Palcazu en la ruta del chocolate

Por Desco


A escasos años de que el cultivo del cacao incursionara en el valle del Palcazu, en la provincia de Oxapampa, ya se saborean algunos reconocimientos; el concurso subregional de la selva central ubicó al grano de un productor del distrito de Palcazu en segundo lugar. Si bien es cierto los puntos que lo alejan de la máxima ubicación se deben al aún incipiente dominio tecnológico del proceso de pos cosecha, es esperanzador reconocer que el camino que se está trazando es el adecuado para la incursión productiva de un cultivo promisorio en un distrito que se caracterizó por la extracción maderera, que en muchas oportunidades ha sido depredadora del recurso forestal, y la producción ganadera que tiene serios problemas de acceso a mercados en condiciones competitivas.
El cacao es una planta perenne que rinde varias cosechas por año. Su grano no se afecta con el traslado por las deficientes carreteras de nuestra amazonía, lo que nos lleva a señalar que es una de las mejores opciones para luchar contra la pobreza y la pobreza extrema en las zonas más deprimidas y poco comunicadas de la selva central, en donde otros cultivos, por muy rentables que parezcan, sufren serios deterioros para llegar al mercado en óptimas condiciones. La diferencia del cacao con relación a las otras actividades económicas del territorio, es su bajo nivel de inversión, su fácil manejo y los atractivos precios del mercado, además de representar una producción amigable con el medio ambiente.

No debemos creer, sin embargo, que todo es color rosa en el camino de los cacaoteros de Palcazu. Quedan tareas pendientes que aparentemente son sencillas pero que de no realizarse pueden incidir hacia una dirección negativa en el desarrollo del cultivo.

En primer lugar es urgente que desde el gobierno se tomen acciones para consolidar el cultivo, porque Palcazu está ubicado entre el VRAE y Alto Huallaga, una zona estratégica y atractiva para los cultivos ilegales asociados al narcotráfico, así que se debe fomentar el incremento del cultivo del cacao, opción viable para prevenir la violencia e inseguridad que produce la coca. Con cultivos como el cacao, el gobierno entrante tiene una buena opción para mejorar la capacidad y rentabilidad productiva del agro de la selva y, además, luchar contra el crecimiento de los cultivos ilegales. Desde el gobierno local, urge dar mantenimiento a los caminos para abaratar los costos de flete de los insumos agrícolas, así como para sacar los granos al mercado. Desde el gobierno local, también, se deben iniciar acciones para establecer alianzas estratégicas con organizaciones financieras que brinden a los agricultores posibilidades de acceso a crédito para incrementar sus hectáreas y/o mejorar su infraestructura para la pos cosecha, etapa vital para incursionar en mercados exigentes. Las autoridades locales tienen la posibilidad de acercar a las instituciones estatales y privadas que pueden ofrecer a los cacaoteros la asistencia técnica y la transferencia tecnológica necesarias para competir en nichos de mercados especializados.

Otra de las tareas pendientes depende de los propios agricultores. Los dividendos obtenidos hasta hoy de manera individual, pueden ser potenciados si se empieza a trabajar de manera colectiva, es decir, conformando la organización de productores que represente sus intereses, que los ayude a conectarse con las autoridades y a negociar con los representantes de los mercados. Si bien es cierto existen organizaciones pioneras que han iniciado procesos embrionarios de articulación de los productores, éstas deben deponer posturas egoístas y ceder posiciones de liderazgo para que el producto organizativo sea verdaderamente representativo del territorio. Si en el corto plazo los directamente involucrados no buscan allanar los caminos para la consolidación del cultivo, tomando como ejes de trabajo los intereses comunes, los éxitos seguirán siendo escasos, por no decir negados.