los cursos que llevan los alumnos libres sólo sirven para conocimiento del estudiante, pero no otorgan ningún título.

En cuanto a los estudios en Berkeley, aunque no se tiene la confirmación, se trataría sólo de un curso ¡de una semana!

Hasta último momento Ingrid Suárez se aferró a su nombramiento y pese a las pruebas que la desenmascararon fue incapaz de declinar, lo cual parece indicar que aprendió a la perfección la lección básica de Escrivá de Balaguer al Opus Dei, de la “santa desvergüenza”, por algo fue recomendada por el opusdeísta Rafael Rey (ver: La estafa de Ingrid Suárez y las planillas doradas del PNUD y Rafael Rey: Ley 29198 y la “santa desvergüenza”).

El Presidente García Pérez por primera vez aclara su posición sobre el cuestionado nombramiento de Suárez, pero no explicó si honrará su palabra, que ofreció que sea la oposición la que nombre a la contralora.

El mandatario tampoco se ha pronunciado sobre la solicitud de la ex contralora Luz Áurea Sáenz, quien fue destituida por la dictadura fujimontesinista faltando dos años para concluir los siete del cargo, pero, a diferencia de los magistrados del Tribunal Constitucional, los cuales no necesitaron juicio para regresar al cargo, a ella no se le reconoció la reposición en el cargo, por lo que presentó una demanda. Sáenz también se presentó al concurso, pero la comisión la descartó.

Por su parte, el presidente del Congreso, Javier Velásquez Quesquén, no quiso reconocer ante la prensa la actuación de los congresistas de su partido, los cuales, pese a las denuncias de los congresistas nacionalistas y del acciopopulista Yohny Lescano (que incluso demostraron, con el movimiento migratorio en mano, que Suárez no estuvo en España en las fechas que alegaba), persistieron en el nombramiento de la fraudulenta postulante.

Este escándalo protagonizado por la comisión Webb, acompañados de Cecilia Blondet, Beatriz Boza y el padre Gastón Garatea, muestra una vez más la clase de personajes que la población no ha elegido, pero que creen ser representantes de la ciudadanía por el sólo hecho de tener una ONG, como es el caso de Blondet, funcionaria de la ONG “Proética”, que tras este fracaso debería llamarse “proargolla”, “procorruptos” o “proimpostores”.