Fiscal pide 35 años de cárcel para Eva Bracamonte por asesinato de su madre

eva bracamonte 8Nelly Gutiérrez, fiscal a cargo del caso del asesinato de la empresaria judía Mirian Fefer Salleres solicitó imponer 35 años de cárcel para su hija Eva Bracamonte Fefer por haber planificado el crimen.

 

La misma pena pidió para Liliana Castro Mannarelli, a quien acusó del delito de homicidio por lucro, y para el sicario colombiano Alejandro Trujillo autor material del asesinato.

Como se recuerda, el 15 de agosto de 2006 se perpetró el homicidio de la Fefer en su domicilio, mientras ésta se encontraba en su habitación de la primera planta, tras lo cual las investigaciones no esclarecían por un buen tiempo los hechos hasta que apareció en escena el sicario Trujillo, quien en una cárcel argentina estuvo alardeando de haber asesinado a una empresaria limeña por orden de su hija.

Finalmente aparecieron correos electrónicos desde Colombia, donde la suegra de Trujillo entregaba detalles asegurando que éste era el autor del asesinato, por encargo de su hija Eva, la cual negó reiteradamente la autoría, pero sus declaraciones y su relación con Castro Mannarelli apuntaban a su culpabilidad.

Ariel Bracamonte, hijo menor de la víctima, se encargó de poner de relieve detalles como el hecho de que Eva extrañamente bajó a la primera planta la noche del crimen. Interrogada dijo que era para leer un texto para un examen de francés que le iban a tomar, lo cual fue desmentido por su profesora, quien negó la existencia de un examen esos días.

Su hermano también detalló que la noche del crimen Eva retiró de la habitación de su madre al perro que solía dormir allí, con el fin de que éste no ladre ni luche con el sicario, y reveló que tras el crimen Liliana Mannarelli, quien antes vivía en pobreza y laboraba de mesera, recibió una parte importante del patrimonio de la empresa que administraba su madre y que ambas sospechosamente viajaron a Argentina después de retirar miles de dólares, presuntamente para cubrir las exigencias del sicario preso en ese país, quien posteriormente fue extraditado al Perú después que los análisis revelaron que su ADN coincidía con el hallado en la escena del crimen.

Entre otros puntos, el sicario no pudo demostrar que ingresó a la vivienda por una pared, como alegaba, quedando sólo la posibilidad de que le hayan abierto la puerta, como confirmó el mayordomo de Fefer, quien relató que todos los días aseguraba la puerta hacia el exterior.

Los acusados deberán pagar una reparación civil a los deudos y al Estado, precisa el texto de la denuncia  remitida a la Segunda Sala penal para Reos en Cárcel.

La siguiente etapa en este caso corresponde al juicio oral.