Entrevista a Ricardo Carrasco,director de Proyectae empresa experta en cambio climático.

Durante el último tiempo el concepto de Huella de Carbono está tomando más importancia a nivel mundial. Indicador clave del rendimiento de una empresa y factor crítico para la inversión, en www.portalfruticola.com conversamos con Ricardo Carrasco, director de Proyectae, empresa experta en cambio climático, sobre la importancia de medir esta huella y de los beneficios que trae consigo.

 

Carrasco nos explica que la Huella de Carbono viene del concepto de cambio climático, que se refiera a efectos del cambio de la composición de la atmósfera producto del aumento de los gases de efecto invernadero.

“Los gases de efecto invernadero son parte de los gases de la atmósfera, que no son malos ni contaminantes, sino que son gases beneficiosos. Son los gases que permiten que la vida funcione en la tierra como estamos acostumbrados”.

“¿Dónde está el problema? Es que hay un aumento de algunos gases de efecto invernadero producto de la combustión de combustibles fósiles principalmente y fugas de gases refrigerantes, algo que tiene relación con el desarrollo industrial de la humanidad en los últimos 100 años”.

La Huella de Carbono contabiliza todas las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero de una empresa a lo largo de su cadena de valor o abastecimiento. Se mide no sólo el CO2, sino también el metano, oxido nitroso y gases refrigerantes, entre otros.

En el caso de una exportadora de fruta o de un huerto ésta se puede calcular en función de las toneladas, kilos o cajas de uvas exportadas.

El experto puntualiza que la huella hay que medirla desde el huerto hasta su destino, en lo que se llama el Análisis de Ciclo de la Emisión de CO2.

“Tienes que hacerte cargo desde el origen hasta el final, porque si bien el camión que transporta la uva no es tuyo, está trabajando para ti, entonces la emisión de esos camiones tiene que ver con tu producto. Tienes que ver el cuento completo”.

“Una empresa que se mete en este cuento finalmente lo que obtiene es un mapa, diagnóstico, de dónde están las emisiones de CO2 de su ciclo de negocios, ya sea dentro o fuera de sus fronteras. Entonces el que termina con este estudio dice: “mira, aquí están los puntos”. Ese es el primer paso”.

Carrasco señala que cuando una empresa mide su Huella de Carbono y entiende el diagnóstico puede empezar a trabajarla, ya que el diagnóstico permite detectar efectivamente dónde están las mayores emisiones.

Pero no basta sólo con medir la huella.  Es importante además hacer comparaciones con otros dentro de la industria, hacer un análisis de competitividad. “Por ejemplo en qué medida las uvas de Chile tiene mayor emisiones de CO2 que las uvas de California para el mercado de la costa este de EE.UU”, dice.

“Una empresa que no sabe estas cosas puede tenerle miedo. Una empresa que sabe toma conciencia y tiene que tener claro que los envíos aéreos tienen una tremenda Huella de Carbono y que los marítimos tienen una baja”.

“El mensaje para los fruticultores es que no le tengan mucho miedo a la distancia. El transporte marítimo es muy eficiente en cuanto a que tiene pocas emisiones de CO2. Entonces si bien estamos a 8mil – 10 mil kilómetros de los mercados de destino, eso no significa necesariamente que seamos los más malos del sistema”.

Impacto en el mercado

Actualmente hay grandes empresas de retail de Europa – como Tesco y Casino – que han solicitado la Huella de Carbono. En Francia, en enero de 2011, entró en vigencia la Ley Grennelle, la cual  obliga a informar de esta a los productos que se importen a Francia. De la misma forma existen Proyectos de Ley en otros países que podrían transformarse en normativas aplicables en un futuro próximo, a lo que se suma que hay un segmento en el mercado que está dispuesto a pagar una diferencia.

“Cómo te planteas tú como exportador de fruta ante esto, ¿esto es una amenaza, un problema, una oportunidad o lo ignoras? También puedes decir que no te preocupas y puedes seguir viviendo perfectamente los próximos cinco años”.

“De a poco vas a sentir que hay mercados que te van a mirar con otras caras. Dejas de ser un proveedor privilegiado. En cambio un proveedor que está metido en esto es percibido por los clientes como un proveedor que se preocupa de temas que al final nos preocupan a todos”.

A pesar de todo esto Carrasco señala que la Huella de Carbono todavía está en una etapa no obligatoria, donde hay más bien una tendencia voluntaria y discriminatoria positiva de quienes miden la huella versus de quienes no lo hacen.

“Una exportadora puede pasarse perfectamente los próximos tres años sin estos datos y sigue existiendo”, dice Carrasco. “Esto requiere tiempo, porque para que tenga valor tiene que estar impregnado en la cultura”.

“Al final, lo interesante es que cada vez que quieres reducir la Huella de Carbono estás siendo más eficiente, entonces eficiencia y Huella de Carbono van de la mano y en conexión con el cliente y medio ambiente también”.

“La Huella de Carbono te lleva a los tres pilares de la sustentabilidad en uno. Cada vez que te metes en estos temas y mejoras tu Huella de Carbono eres más eficiente, eres mejor con el medio ambiente y alguien te lo va a reconocer con algún tipo de premio”.

Carrasco explica que la medición de la huella pasa por el interés de las empresas. Cuanta que en Chile hay empresas súper avanzadas, al igual que en Colombia ligadas al mercado de las flores.

Protocoles internacionales

Existen diversos protocolos para calcular la huella de carbono. Entre ellos destacan el GHG Protocol con un enfoque más corporativo; PAS con un enfoque de ciclo de vida de las emisiones procedentes de las actividades relativas a la producción de bienes como de servicio; y el Protocolo del Vino, elaborado por distintas agencias internacionales y que tiene especificidad geográfica (EE.UU, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Australia), clasificando las emisiones de CO2 en tres niveles y el cálculo de la huella de carbono está asociado a todas las actividades de la empresa.

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