El régimen de Dina Boluarte cada día se parece más a la época fujimontesinista y ahora el psicosocial del Ejecutivo sobre el policía “quemado vivo”, continúa desbaratándose en contradicciones. Fue todo un montaje.

 

Jose Luis Soncco Quispe

 

Como ya se había informado el 25 de febrero, la necropsia determinó que la muerte del suboficial (SO3) José Luis Soncco Quispe no fue a causa de quemaduras, sino por un objeto contundente que impactó en su cráneo.

Ahora, a medida que se profundizan las investigaciones fiscales, con versiones contradictorias de policías que estuvieron en el lugar, todo apunta a que Soncco, ya cadáver, fue llevado al lado de un patrullero, donde le prendieron fuego, con la finalidad de exaltar a la opinión pública sobre la supuesta naturaleza “salvaje y asesina” de los manifestantes.

Hasta el lugar de los hechos lleva a dicha sospecha porque el vehículo quemado se encontró en un lugar donde no hubo protesta, a cinco kilómetros al terminal aéreo, en una zona alejada.

El cadáver de Soncco fue encontrado la madrugada del martes 10 de enero de 2023 con el 70 % de su cuerpo calcinado al lado del patrullero PR-14648, en  Tambopata, Juliaca, Puno. Entonces el impresentable presidente del Consejo de Ministros salió a proclamar había sido quemado vivo dentro de su unidad móvil.

El único testigo de los momentos previos de la muerte de José Luis Soncco fue el SO3 Ronal Villasante Toque. Y el primero que supo lo que sucedido fue el teniente Anthony Herrera Choquehuanca, exjefe de la Unidad de Emergencia de Juliaca.

Dichos policías entraron en burdas contradicciones en torno a los detalles de la muerte.

El fiscal Adley Montes de Oca Budiel, que tiene a su cargo la investigación, dejó constancia que Anthony Greey Herrera Choquehuanca cortó intempestivamente la videoconferencia de su testimonio, en la audiencia del 7 de febrero, al evidenciarse una serie de contradicciones, informa La República.

Pese a las reiteradas llamadas que se le hizo a su número celular no volvió a responder.

El patrullero PR-14648, era conocido como “vehículo comando” porque estaba asignado a Anthony Herrera Choquehuanca, ahora exjefe de la Unidad de Emergencia de Juliaca, y solo se desplazaba para la supervisión de patrulleros de servicio en diferentes puntos de la ciudad.

Ese día en Juliaca estaba en protesta contra el Gobierno de Dina Boluarte y todos los policías estaban en sus comisarías y el aeropuerto.

El 9 de enero, la unidad policial estaba tripulada por el SO3 Ronal Villasante Toque (conductor) y como operadores estaban los suboficiales Esteban Barrientos Chayña y el fallecido José Soncco Quispe. Los tres estaban al mando de Anthony Herrera y el vehículo no se desplazaba sin orden previa del jefe.

Cerca de las 6 tarde, luego de que se confirmó la muerte de 17 personas, el vehículo policial se replegó a la Unidad de Emergencia de Juliaca, ubicada en el óvalo San Martín con la avenida Circunvalación.

El efectivo policial Ronald Villasante Toque, en su declaración ante sede fiscal, dijo que su colega Esteban Barrientos Chayña recibió una llamada del teniente Anthony Herrera Choquehuanca, quien le informó que debía replegarse a su base policial. Una vez en el lugar, el oficial le ordenó además que abandone la “Unidad Comando” y se mantuviera en el puesto. La orden se cumplió.

En su testimonio ante la Fiscalía, el efectivo Anthony Herrera aceptó que ordenó a Esteban Barrientos quedarse en el puesto porque tenía experiencia en desactivación de explosivos y que el repliegue fue para que el personal se abrigue. Negó orden alguna al respecto.

Sobre cómo la “Unidad Comando” terminó en el sector Tambopata, lugar del incendio y escenario de muerte de José Luis Soncco, tanto Villasante como el teniente dieron versiones diferentes.

Villasante Toque, manifiesta que llegaron a la zona porque el teniente les dijo que se dirigieran a las afueras de la Unidad de Emergencia. Él aceptó la orden con “el fin de resguardar mi integridad”, en razón de que en el óvalo San Martín había un grupo de entre 30 y 40 personas.

Herrera explicó que él no dispuso nada y más bien dijo que continúen con su patrullaje porque había presencia de manifestantes. Pero Villasante aseguró que en Tambopata no había unidad policial que supervisar y la zona tampoco estaba bajo su responsabilidad. Precisó que fue el fallecido José Luis Soncco quien le sugirió acudir a Tambopata por ser una zona supuestamente “tranquila”.

Villasante aduce que a su jefe le informó vía celular de su desplazamiento hacia Tambopata, lugar del ataque y posterior crimen de su colega José Luis Soncco.

Sin embargo, Herrera declaró que no se comunicó con el suboficial durante todo el día y que  sólo habló cuando Villasante le informó sobre lo sucedido.

Alguien miente

El patrullero PR-14648 fue atacado aproximadamente a las 11 y 30 de la noche por desconocidos a una cuadra del colegio San Martín, sobre la calle José Bernardo Alcedo, en Juliaca.

Desde el momento en que se alejaron de la Unidad de Emergencia hasta el momento que fueron apedreados, los policías estaban en inmediaciones del sector de Tambopata.

El suboficial y el teniente también se contradijeron sobre los hechos. Villasante Toque es el único sobreviviente y dio dos versiones distintas sobre los momentos previos a la muerte de José Luis Soncco. La primera diligencia fue el 12 de enero y la segunda, el 6 de febrero del 2023.

Primero Villasante aseguró que a las 11 y 30 de la noche hubo un cacerolazo y desde los techos de las casas les lanzaron piedras que destruyeron el parabrisas del patrullero. Al escapar, llegaron a un callejón sin salida y entre 80 a 90 personas les lanzaron piedras y maderas. Contó que bajó de la unidad con José Luis Soncco para apaciguar los ánimos de sus atacantes y mientras lo agredían perdió de vista a su compañero y que quedó inconsciente por un golpe.

En su segunda declaración, ratificó que fue atacado y tras perder el conocimiento despertó en una silla dentro de una casa. Lo apoyaban un grupo de cuatro personas. A uno de ellos le preguntó por su colega José Luis Soncco, y asegura que le respondieron que estaba bien. Villasante detalló que uno de los lo acompañaba, salió del ambiente [casa] y al regresar le aseguró que habían llegado uno de sus colegas [policías] y se lo habían llevado. “Yo me sentí más tranquilo”, precisó. Ninguna de las dos versiones concuerda entre sí.

¿Dónde se origina la mentira?

La noticia del policía “quemado vivo” no fue difundida por algún periodista ni por los manifestantes, ni siquiera por la Policía. Fue dada a conocer por primera vez por el ministro Otárola. ¿Tiene Otárola una nueva “salita del SIN” donde cocinan estas historias escabrosas?


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