Ex oficial de Marina de Chile trató de entrenar a personal de institutos armados


Los chilenos no pueden con su obsesión por el Perú. El ministerio de Defensa peruano puso al descubierto  un intento de infiltración de militares chilenos nada menos que en el corazón de nuestras Fuerzas Armadas.


El diario La Razón informa hoy:

Defensa frustra operación de infiltración militar chilena al corazón de las FFAA

Ex oficial de Marina mapocha trató de entrenar a personal de institutos armados
UNIDAD DE INVESTIGACIÓN


Este miércoles varias redacciones de diarios locales recibieron un email supuestamente revelador de que la empresa israelí Global CST, contratada por el gobierno peruano para entrenar y capacitar a personal del Ministerio de Defensa, estaba involucrada en la masacre de 1,200 personas en Guinea. La comunicación dirigida sin duda a cuestionar la gestión del ministro de Defensa, Rafael Rey, que ha contratado a la citada empresa hace algunos meses, no era gratuita y ahora es posible revelar que se trata de la punta del iceberg de una abortada operación de inteligencia chilena dirigida a minar la seguridad nacional.

Según revelaciones de los servicios de inteligencia, a las que ha accedido nuestra Unidad de Investigación, se trata de un email cuyo remitente es el ex oficial de la Marina chilena, Mike Pizarro, nacionalizado estadounidense, pero nacido y de larga performance profesional militar en Chile, que funge como representante para América Latina de la empresa norteamericana Aguieus Strategic Advisory Services (ASAS), en calidad de director regional, la que por otra vía, regular y formal, había tratado de ser contratada en reemplazo de la empresa israelí.

La punta del hilo de la madeja de esta historia se remonta a mayo del 2009, cuando el gobierno peruano decidió celebrar un contrato por 10 millones de dólares con la empresa israelí Global CST, representada por el general Israel B. Ziv, para entrenar y capacitar personal del Ministerio de Defensa, en particular a las unidades militares encargadas de las operaciones en la zona del VRAE. La firma del contrato estuvo precedida de una campaña negativa de determinados medios de comunicación que objetaron, sin fundamento valedero, la nacionalidad de la empresa contratada.

Agente al descubierto


A pesar de que el contrato con la empresa Global GST se encontraba finiquitado, apareció hace poco en la escena la firma estadounidense Aguieus Strategic Advisory Services (ASAS), dedicada a la misma especialidad de la Global CST, cuyos directivos acreditaron como su representante a Mike Pizarro y solicitaron una reunión con el titular del sector Defensa, Rafael Rey, para exponerle su oferta, aparentemente más ventajosa que la de su empresa rival.

Como era de esperarse, las autoridades peruanas, al igual como lo hicieron con los representantes de la empresa Global CST, durante las negociaciones que celebraron, procedieron a realizar una investigación de inteligencia y descubrieron que Mike Pizarro, quien hasta ese momento aparecía acreditado como ciudadano estadounidense es un ex oficial de la Marina chilena. Incluso se averiguó que mantenía contactos con autoridades del gobierno chileno. Existe por ejemplo una foto de Pizarro en un desayuno en el que participó el entonces canciller mapocho Alejandro Foxley.

El titular del sector, Rafael Rey, procedió a manejar la situación con la prudencia y cautela que aconsejaba la situación y en la reunión convocada para escuchar la oferta de ASAS, les hizo saber de partida la imposibilidad de abrir una negociación porque el gobierno ya había celebrado un contrato con la empresa Global CST, que se encontraba aprobado y no había queja alguna por parte de ninguno de los contratantes.

Se frustra operación

La conversación del ministro Rey, acompañado de los integrantes de la alta dirección de su portafolio, con su interlocutor, que igualmente se hallaba acompañado de subalternos suyos, se realizó en términos corteses. En el curso de la conversación, el titular del sector Defensa les hizo saber que tenía entendido que el representante regional de ASAS era de nacionalidad chilena.

El aludido, como impulsado por un resorte, tomó la palabra y le dijo: “Yo soy Mike Pizarro”, y a continuación confirmó que era nacionalizado estadounidense, pero nacido en Chile, luego de lo cual el encuentro concluyó.

Todo habría quedado allí como una frustrada operación de inteligencia militar chilena de infiltrarse hasta el mismo corazón de las Fuerzas Armadas. Pero inmediatamente después surgió una campaña contra el acuerdo celebrado por el gobierno peruano con la empresa Global CST, mediante un email dirigido a determinados medios de comunicación locales, donde se presenta a la citada empresa como la responsable de haber entrenado a la guardia presidencial del dictador de Guinea, Moussa Camara, a la que se le atribuye haber masacrado a 157 civiles y mutilado a 1,200 personas opositores.

Promotor mediático

El email advierte que el general Ziv y su empresa se encuentran desde el 4 de enero del 2010 bajo una investigación formal de la División de Derechos Humanos de las NN.UU. y del propio gobierno de Israel.

Pero, sorpresa de sorpresas, el email ha sido repartido en todo Lima, aunque no al Ministerio de Defensa, lo que revela que el propósito es desatar una campaña mediática contra el titular del sector.

Aun cuando el email no ha llegado al despacho del ministro Rey, fuentes del Mindef aseguran que se procedió a investigar su veracidad y se ha comprobado, luego de haber cruzado información con diversas fuentes internacionales, que esa información carece de fundamento, porque oportunamente el gobierno israelí le prohibió a Global CST firmar contrato en el rubro de entrenamiento militar con el gobierno de Guinea y solo hacerlo en apoyo a proyectos sociales.
Sin embargo, las mismas fuentes señalaron que si se llegara a probar la denuncia, se procedería a cancelar el contrato.

La historia no concluye aquí. Según fuentes de Inteligencia, el remitente del citado email a los medios de comunicación sería nada menos que el propio Mike Pizarro. El escándalo de su participación en esta campaña mediática fue informado inmediatamente a la central de ASAS en los EEUU y esta ha procedido a separarlo de la empresa. En el argot de los servicios de inteligencia existe la frase “Espía quemado se bota, no vale nada”, y esto es lo que habría sucedido.