Durante su visita a la cita panamazónica en Puerto Maldonado, el Papa condenó el terrible saqueo de recursos de la selva, la trata de personas ena esclavitud, el abuso sexual y las esterilizaciones forzadas que en la selva también sufrieron las comunidades indígenas. Previamente los nativos tomaron por turnos la palabra para denunciar la grave situación a causa de la invasión de empresas codiciosas en sus territorios y pidieron a Francisco que los defienda.

Recordando las políticas depravadas del fujimorismo, Francisco dijo: “Es necesario alzar la voz a la presión que organismos internacionales hacen sobre ciertos países para que promuevan políticas de reproducción esterilizantes. Estas se ceban de una manera más incisiva en las poblaciones aborígenes”, sentenció y añadió: “Sabemos que se sigue promoviendo en ellas la esterilización de las mujeres, en ocasiones con desconocimiento de ellas mismas”.

El encuentro contó con la asistencia de nativos representantes de todos los países amazónicos y nativos peruanos asháninkas, wampís, awajunes, shipibos, entre otros. No querían perderse la oportunidad de ver al Papa también fieles de otras regiones del Perú y de Brasil y Bolivia.

“Quienes no habitamos estas tierras necesitamos de vuestra sabiduría y conocimiento para poder adentrarnos, sin destruir, el tesoro que encierra esta región. Probablemente los pueblos originarios amazónicos nunca hayan estado tan amenazados en sus territorios como lo están ahora. La Amazonía es tierra disputada desde varios frentes: por una parte, el neoextractivismo y la fuerte presión por grandes intereses económicos que apuntan su avidez sobre petróleo, gas, madera, oro, monocultivos agroindustriales”, señaló el Romano Pontífice.

Alertó sobre ciertas políticas que promueven la “conservación de la naturaleza sin tener en cuenta al ser humano y, en concreto, a ustedes hermanos amazónicos que habitan en ellas”. Esto, en alusión a lobos disfrazados de ecologistas que acaparan extensiones con el pretexto de realizar plantaciones, pero a su vez buscan expulsar de sus tierras a los nativos.

Reprobó que se ignore a los indígenas y se quiera desconocer su derecho a sus territorios: “Hemos de romper con el paradigma histórico que considera la Amazonía como una despensa inagotable de los Estados sin tener en cuenta a sus habitantes”, subrayó.

Previamente, habían tomado la palabra los nativos: Héctor Sueyo, harakbut; Yésica Patiachi, harakbut; y María Bermeo, awajún de Jaén. Todos los asistentes indígenas se encontraban en primeras filas, ataviados con plumas, variados vestidos, taparrabos, flechas y pinturas características en sus rostros o brazos. El presidente Kuczynski y su esposa se encontraban atrás.

“Si, para algunos, ustedes son considerados un obstáculo o un ‘estorbo’, en verdad, ustedes con su vida son un grito a la conciencia de un estilo de vida que no logra dimensionar los costes del mismo”, exclamó refiriéndose a los promotores de las inversiones como idolatría, sin consideraciones hacia los seres humanos y la naturaleza, como la argumentación del “Perro del Hortelano” de Alan García, que terminó provocando un enfrentamiento y decenas de muertes en Bagua.

Consecuentemente, rechazó que se considere “minorías” a los nativos, pues son “auténticos interlocutores”. “Los bosques son devastados por el vértigo de un progreso mal entendido. Los ríos que acogieron sus juegos y les regalaron comida hoy están enlodados, contaminados, muertos” Y los incitó a la acción: “Jóvenes, no se conformen con lo que está pasando. No renuncien al legado de sus abuelos, no renuncien a su vida ni a sus sueños”, exhortó Su Santidad.

“El mundo los necesita originales, como realmente son, no como imitaciones. Los necesitamos auténticos, jóvenes orgullosos de pertenecer a los pueblos amazónicos y que aportan a la humanidad una alternativa de vida verdadera”, manifestó.

“Poseen ustedes una riquísima pluralidad cultural cada vez más interactuante que constituye el alma de este pueblo. Alma marcada por valores ancestrales como son la hospitalidad, el aprecio por el otro, el respeto y gratitud con la madre tierra”, dijo.

La trata de personas

Abordó el delito de la trata de personas, que ha sembrado en Madre de Dios antros de esclavitud laboral y sexual, atizados por la complicidad o abandono de la Fiscalía, el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo y condenó “la trata de personas, la mano de obra esclava o el abuso sexual”.

Al igual que los nativos, condenó “los derrames de hidrocarburos que amenazan seriamente la vida de sus familias y contaminan su medio natural” y “la trata de personas, la mano de obra esclava o el abuso sexual

También visitó el albergue El Principito, obra de la Orden de Predicadores, dominicos, que cuidan de menores en abandono, los cuales ofrecieron vistosos números artísticos.

Citó su encíclica ambientalista Laudato si, y señaló: “la manera en la que estamos despojando a la tierra de los recursos naturales sin los cuales no es posible ninguna forma de vida”.  “A quienes ocupan algún cargo de responsabilidad, sea en el área que sea, los animo y exhorto a empeñarse para brindarle a su pueblo y a su tierra la seguridad que nace de sentir que Perú es un espacio de esperanza y oportunidad”.

En su visita al Instituto Jorge Basadre, Francisco cuestionó la “cultura sin madre que lo único que quiere es consumir. Y la tierra es tratada dentro de esta lógica. Los bosques, ríos y quebradas son usados, utilizados hasta el último recurso y luego dejados baldíos e inservibles”. “Las personas son tratadas también con esta lógica: son usadas hasta el cansancio y después dejadas como inservibles. El oro se puede convertir en un falso dios que exige sacrificios humanos”, advirtió en alusión a la depredación minera.

“Los falsos dioses, los ídolos de la avaricia, del dinero, del poder lo corrompen todo. Corrompen la persona y las instituciones, también destruyen el bosque. Jesús decía que hay demonios que, para expulsarlos, exigen mucha oración. Este es uno de ellos”, señaló.