rosa maria palacios prensa mermelera

 La cancelación de la licencia a un canal opositor en Venezuela causó la condena al régimen chavista, pues todos desean la libertad de prensa. Más allá de las motivaciones y culpas, viendo el asunto desde el punto de vista de una nación, se trata de lucha de venezolanos por una cuota de poder, en este caso, el poder que ejerce la prensa. 

 

En el Perú la situación es muchísimo más grave, pues la pugna de intereses no es entre peruanos; lo que se está evidenciando es un lazo invisible, pero claro y directo, de la cancillería chilena en los contenidos de canales prochilenos como los canales 2, 4 y N.

El modus operandi es inocultable

Esta semana publicamos el análisis de lo sucedido al embajador Luis Solari (*), se trata de una burda manipulación de los intereses soberanos del Perú, para favorecer nada menos que al país usurpador y enemigo, Chile, en una materia tan grave como  la de nuestros límites, los hechos reproducen un esquema seguido estrictamente por la prensa chilena, que obviamente defiende la usurpación.
 
Pero no se trata de un caso aislado, sistemáticamente la prensa peruana está reproduciendo dictados de la prensa chilena. En un artículo reciente vimos que Rosa María Palacios (**) obedecía carnerilmente lo dictado por la televisión chilena, con el agravante de que ella es abogada y puso en duda la propiedad peruana sobre el triángulo que los rateros de Chile nos quieren arrebatar. Una abogada no puede ser tan ignorante, es un acto de felonía felicitado por los propietarios de su canal, perteneciente a la prochilena corporación de El Comercio.

Respecto del robo de ese triángulo tacneño, la televisión chilena dictaba que la marcha nacionalista a la frontera era un acto propiciado por Ollanta Humala para levantar su popularidad. Con todo desparpajo, este contenido fue reproducido por los sirvientes prochilenos de diversos medios peruanos. Es decir, llegan al colmo de tildar de aprovechamiento político a los actos de defensa de nuestra soberanía y de ejercicio de nuestro derecho constitucional de libre tránsito.

Las sirvientas televisivas
 
Entre lo más reprobable y más serio tenemos el caso de la televisión, pues son los principales medios de masas. Las frecuencias por otorgar son escasas y la legislación promulgada por la dictadura fujimontesinsta, que sometía a la prensa con torres de billetes, todavía está en vigencia. 

En nuestro país las empresas de televisión se atribuyen licencia eterna, no importa lo que transmitan: estupidez, morbo, violencia, mentira, traición, prácticamente no hay causales de cancelación de la licencia ni existe una defensoría del televidente.

 
No hay uso democrático de las frecuencias de televisión. ¿Acaso los universitarios, gremios, organizaciones civiles, etc., tienen un espacio para expresarse libremente en televisión? ¿Por qué las licencias no deberían incluir espacios obligatorios para uso ciudadano organizado?
 
Es necesario que todas estas gollerías sean revisadas pues hasta actúan traicionando los más altos intereses del país. Como dijo César Hildebrandt hace unos días, ¿a quién representan Baruch Ivcher, o Delgado Parker para acaparar frecuencias en nombre de todo el Perú? Los peruanos debemos ser representados en la televisión con voz y voto, ya es tiempo de revisar estas concesiones más que mafiosas.
 

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