Del Castillo discrimina a localidades no apristas
jorge del castilloInversión del estado la aplicarán con favoritismo a lugares donde votaron por el Apra


El Presidente del Consejo de Ministros, Jorge Del Castillo, declaró que las localidades que votaron por el Apra tendrán prioridad en la realización de obras, por encima de quienes les dijeron “no” y apoyaron otras opciones en las últimas elecciones generales.

“El gobierno está obligado a cumplir con el pueblo que lo respaldó… esa gente tiene prioridad, sobre otros que dijeron no, yo voto por otra cosa, yo prefiero otra opción”, proclamó sin ningún tapujo.

No contento con eso, añadió: “…cuando vengan a pedir las cosas, en primera fila están los que dijeron sí y no los que dijeron no”. Más clara no es el agua.

La escandalosa afirmación de Del Castillo, proferida este 16 de diciembre, evidencia una de las caras del favoritismo aprista, pero con ello el gobierno está revelando que viola la Constitución, pues no hay discriminación en razón de la opinión, todos los peruanos somos iguales ante la ley.

No obstante ser abogado, la mente de Del Castillo no da para más y suelta los impulsos de sus preferencias, que pisotean derechos elementales de los ciudadanos, cosa que no llama la atención en el Apra, que desde sus inicios se caracterizo por el carné y el favoritismo a los apristas.

Es una vieja práctica

Pero esos favoritismos se dieron con pleno consentimiento de Haya de La Torre, a quien muchos ponen en un pedestal, pero la verdad es que Haya aprobó estas y otras conductas peores en su partido, como, tras el pacto de convivencia, después que se abrazó con Odría —sin importarle que éste mandó matar a sus correligionarios—, la gente hacía colas para alimentos, pero éstos eran preferidos a los apristas con carné.

Por supuesto que para el Apra no todos somos iguales: vimos a Pilar Mazetti, no aprista, que fue echada del gabinete, mientras que Alva Castro, que ganó todos los campeonatos de incompetencia en el ministerio del Interior, hasta ahora sigue soldado a su puesto, además, con cuantiosos gastos en publicidad que le paga el estado para disimular su deplorable imagen.

Al parecer, Del Castillo se percató de su torpeza al final de la ceremonia, y trató de disimular sus intenciones afirmando que no habrá trato preferencial para las localidades que votaron por el Apra.

Es una ofensa a los peruanos que en pleno siglo XXI exista políticos que todavía recurran a esas prácticas cavernarias. Ya deben darse cuenta de su primitivismo.