El legislador fujimorista Hernando Guerra García, vicepresidente del congreso, pereció súbitamente a los 60 años de edad, posiblemente por un mal cardiaco, tras desvanecerse en una reunión en Arequipa, a donde había viajado para asistir a la Convención Minera Perumin 2023.

 

Fernando Guerra Garcia

El parlamentario se encontraba esta madrugada en una reunión en la vivienda del señor Antonio Grovas Fernández en el km 152 de la carretera costanera, cuando se desmayó sin que pudieran reanimarlo, por lo cual fue conducido al Centro de Salud de Punta de Bombón de inmediato, dice el informe oficial de la Policía Nacional, según RPP.

En el Centro de Salud de Punta de Bombón no había médico de turno, situación que es muy común en muchos centros de salud y postas médicas en el Perú, mantenidas en estado de semiabandono. No hay turnos fuera del horario general, como si una emergencia tuviese horario fijo para presentarse.

En vista de la ausencia de un galeno, el congresista de Fuerza Popular fue llevado al Hospital Manuel Torres Muñoz de EsSalud, en el distrito de Mollendo, provincia de Islay, donde llegó cadáver.

A dicho nosocomio llegaron agentes de la Policía Nacional y representes del Ministerio Público, para realizar las diligencias de ley, para determinar las causas de la muerte del legislador.

Seguro privado millonario y muere igual que un indigente

El Congreso de la República derrocha para mantener privilegios como un seguro privado de salud de costo millonario a cuyo valor total no se ha podido acceder en su totalidad. adicionalmente, gastaron en un centro de salud exclusivo para el Congreso en su sede del centro de Lima.

Así los parlamentarios no sienten y se olvidan del padecimiento de millones de peruanos por la falta de un servicio adecuado de salud, no les interesa porque ellos son bien atendidos. Esto habría costado la vida de Guerra García. De nada sirvió este derroche. A la hora de una emergencia, murió con la misma calidad de atención que le habrían  brindado a un indigente.

Se debe poner fin a los seguros privados para el Estado

Los trabajadores o funcionarios, si desean atención privada adicional a la que puedan obtener de una EPS, deberían pagar dichos seguros con su dinero, no tiene por qué ser abonado por el Estado.

En el caso del Congreso, en algunas oportunidades se denunció aprovechamiento grotesco de estos seguros, como su uso para cirugía estética.