Hemos visto semanas en que las inundaciones en el norte estuvieron en un punto crítico, fue notable la constatación de la incapacidad de la ministra de Vivienda Hania Pérez de Cuellar, hecho minimizado o pasado por alto por la gran prensa.

 

hania perez de cuellar

 

Cada vez que era abordada por la prensa, era evidente su falta de formación profesional, pues ni siquiera podía responder con argumentos razonables, coherentes y sostenidos, sino con frases tipo consigna y hasta evadiendo las preguntas, sobre todo aquellas referidas a las acciones para evitar o mitigar los efectos de dichos fenómenos con obras. Pero ella está acostumbrada a no responder en entrevistas, pues los mermeleros le perdonan estas evasiones y no repreguntan.

Así, interrogada por la acción del gobierno ante las inundaciones, lo único que era capaz de responder era que se llevó bombas a tal y cual lugar, teniendo a la mano el número de bombas dado de antemano por sus burócratas y el volumen de agua succionada, que podía llenar un estadio, según repetía una y otra vez. Bomba, bomba y bomba, no había otra cosa en su cabeza, lo cual es un ejemplo del daño que hace a la ciudadanía el nombramiento de incapaces, sólo por ser recomendados de alguien.

Pero las bombas de la ministra se ocuparon sólo de ciertos sectores y se dejó a otros inundados. Coincidentemente, el azote del dengue se registra con mayor fuerza en las zonas del norte donde la ministra no llevó las bombas, lo cual dio lugar a la proliferación descontrolada del zancudo Aedes ægypty. La ministra y el gabinete de Dina Boluarte no se ocuparon de subrayar la alerta en zonas que no pudieron ser desinundadas. Por ejemplo, en el distrito La Esperanza, Trujillo, no se bombeó como debe ser el agua de la inundación y tampoco se fumigó, por lo cual, ante el flagelo del dengue, los vecinos deben pagar para fumigar.

Sus insulsas visitas realizadas en condición de autoridad, en el interior del país, hasta han sido objeto de pedradas de gente enardecida, algo no justificable, pero que fue atizado por su incompetencia.

Es lamentable que una ministra se limite a responder como si fuera un bombero, sin ningún atisbo de capacidad de planificación ni criterios que deberán seguirse para la prevención de desastres. Al fin y al cabo, más no se le puede pedir a esta señora por su falta de formación profesional.

El comportamiento de dicha autoridad va más acorde con el de un pillo que ve la oportunidad de obtener provecho de algo, pues no se sabe con qué artes (de corrupción o de influencia por su célebre abuelo) consiguió que la Sunedu le valide estudios de bachillerato de sólo un año nueve meses, cuando para obtener dicho título la mayoría lo hace con cinco años.

Hania Pérez de Cuéllar defiende sus estudios de Ciencias Políticas, Económicas y Estudios Sociales reconocidos en la Sunedu, pero ni siquiera llegan a dos años y fueron realizados en una universidad francesa Pierre Mendès, cuyo portal no funciona. También es conocida como Universidad de Grenoble II, y su  nivel, más que nivel universitario, se asemeja a uno superior técnico.

Adicionalmente, la Sunedu le reconoció un grado de magíster en Desarrollo Económico y Social por la Universidad de Panthéon La Sorbona Francia, pero no se entiende por qué una persona que no tiene grado de bachiller mínimo de cuatro años de estudio ni el equivalente a licenciatura en el Perú puede estudiar una maestría. La Panthéon Sorbonne no es la Universidad de la Sorbona, pues mientras que ésta figura en un puesto 40, en promedio, entre las primeras del mundo, la Panthéon figura entre el 600 y 800, es decir, ni siquiera lo admitido por la Sunedu, que exige un puesto internacional máximo de 500. Cualquiera se impresiona con el nombre La Sorbona, pero no así; es OTRA universidad. Parece que le dieron ese nombre para confundir en otros países a quienes no conocen las universidades de Francia.

La nueva ministra sin embargo dice ser licenciada en Ciencias Políticas, Económicas y Estudios Sociales por la Universidad Pierre Mendès France y magíster en Desarrollo Económico y Social por la Universidad de La Sorbona Francia. Pero es la Panthéon, no La Sorbona.

Por sus amistades fue colocada en la presidencia ejecutiva del Indecopi, pese a que su formación nada tiene que hacer con esa institución.

Payasa de Nadine Heredia

Hania Pérez de Cuéllar fue uno de los payasos que contrató Nadine Heredia para despilfarrar el dinero de los peruanos en planilla dorada en Palacio de Gobierno, donde no hizo nada bueno más que figuración, donde Heredia  se inmiscuyó en las funciones de los ministerios de la Mujer, Inclusión y hasta Salud.

“Su trabajo consistía en aconsejarla en estilo y moda, por lo que cobraba un jugoso sueldo, según publicaciones de la época”, recuerda La Primera. Pero como es nieta del famoso Javier Pérez de Cuéllar, nadie criticó esta argolla y amiguismo. Ni en eso fue buena, Nadine Heredia usaba vestidos horrorosos y criticados.

En resumen, Hania Pérez de Cuéllar tenía cero calificaciones para dirigir el Indecopi, fue un parásito dorado más de la administración pública.

El único título que tiene registrado en la Sunedu es de técnico, de un año y nueve meses de duración. Además, tiene un diplomado, sin precisar qué tiempo tomaron esos estudios. Como se sabe, hay diplomados desde pocos días de duración.

Sólo hay esto en la Sunedu sobre estudios registrados de Hania Pérez de Cuellar:

 

titulo Hania pd c