El ego colosal de Evo Morales lo ha llevado a autoproclamerse “hermano mayor” en su visita al Perú, como si fuésemos discapacitados mentales que debemos acceder a sus propuestas trasnochadas que denotan un desmedido afán de protagonismo.

 

Evo Morales

 

El presidente Pedro Castillo está errando al dar cabida a la desenfadada presencia de Morales, a quien incluso lo sentó a participar de las ceremonias oficiales de asunción de mando junto con los verdaderos mandatarios de los países vecinos.

Además, hace unos días, Morales dijo que se reunió con Castillo, pero dicha reunión no figura en la agenda oficial, a la cual saltó después de visitar a  pintorescos dirigentes magisteriales  que lo invitaron.

Tras enquistarse en el poder en su país, Morales declaró a Boliva como un estado “plurinacional” y pretende llevar esa receta a los países vecinos, como si fuese impulsor de un pensamiento político superior.

Sería nefasto declarar al Perú un estado “plurinacional”, porque el Perú es una sola nación, un solo país. La división en varias “naciones” es una ideología de odio de agitadores como Morales, que deben ser rechazados.

A los peruanos nos enriquece la diversidad étnica, la diversidad de tonos de piel, de lenguas, costumbres, arte, donde conviven ricos, clase media, pobres y extremadamente pobres, con la tarea del Estado y de todos de reducir la brecha social para luchar contra la pobreza no con recetas extranjeras ideologizadas, sino con nuestros propios criterios de justicia y búsqueda del desarrollo y del bien común en nuestra propia realidad.

En cuanto a la política exterior, no tenemos por qué admitir dictados de países extranjeros como Bolivia. Nuestro país debe desenvolverse en el contexto internacional con criterios propios de defensa de sus intereses con firmeza, pero sin dejarse arrastrar por ideologías que ven imperialismo por todas partes.

Los imperios existen y no son sólo países, son todavía mucho más fuertes los imperios económicos y las alianzas que establezca el Perú deberán ser inteligentes y apuntar al desarrollo, no a ideologías de otros países.

El proyecto de Morales llamado América Plurinacional del Runasur no debe ser aceptado por el Perú. Castillo debe recordar que tiene baja aceptación y si ganó las elecciones fue mayoritariamente por el rechazo a Keiko Fujimori y a la corrupción que representa.

Finalmente, si se trata de asuntos bilaterales con Bolivia, es con su presidente actual con quien se deben tratar y no con Morales, quien habla de proyectos de desarrollo sin ser parte del gobierno boliviano.

 

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