El inevitable proceso de globalización, así como el nuevo papel que corresponde desarrollar a los Estados nacionales, han generado la preocupación de diversos ciudadanos deseosos de contribuir al señalamiento de un camino que se debe seguir en la búsqueda del bienestar para toda la Nación peruana. Con tal motivo se han reunido alrededor del GRUPO JORGE BASADRE formado por compatriotas sin distinción de filiación política o afinidades económicas, religiosas o gremiales: su único norte es el Perú.


ACTA DE FUNDACIÓN DEL GRUPO JORGE BASADRE

A inicios del siglo XXI el Perú debe afrontar y resolver tanto en el frente interno como en el externo sus problemas pendientes y aquellos otros que se vislumbran como consecuencia del proceso de globalización en marcha, y la inacabada tarea por una democracia auténtica de todos, para todos, basada en relaciones de igualdad y libertad. El territorio del Perú, en la parte central andina de Sudamérica, constituye un punto de encuentro y dominio estratégico que no debe ser subestimado. La solución adecuada de los problemas pendientes es una posibilidad factible de concretar y hacer realidad la promesa inacabada de la vida peruana.

No cabe duda que los Estados-nación contemporáneos se ven obligados a compartir su autonomía en muchos ámbitos de la vida económica, política y cultural, y que las tareas que los gobiernos emprenden deben hacerse hoy en cooperación con otros Estados-nación, y con un conjunto de organizaciones internacionales y nacionales, públicas y privadas, todo lo cual da lugar a nuevos desafíos y a realidades mas complejas que las tradicionales. Por tanto, no es éste el momento ni la oportunidad para reclamar autarquías inviables ni tampoco para afirmar que los intereses nacionales se diluyen sin control con la globalización.

El Estado nacional no ha dejado de existir y tiene tareas de gran importancia que realizar. Para tal empeño, su territorio no debe convertirse en centro de intereses transnacionales y menos aun de intereses económicos y empresariales de países con ambición expansiva. El gobierno del Estado nacional seguirá siendo un interlocutor válido frente a autoridades políticas, económicas y culturales de distinto origen y el mejor representante de las poblaciones que se cobijan en su territorio, con las variedades multiculturales y étnicas que son especialmente importantes en países como el Perú.

La riqueza material es condición necesaria pero no única para el logro de una vida plena. Ella debe estar acompañada de una educación de calidad, de una salud pública eficaz y de un control indispensable sobre las fuentes de producción contemporáneas. Fuentes de producción que se caracterizan por la creación de bienes inmateriales tales como el conocimiento y la producción cultural, la que desborda los límites de lo económico para producir nuevas relaciones sociales y formas de vida.

El Perú ha terminado con la etapa de la empresa pública que llego a dominar la vida económica del país. Durante la década del 90 se inició un proceso de privatización y de regulación cuyos beneficios son tangibles en algunos sectores, pero que no estuvieron dirigidos a crear fuentes de producción nacionales de tecnología y competitividad apreciables, y mas bien dieron lugar a una presencia determinante de empresas transnacionales que actúan ahora frente a un Estado poco representativo, que no se ha reformado, y que es avaro en el reconocimiento de la diversidad cultural y el potencial creativo del país.

En ese proceso, lejos de regularse los flujos de inversión teniendo en cuenta los requerimientos de desarrollo y defensa nacional (como lo hacen los países industrializados y las democracias mas modernas), se privilegia y promueve de manera indiscriminada la inversión procedente de Chile, precisamente en sectores y áreas vinculadas a la defensa nacional, tal como se denuncio en el pronunciamiento publicado en el diario "La Republica" el 23 de Octubre del 2006.

La situación descrita, en nuestra opinión, no ha sido debidamente estudiada ni contrarrestada, lo que creemos es indispensable hacer ahora mismo. El grupo que hoy día fundamos no tiene por esa razón divergencias ideológicas ni posiciones excluyentes. Su solidez se asienta en que considera imprescindible la instauración de políticas de Estado que trasciendan la problemática actual y que permitan plantear líneas de acción progresistas que tanto en lo económico como en lo cultural exijan la presencia de capitales nacionales, sean privados o públicos, en aquellas empresas y actividades que están ligadas a la conducta y autonomía de un Estado democrático y representativo, premisa esencial para poder articular los intereses de la nación en el interior del proceso de globalización.

Todo ello sin dejar de luchar contra la pobreza todavía imperante y la vigencia plena de los derechos humanos, orientando y limitando los intereses extranjeros a niveles convenientes y no permitiendo que éstos debiliten la actuación en la vida publica de las diversas organizaciones populares y representativas de la nación peruana, las que deben ser alentadas y fortalecidas.

Esas son las conductas fundamentales que aspiramos con toda energía a promover dentro y fuera del Estado para hacer realidad la promesa republicana de la que hablaba Jorge Basadre.

Lima, enero de 2009

 

 

Jorge Brousset, Roberto Chiabra, Alan Fairlie, Rocío Ferrel, Carlos Ferrero, Hugo Ismodes, Baldo Kresalja, Salomón Lerner, Juvenal Ordoñez, Oscar Penny, Manuel Rodríguez Cuadros, Aníbal Sierralta, Luis Sierralta, Juan Sheput, Luis Solari Tudela, Asociación Perú: Soberanía y Desarrollo.



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