Tras revelarse que el gobierno había entregado en calidad de concesión minera la Montaña de los Siete Colores, o Winicunca, el presidente Vizcarra declaró que es obligación preservar dicho lugar natural, sin embargo, su gestión estuvo a punto de destruir este sitio turístico.

"La montaña de Siete Colores, una importante área natural de conservación, será preservada. Es nuestro deber salvaguardar y proteger una bellísima creación de la naturaleza ubicada en el Cusco, Patrimonio Cultural de la Humanidad", escribió en Twitter.

Winicunca fue descubierta hace unos cinco años, cuando por el cambio climático el deshielo descubrió sus bellos colores y formas. Desde entonces, los lugareños han facilitado el acceso a los turistas (actualmente un millar por día), pero sin ninguna asesoría profesional del gobierno las autoridades locales están arriesgando la integridad del sitio.

En setiembre de 2017, un informe del Mincetur reconoció las deficiencias de la gestión turística local y subrayó que prevalece el interés económico, entendible tratándose de una zona pobre, pero el análisis se limita a aspectos administrativos secundarios y no a la preservación del lugar y hasta ahora nada hace el gobierno para ello.

Entre febrero y abril de este año se aprobaron los títulos de concesión minera en la zona, incluyendo Winicunca, pero la declaración del Presidente de preservar el cerro sólo la hizo después que la empresa minera declinara explotar el lugar, como si Vizcarra fuese un subordinado de la compañía Minquest Perú.

Otra omisión seria del Presidente es no mencionar al firmante (en abril 2018) de la concesión, la 042-2018-INGEMMET/PCD, Óscar Bernuy Verand, presidente de INGEMMET. ¿Qué va a hacer? ¿Lo va a destituir? ¿Lo va a premiar?

¿Por qué Winicunca no fue declarada zona protegida? ¿Cuántos años más tienen que pasar para ello? ¿Por qué al menos no hay una lista de lugares propuestos para su protección hasta que se formalice su reconocimiento? ¿Por qué se puede concesionar impunemente zonas turísticas o naturales que merecen protección y se las entrega para ser destruidas por la actividad minera?

En esta omisión también comparte culpa el Congreso, por no fiscalizar ni modificar la normatividad para que pueda agilizarse la real protección de zonas naturales o arqueológicas y se sancione las negligencias. Como siempre, más les interesa dedicarse al escándalo y a la manipulación política.

Abandono

Por reportajes de medios internacionales se conoce que Wnicunca se encuentra en abandono por parte del Estado:

  • Se ha trazado un camino inconveniente, que altera el paisaje
  • Un pantano donde se refugian ánades migrantes se ha convertido en una enorme playa de estacionamiento
  • No se ha capacitado a los campesinos para que brinden un adecuado servicio turístico a los visitantes, en concordancia con la protección del lugar
  • No se ha limitado las zonas donde los turistas no deben ingresar, de modo que la frágil belleza de la montaña puede ser dañada
  • En el colmo de la audacia, hay turistas que se atreven a volar en parapentes que son una amenaza para la conservación del lugar.

De continuar esta dejadez, Winicunca en el futuro podría llegar a ser sólo un recuerdo para ver en fotos.