Chile cree que puede hacer lo que quiera en el Perú con el gobierno aprista


Asegura embajador Luis Solari Tudela

Sobre el escándalo generado por el espía peruano reclutado por los chilenos, Con Nuestro Perú entrevistó al ex vicecanciller Luis Solari Tudela, diplomático versado en Derecho Internacional Público, quien analiza esta situación y señala que esta escalada de agresividad ha sido provocada por la actitud del gobierno aprista, caracterizada por su permisividad con los chilenos.


—Dentro de la practica internacional de la diplomacia, ¿qué efectos tienen casos como el del espionaje en ambientes relativamente tensos como el que existe tras la demanda ante la Corte Internacional de La Haya?

—Bueno, es una sucesión de eventos, no es novedad por parte de Chile, como se sabe, hace 30 años se produjo otro caso de espionaje que fue descubierto, también era un miembro de la Fuerza Aérea, y como consecuencia de ese espionaje se declaró persona no grata al embajador de Chile en el Perú, el señor, Alfonso Bulnes, y se declaró también personas no gratas a todos los agregados militares, navales y aéreos que entonces había en la embajada chilena en el Perú.

Este hecho, como todos sabemos, constituye un delito cometido por un país extranjero en contra del Perú y supone una responsabilidad del estado chileno en contra de nosotros, porque es un hecho de estado porque ya ha sido admitido pero han querido minimizar diciendo que se trata de mandos intermedios de las fuerzas armadas chilenas. Pero  —mandos intermedios o bajos o altos—   son agentes del estado; consiguientemente, hay esa responsabilidad del estado chileno por el perjuicio contra el Perú, que demanda reparación.

Estimo que, habiendo sucedido esto, tenemos que retirar a nuestro embajador, como ya ha sucedido, ha sido llamado en consulta, y disminuir el nivel de las relaciones diplomáticas en lo que va a quedar, es decir a nivel de encargados de negocios, y no debemos hacer regresar a nuestro embajador hasta que Chile dé excusas públicas al gobierno peruano por este insólito hecho de espionaje contra nuestro país.

—Hay personajes y sectores prochilenos que aconsejan poner paños fríos a la situación, ¿eso le parece lo más recomendable?

—¿Por qué recomiendan eso?, ¿temen perder los negocios? Seguramente a ellos les conviene que las cosas sigan así de fáciles para los chilenos porque aquí hay una gran corrupción, hay una gran compra de los medios a través de la publicidad de empresas chilenas y naturalmente ven con horror que eso se pueda acabar porque es la fuente de sus ingresos.


—¿Qué señal estaríamos dando a Chile con declaraciones como las del Presidente del Consejo de Ministros, Luis Velásquez Quesquén, quien minimiza y dijo que se trata de un hecho aislado?

—He escuchado con asombro al ministro Velásquez Quesquén, pues dijo que esto no afecta las relaciones entre el Perú y Chile. Chile, naturalmente, ha encontrado, durante el gobierno aprista, una cancha libre para hacer lo que le da la gana. Han adquirido Collique a un precio subvaluado, esa subvaluación naturalmente está vinculada a la corrupción que existe en este gobierno. Han adquirido el puerto de Paita porque el Perú, es una manera de decir, prácticamente se los ha regalado. Por supuesto, el espectro de la corrupción está allí presente, y García les ha regalado un TLC que el Perú no necesita, porque sólo beneficia a Chile.

Todo esto, más la serie de provocaciones como la operación Salitre, como las declaraciones de los mandos militares del ejército chileno que dicen que al Perú no necesitan invadirlo porque lo pueden comprar, es, en fin, una serie de actitudes que no han tenido respuesta firme por parte del gobierno peruano y los chilenos han encontrado su cancha libre para hacer lo que les da la gana, como ahora en el caso de espionaje en nuestras FF. AA.

—¿Este tipo de declaraciones son como un aval para que nos agredan?

—A mí me ha causado perplejidad y desazón que podamos tener políticos de esa naturaleza en cargos de responsabilidad. Es la política de “cuerdas separadas”: por un lado los chilenos desconocen los derechos del Perú en su territorio, no reconocen la frontera, el punto Concordia, consideran que el Perú está realizando un acto hostil presentando la demanda ante La Haya, hacen espionaje, esa es una cuerda; la otra cuerda es que los chilenos hacen negocios, sobornan a nuestros funcionaros, compran Collique, compran el puerto de Paita, hacen un TLC como les da la gana. Esas son las "cuerdas separadas" que este gobierno sin ningún empacho proclama y sustenta sin siquiera sonrojarse y sobre todo sin temor al juicio de la Historia, que será muy severo.

—Hay personajes y sectores prochilenos que aconsejan poner paños fríos a la situación, ¿eso le parece lo más recomendable?


—¿Por qué recomiendan eso?, ¿temen perder los negocios? Seguramente a ellos les conviene que las cosas sigan así de fáciles para los chilenos porque aquí hay una gran corrupción, hay una gran compra de los medios a través de la publicidad de empresas chilenas y naturalmente ven con horror que eso se pueda acabar porque es la fuente de sus ingresos.

—Desde el punto de vista de las relaciones diplomáticas, ¿qué es peor, la venta de armas de Chile a Ecuador en 1995 o este caso de espionaje?


—Los dos casos son igualmente censurables, no sabemos todavía cuáles son las consecuencias de este espionaje. Pero en el caso del conflicto con el Ecuador esa venta ayudó a matar a tantos soldados peruanos en ese conflicto.

—¿Qué sucede con la FAP? ¿Es coincidencia que los militares en retiro del ejército hayan protestado contra el intento de venta del Pentagonito, mientras que los militares en retiro de la FAP nada hacen ante la venta de Collique?


—Efectivamente, los militares retirados del ejército protestaron contra la venta del Pentagonito, estuve presente en ese lugar diciendo algunas palabras. Espero que los de la FAP hagan algo. Por no hacer nada, por no comprar armamento en determinado momento perdimos Tarapacá y Arica. Este gobierno con casi cuatro años no ha repotenciado las FF. AA.; por lo menos en el gobierno anterior de Alejandro Toledo se compraron cuatro fragatas.