“El gas no se debe exportar”

(1) Carlos Herrera Descalzi habla claro sobre la gravedad del problema. (2) Ex ministros Kuczynski y Quijandría violaron la ley, según Herrera. (3) El anuncio de que habrá exportación sólo si el mercado interno está garantizado, parece otra mentira.


En los 18 años que dura el contrato de exportación a México, el Perú perderá 44 mil millones de dólares.

   
Ministro de Energía y Minas durante el gobierno de transición de Valentín Paniagua y actual decano del Colegio de Ingenieros, Carlos Herrera, quien como ministro firmó los contratos de Camisea el año 2001, advierte que el país enfrenta serios problemas porque no hay gas suficiente para satisfacer la demanda interna, debido a su exportación a México. Herrera denuncia que los contratos originales fueron ilegalmente cambiados, para favorecer los intereses de las empresas que quieren exportar el gas de Camisea y señala que el Estado debería tomar el control del gas y prohibir su exportación.

—¿En cuántos años el Perú se quedará sin gas, si se mantiene la actual situación en la cual alrededor de la mitad de los 8.8 billones de pies cúbicos de gas que tiene el país se usa para la exportación?
—Ya tenemos en este momento un serio problema de abastecimiento de gas. El gas ya comprometido, sin nuevos consumidores, representa 8.7 billones de pies cúbicos, es decir prácticamente todas nuestras reservas. El país ya no puede crecer en base al gas. Los que tienen gas en este momento van a seguir teniéndolo durante un tiempo, pero nadie más podrá acceder al gas.

Por falta de gas las plantas que deben cubrir la demanda eléctrica de los próximos años van a tener que usar diesel, lo que va a subir el precio de la electricidad.

—¿Cuándo comenzarán a quedarse sin gas la industria, las generadoras eléctricas, que ahora operan con el gas de Camisea?
—Tendrán gas solamente hasta que terminen sus actuales contratos. No hay gas disponible para renovar los contratos existentes. Los contratos de la industria vencen el 2013 y 2014; las generadoras eléctricas que ya tienen gas se quedarán desabastecidas a comienzos de los años veinte; las dos petroquímicas que hay tienen contratos hasta el 2032 y 2033; el consumo residencial en Lima e Ica tiene gas hasta el 2040. Eso sin incrementar el consumo actual.

—¿Y para cuántos años nos alcanzaría el gas si se anula la exportación?
—Tomando en cuenta el incremento previsto de la demanda interna para los próximos años, que ahora por la exportación no se puede satisfacer, cada sector tendría gas para diez años adicionales de lo que tiene ahora. Eso nos daría mayor tiempo para encontrar nuevas reservas y explotarlas.

—¿En unos años podemos estar en la paradoja de exportar gas y al mismo tiempo tener que importar gas para satisfacer la demanda interna?

—Así es, lo cual es ridículo. Vamos a exportar gas barato y comprar gas caro. Con un precio internacional de 3,50 dólares por millón de btu —ahora está por debajo de tres dólares— el Perú vende el gas para la exportación a 0,15 dólares. Y con ese mismo precio internacional, que es referencial y al cual hay que agregarle los costos de licuefacción, transporte y regasificación, al Perú el gas le podría costar unos 10 dólares por millón de btu, que es lo que ahora paga Chile. Esa es la situación a la que nos enfrentamos.

—¿Cuánto perderá el Perú por exportar el gas de Camisea?

—En los 18 años que dura el contrato de exportación a México, el Perú perderá 44 mil millones de dólares.

—¿Si no hay gas suficiente para el mercado interno y la exportación, por qué usted, cuando fue ministro de Energía y Minas, firmó los contratos de Camisea permitiendo la exportación?

—La exportación que nosotros autorizamos era una exportación condicionada, solamente se podía exportar gas si había reservas probadas para satisfacer el mercado interno por un horizonte permanente de 20 años cuantificados año a año. Si un año no se aseguraba el mercado interno por los siguientes 20 años, se cortaba la exportación. Pero eso se cambió durante el gobierno de Toledo por una obligación de abastecer el mercado interno por 20 años fijos, contados a partir del 2005, según el consumo de ese año, sin tomar en cuenta el incremento de la demanda interna. Ese cambio ha permitido que ahora se pueda exportar gas.

—¿Con el contrato original hoy no se podría exportar gas?
—No. Con ese contrato solamente se habría podido exportar si se encontraban campos gigantescos de gas.

—Pedro Pablo Kuzcynski, que como ministro del gobierno de Toledo promovió la exportación de gas, justifica esta decisión señalando que las reservas de gas superan los 12 billones (trillones en inglés) de pies cúbicos y que eso alcanza sin problemas para la exportación y el mercado interno.

—Esa cifra de reservas es falsa. Y así fuera cierta, no es verdad que con 12 billones de pies cúbicos sobra gas para exportarlo. El país tiene tantas necesidades de gas, que si hubiera 20 billones de pies cúbicos de gas no se debería exportar, porque vamos a necesitar esos 20 billones para el consumo interno. Si no hay problemas para el abastecimiento de gas como dice Kuzcynski, entonces por qué no se le da gas a las doce empresas que lo están pidiendo hace casi un año y no lo pueden recibir.

—¿Qué futuro le ve a la renegociación de los contratos de Camisea planteada por el presidente García para priorizar el consumo interno de gas?

—Aparentemente no hay ninguna renegociación. Creo que el gobierno está dejando que pase el tiempo y luego va a ver cómo inflar nuevamente las reservas de gas. No percibo que haya una verdadera voluntad para renegociar los contratos de Camisea a favor del consumo interno. El gobierno no tiene una política energética. Los anuncios del presidente en este tema son absolutamente erráticos, son marchas y contramarchas.

—¿La única forma de que el país pueda pensar en un desarrollo a base del gas es prohibiendo su exportación?

—Así es. No estamos en condiciones de exportar gas.

—¿Es posible cambiar los contratos de Camisea para anular la exportación?

—Sí. Un país debe respetar sus compromisos, pero las empresas tienen que respetar la ley, y la ley peruana señala que primero es el mercado interno. Las empresas están violando la ley porque están priorizando la exportación.

—¿Coincide con quienes proponen que el Estado asuma el control del gas, que ahora está en manos privadas?

—Creo que en este momento el Estado debe asumir el control de nuestras reservas de gas. Los incumplimientos de la ley por parte de las empresas y las mentiras sobre la cantidad de reservas justifican la intervención del Estado.

—¿El cambio de la matriz energética a gas, alentado por este gobierno y el de Toledo, ha terminado siendo una farsa?

—Sí, ha sido una farsa que nunca tuvo un rumbo definido y fue solamente una forma de llenarse de palabras sin saber qué se podía hacer.


“En Camisea ha habido una profunda corrupción”


—¿Los ex ministros Pedro Pablo Kuczynski y Jaime Quijandría fueron los dos personajes claves durante el gobierno de Toledo para los cambios que favorecieron a las empresas que explotan el gas de Camisea?

—Así es. Kuczynski ha sido asesor de Hunt Oil (empresa norteamericana que participa en la explotación y exportación del gas de Camisea). Como asesor de Hunt Oil preparó la oferta de exportación del gas de Camisea que esa empresa presentó al Estado peruano y luego, como ministro, se sentó al otro lado de la mesa a discutir en representación del Estado lo que él había preparado para Hunt Oil. Es ahí que se hacen los cambios a favor de Hunt Oil, facilitando la exportación de gas. Quijandría fue asesor de TGP (Transportadora de Gas del Perú) y como ministro de Energía y Minas favoreció al Consorcio Camisea.

—¿La entrega a Perú LNG (exportadora del gas) del Lote 56, descubierto por Shell y que luego revirtió al Estado cuando esta empresa se retiró del país, fue irregular?

—Ese lote se había guardado para que sea la reserva estratégica del país, nunca se debió entregar. El gobierno de Toledo lo entregó a dedo para la exportación a Perú LNG, donde Hunt Oil tenía el 70 por ciento. Luego de hacerse con ese lote, Hunt Oil le vendió a Repsol el 20 por ciento de su participación en Perú LNG en 325 millones de dólares. El gran activo de Perú LNG para esa venta era el Lote 56, con reservas probadas y que Perú LNG recibió sin invertir nada.

—Cuando hace dos años en Argentina se descubrió el pago de sobornos realizados por las empresas Skanska y Techint se reveló que esas habían pagado sobornos en el Perú por un millón 800 mil dólares. ¿Cree que esos sobornos están vinculados a Camisea, teniendo en cuenta que Skanska ha hecho varias obras de este proyecto, como la planta de licuefacción de Pisco, y Techint construyó el gasoducto y participa en el Consorcio Camisea?

—Cuando veo que en Camisea se cambió la ubicación de la planta de licuefacción para ponerla en la zona de amortiguamiento de la reserva de Paracas, lo que le ahorró a la empresa entre 50 y 100 millones de dólares; que se cambiaron los contratos para favorecer a las empresas con la exportación de gas; que se adelantó el impuesto a las tarifas eléctricas por el uso del gasoducto cuando éste todavía no estaba listo, lo que le permitió a Techint recaudar unos 100 millones de soles, y otras cosas, me parece que todo apunta a Camisea.

—¿Cuánta corrupción ha habido alrededor de Camisea?
—Ha habido una profunda corrupción. No puedo decir que Camisea está podrido, pero se ve podrido, huele a podrido y sabe a podrido. Lo ocurrido con el Lote 56 y los cambios de los contratos de Camisea harían empalidecer de envidia al “faenón” de los “petroaudios”.

Carlos Noriega
Entrevista
La Primera, 24.08.09