Peruanos en venta


Por Carlos Ferrero

Cuando un peruano vende su negocio a un chileno no vende solo su negocio sino que vende su persona. Porque lo que los chilenos están comprando no son empresas sino peruanos.


En apariencia los chilenos quieren optimizar el rendimiento de sus ahorros y obtener legítimas ganancias. Pero el objetivo real es otro. A lo que aspiran los chilenos es a dominar el Perú pues lo consideran un espacio natural para la expansión territorial ambicionada desde hace quinientos años con Diego de Almagro.

Para lograr esto su intención es primero dominar nuestra economía apoderándose de las mejores empresas, propiedades y tierras, de tal modo que ese predominio o influencia subsiguiente genere casi por inercia un control político. Ello resultará necesariamente en una pérdida paulatina de autonomía y por tanto de nuestra condición de nación independiente. Lo mismo que paso con los territorios salitreros peruanos y bolivianos que Chile “ocupó” comercialmente en la paz y secuestro para siempre en la guerra.

¿Por qué los peruanos se suicidan de esta manera?

Es evidente que son sensibles a la ventaja económica que significa recibir precios normalmente superiores al mercado... y al contado. Pero hay también una explicación ideológica. Sostienen que el predominio económico no necesariamente genera influencia política, y además piensan que en un mundo globalizado los intereses nacionales en verdad no existen.

Desconocen aquellos compatriotas que en este mundo globalizado los países siguen peleando a muerte cada uno por sus propios intereses. Nuestra historia es ignorada y no se valora lo que significa la discusión en La Haya. Sobre todo no perciben que detrás de cada negocio particular o propiedad que compran, los chilenos están cumpliendo, paso a paso, lo que en Chile es una política de Estado: conquistar el Perú.

Los nacionales que todavía son dueños de sí mismos deberían preferir el futuro independiente a su bolsillo. Pero para eso se necesita creer que la palabra patria no ha sido expulsada del diccionario.

Publicado en Hildebrandt en sus trece N.º 27, Octubre 22 del 2010 Pág. 21.