La exprocuradora Delia Muñoz, en declaraciones para Con Nuestro Perú, lamentó que no se haya avanzado suficiente en la equidad de oportunidades para la mujer, tanto en el sector privado como en el público, que no pone en práctica políticas adecuadas y se relega a la mujer en el nombramiento de altos cargos.

—Por experiencia, ¿cuáles son los principales obstáculos para el desarrollo equitativo de la mujer en plano laboral, empresarial o político?

El principal obstáculo en general lo constituye el acceso a la educación, suponiendo, que, del universo de mujeres de que estamos hablando, cuenta con educación superior, ya las trabas van a ser diferentes. Por ejemplo, en mujeres con alto nivel profesional y con alta capacidad funcional, los obstáculos van a ser en primer lugar su juventud, porque van a pensar que va a tener familia, no va a poder dedicarse al trabajo como se espera o va a tener que responder a otras actividades que el hogar implica.

—¿Qué aspectos son necesarios incluir en la formación escolar para reducir el desequilibrio en las oportunidades para la mujer?

Hay un factor esencial, que es el tema de la autoestima y luego es el educar a las niñas enseñándoles que ellas pueden hacer absolutamente todo tipo de actividades. Uno ve que la educación formal es una educación muy limitativa y no permite a las niñas desarrollar todo el potencial que puedan tener. Me explico, un niño suele participar en actividades deportivas mucho más que una niña, y sobre todo suele participar más en competencias. A la niña se la suele relegar en general a la actividad de la familia porque se suele priorizar normalmente al hijo varón.

En el tema de la educación, la educación mixta o inclusiva, con personas que puedan tener todo tipo de problemas o discapacidades, también ayuda mucho a niños como a niñas a que desarrollen otros aspectos de su personalidad.

Uno de los grandes problemas en la educación de niñas en las zonas rurales, lo constituye el hecho de que la mayor deserción infantil se da en las jovencitas, cuando están comenzando los primeros años de secundaria, lo cual hace que se cierre el círculo de pobreza para ellas.

Normalmente las políticas de estado que se quieren implementar para permitir la inclusión de la mujer en áreas mucho más competitivas parten ya de la mujer adulta, pero olvidan que el gran problema se encuentra en los primeros años de la infancia y en la fase de la adolescencia, que es donde se va a sembrar el germen de la igualdad y el respeto por todo tipo de derechos.

—Es un error pensar que los escolares no pueden entender fundamentos básicos de derecho, de modo que puedan servirles de defensa en su vida futura y esto incluye que las niñas conozcan sus principales derechos, en lugar de propiciar una confusa y no muy clara ideología de género. ¿Está de acuerdo? ¿Cuáles serían los puntos más importantes que incluir?

“Hay un factor esencial, que es el tema de la autoestima y luego es el educar a las niñas enseñándoles que ellas pueden hacer absolutamente todo tipo de actividades.”,

Los niños en los últimos años vienen siendo educados con una clara conciencia de derechos y deberes y son los que van a reivindicar con mayor fuerza el tema de sus derechos. Lo hemos podido ver a través de las campañas de retirarse de fumar, donde los niños invocan el derecho a una vida sana.

Hay programas que se están trabajando en universidades como Harvard, donde desde una edad muy temprana, middle school, sería acabando la primaria, se les enseña técnicas de negociación y mediación para que aprendan a dirimir las diferencias que puedan tener. De esta manera se va trabajando desde muy temprano los conceptos de ciudadanía, los conceptos de derecho y los mecanismos que ellos puedan tener para defenderse.

Ahora, en el tema educativo, es el mejor momento en el estadio temprano poder llevar a los chicos a que conozcan sus obligaciones, sus deberes y también sus derechos, porque ya lo van a incorporar como una práctica de vida, no es que van a tener una dicotomía entre el aprestamiento y el conocimiento versus los comportamientos ciudadanos de carácter apropiado.

Estimo que una educación inclusiva, una educación igual entre niños y niñas, respetando las diferencias que puedan tener en algunos aspectos, es absolutamente necesaria. Creo que cuando hablamos de ideología de género le estamos dando un concepto que va más allá del tema que se busca, que es igualdad de oportunidades y no discriminación respetando las diferencias.

¿Qué cosa es lo que se debe hacer? Depende, porque el Perú es un país es pluricultural, en consecuencia, no tienes la posibilidad de implementar una única política de estado. Creo que se tienen que implementar diferentes tipos y formas de promover el tema del acceso a las niñas y la mejora educativa.

En el área rural, sobre todo en el trapecio andino, donde la deserción escolar de las jóvenes adolescentes es la más alta del Perú, allí, hay que evitar que ocurra esta deserción y ayudar a las familias a que puedan permitir que sus hijos vayan a atender las clases en los colegios correspondientes.

En las zonas de violencia o de postconflicto, por ejemplo, lo que es San Ignacio o Bambamarca en Cajamarca o la zona del VRAEM, las niñas viven una realidad completamente distinta, una realidad muy afectada por la violencia en la que han crecido, violencia que muchas veces se vuelve contra ellas y allí los sistemas educativos tienen que implementar políticas de prevención y de denuncia de los actos de violencia que vienen surgiendo. ¿Por qué digo esto? Porque la violencia social, la violencia del reclamo por un tema concreto, va a traer normalmente una violencia contra la mujer y la niña, porque la niña va a verse sometida a una serie de cambios y actividades no queridas y no deseadas.

A nivel de todos los sectores en el país, uno de los grandes problemas que se tiene es el de la violencia sexual contra la niña. Puedes revisar la data del ministerio de la Mujer, donde vas a encontrar que en los últimos años, de los hechos que se registran, estamos hablando de más de 80 mil denuncias por agresión sexual que ocurren en el seno de la familia, es decir en el espacio que debería ser de protección es donde se vienen vulnerando los derechos básicos de la niña, amén ya de la madre o las adultas que están encargadas de su cuidado.

Luego, para mí, vuelvo a insistir, una de las cosas que se debe agregar en el currículo es el trabajo de autoestima que se da a través de la música, del arte, de actividades individuales que pueda realizar la niña o la adolescente para poder rsentirse mucho mejor y poder superar las deficiencias o las carencias que ella crea pueda tener.

En la vida profesional uno va a encontrar muchas veces a mujeres brillantes, pero con un gran nivel de falta de confianza en sí mismas o por las rígidas estructuras en las que se han venido moviendo, poca capacidad de iniciativa, y eso afecta en general, y lo vemos, en la poca cantidad de mujeres que están liderando los más diferentes espacios en el país.

—Todo indica que las normas en favor de la igualdad de oportunidades para la mujer en el trabajo nada o poco han podido hacer para que las mujeres accedan en igualdad a cargos directivos, pues en muchas empresas hay cuasi logias de machos que filtran los ascensos de las mujeres, por más que éstas destaquen. ¿Desde el derecho falta algo por hacer?

Un tema importantísimo es que en la actualidad las mujeres profesionales más relevantes, consideran, quizás por el hecho de que viven en una burbuja, que no hay que preocuparse mayormente por los derechos de las niñas y de las otras mujeres, pero esta es una realidad absolutamente distorsionada, porque tenemos mujeres que son líderes en sus campos pero no son conscientes del rol que les toca desarrollar, que les toca ocupar.  El otro día estaba en una conferencia en la que estábamos hablando del rol de la mujer a nivel profesional y una señora intervino muy molesta porque explicaba que ella era una persona educada, que trabajaba mucho, todo el mundo la respetaba por eso, y que no estaba para andar mendigando cuotas ni medidas especiales ni protectivas, porque las consideraba agraviantes. Le contesté que respetaba su posición, pero que era la opinión de una mujer, como las que estábamos allí sentadas, que habíamos accedido a educación y a un desarrollo personal y profesional mucho más fuerte que en la actualidad nos permitía decir que podemos competir en igualdad de condiciones, pero esa no es la característica común de la mujer peruana.

Tienes que ver una infografía de la página web de Servir, de marzo este año, donde dice “la mujer en el sector público”. Vas a encontrar que la presencia de la mujer en los altos cargos públicos es muy baja, no pasa el 20%. Vas a encontrar que la presencia fuerte de la mujer en el sector público, está en los cargos intermedios. Y luego vas a encontrar, donde dice “dónde estudian las mujeres”, estudian normalmente la carrera de educación o las carreras ciencias de la salud, es decir, profesionales de auxilio o de profesionales de servicios.

En el derecho nunca hemos tenido un leading case que es lo que se puede aplicar en otro tipo de sociedades para derribar barreras. Hubo un estudio de la consultora BNA Consultores, que publicó Gestión hace poco más de un mes, donde reveló que la mujer ejecutiva peruana menor de 45 o 46 años y entre 35, solía trabajar en sus labores funcionales de ocho a diez horas más que los varones, pero sus salarios eran 25% menores. Es una realidad que vas a encontrar en el sector privado.

En el sector público tampoco están bien las cosas. Ingresando, por ejemplo, a la página web del ministerio de Justicia y Derechos Humanos y vamos a encontrar con que los grandes directores generales o viceministros, ¡todos son hombres!, creo que solamente vamos a encontrar a un par de mujeres que ocupan cargos de dirección general, eso te indica que en el momento de evaluar, no es que tu pidas que se escoja a una mujer o que se le dé preferencia. Sencillamente no se piensa que puede haber profesionales mujeres que pueden tener esas capacidades.

Haciendo un rastreo de las páginas web de los ministerios, solamente tienen equidad de género en el número de funcionarios hombres y mujeres, Cancillería, el ministerio de la Mujer y Salud. De allí en adelante vas a encontrar que lo que son altas direcciones están usualmente integradas por personas del sexo masculino. Creo que no es un tema de capacidad, sino que no se piensa que se puede convocar a una mujer para ese nivel ocupacional.

Me resulta muy interesante la experiencia de los colegios de alto rendimiento, que empezó con el Colegio Mayor, donde hay un gran número de niñas que son becadas para poder participar de una educación mucho más fuerte y competitiva. Creo que en el tema de las becas que se entregan también debe haber una paridad entre mujeres y varones. Pero, reitero, la exigencia tiene que ser muy fuerte. O sea, si se queda vacío, se queda vacío el cupo, pero tampoco puedes dar los espacios porque tienes que cubrirlos, creo que eso sería un gran error.

—Pero desde el derecho algo se puede hacer, ¿tal vez incentivos para las empresas que contraten más mujeres en sus cargos directivos?

Podría darse normas. Hay normas que promueven la colocación de personas con algún tipo de capacidad, porcentajes que tienes que dar, pero para mí el tema está en el carácter educativo. Creo que colocar cuotas de acceso podría verse como una discriminación que más bien podría jugar en contra. Desde el derecho lo que se está trabajando ahora es el acoso, la no violencia, son puntos bastante esenciales y fuertes.