En el “Día de la gratitud”, se rindió tributo a donantes y sus familiares.

Dolor, resignación y solidaridad.

Como parte del programa de actividades por la Semana de Procura y Donación de Órganos, los donantes y familiares que permitieron que sus seres queridos dieran vida a otros, recibieron el reconocimiento de EsSalud y de los trasplantados en una misa desarrollada en la iglesia San Antonio de Padua.

En la actividad que se denominó “Día de la gratitud”, también participaron los receptores y pacientes en lista de espera.

“La intensidad de mi enorme dolor, solo es proporcional a la inmensa alegría que sintió la persona que recibió uno de los riñones de mi hija”, expresó Paulina Isidro Piuca de 34 años, quien aceptó donar los órganos de su hija con muerte cerebral a consecuencia de un paro cardiaco respiratorio.

Janet Adelaida Laurente Isidro de tan solo 15 años, hija de Paulina, era una chica alegre que amaba la música andina y tenía muchos sueños. Ser cosmetóloga y también estudiar corte y confección y con su madre iniciar un negocio para salir adelante.

“Yo la recuerdo siempre  alegre, bailando y soñando. Solo su rostro se ensombrecía cuando recordaba el abandono y rechazo de su padre” nos cuenta Paulina mientras muestra la foto de “su Janet” con un traje típico de una de las tantas danzas que practicaba.

“Se fue bailando, mientras lo hacía se derrumbó. Un desmayo, me dije, pero jamás despertó. Me alivia saber que hay dos personas por ahí con los riñones de mi hija desde el 9 de setiembre, el día que ella se fue”, nos dice con una sonrisa triste y con el dolor marcado en el rostro

El gerente de Procura y Trasplante de EsSalud, doctor Carlos Carvallo Ñíquen, señaló que el Perú es deficitario en número  de donantes con un promedio de 4 donantes por cada millón de habitantes, frente a 32 donantes por un millón de habitantes que se registra en países como España; y Argentina y Uruguay 14 donantes por millón de personas. Motivo demás para agradecer a esas personas solidarias que donaron.

Otro caso es el de Jackeline Cáceres Rivas de 28 años, quien deja caer algunas lágrimas mientras escucha la homilía. Su madre, Maritza Rivas de Cáceres es la donante. “Sólo tenía 48 años. Estaba en perfectas condiciones. Había bajado de peso y tenía una vida activa, gracias a un gimnasio que instalé en mi casa. Lo único que tuvo en la vida fue un problema con la vesícula. Es que le gustaba comer rico”.

Luego de 7 años comenzó con los dolores de cabeza. Ella creía que era la menopausia. Éramos tan unidas. Pensé en un gimnasio para animarla y le hizo bien, practicábamos juntas. Se sentía ágil”, nos cuenta Jackeline.

“Se fue a Huacho y al día siguiente me llamaron para decirme que se había desmayado. Fui volando. Estaba inconsciente. Le pedí que no me dejara. La trasladamos a Lima y en un hospital se demoraron mucho en atenderla. Le hicieron una tomografía. Había hemorragia cerebral y un aneurisma. Pensaron en operarla, pero ella se fue antes”.

El 19 de abril, Maritza Rivas fue declarada con muerte cerebral. Sus hijos siempre la escucharon hablar de la solidaridad, de lo hermoso que debía ser prolongarle la vida a alguien cuando se donaban los órganos, aún cuando ella había puesto “no” en su DNI, pero más por no disgustar a su esposo y tener la fiesta en paz.

Contra lo expresado en el DNI, los hijos y finalmente el esposo cumplieron el verdadero deseo de Maritza y donaron todo lo que podría mejorar o salvar la vida de alguien. “Mi madre decía que ella había venido con una misión en este mundo. Su normas de vida eran; el amor a Dios, criar buenos hijos y siempre ser solidaria” acota Jackelie quien tiene 3 niños de 6, 4 y 2.

“Me dijeron que pudieron utilizar sus córneas, riñones, hígado, médula y no estoy segura  si el corazón, también,  pero de ser así, debe estar latiendo en alguien que está dando mucho amor, porque así era ella” puntualiza.

Cabe resaltar que EsSalud realiza el 90 por ciento de los trasplantes de órganos y es la única institución que realiza este tipo de intervenciones de pulmón, páncreas e hígado.