Del dicho al hecho


Por Juan Sheput

La última CADE despertó una gran expectativa por la presencia de los principales candidatos al sillón presidencial. Keiko Fujimori, Ollanta Humala, Luis Castañeda y el presidente Alejandro Toledo presentaron no sólo sus propuestas, sino también a sus equipos de campaña y plan de gobierno. Al ser el evento televisado, el país estuvo atento a lo que se anunciaba.


Keiko Fujimori estuvo sólida en su discurso. El que lo haya leído o no, no quita méritos a su presentación. En mérito de ella se puede asegurar que se preparó para el evento, se documentó, no lo tomó a la ligera, todo lo cual le valió para ser evaluada favorablemente por los asistentes.

Ello sin embargo, no es suficiente para ejercer la presidencia de la República. Resolver los problemas del país, de gran complejidad, exigen a los candidatos otras cualidades, conocimiento multidisciplinario, temple, entre otros que van más allá de la evaluación que puedan hacer los asistentes a la CADE 2010.

En todo caso a la señora Keiko Fujimori no se le debe evaluar por la forma y estilo que acompañó a su presentación sino por el nivel de coherencia, entre promesas, compromisos y realidad.

En su presentación la señora Fujimori ha hecho un deslinde claro contra la corrupción. Salvo un momento infeliz, en el cual bromeó sobre un sujeto como Montesinos, planteó que en su gobierno no habría concesiones a la corrupción.

No puedo estar seguro del cumplimiento de esta propuesta. El fujimorismo, si en verdad quisiera demostrar que la concesión a la corrupción no está en sus planes y quiere reivindicarse, ha tenido cuatro años y medio para demostrarlo, y, por los hechos no ha sido así.
¿Cómo se puede asegurar que se va a luchar contra la corrupción si gracias al fujimorismo se evitó la investigación y censura al gabinete Del Castillo por el asunto de los petroaudios?

¿Cómo se puede decir que se va a luchar contra la corrupción si gracias al fujimorismo se bloqueó la investigación a Luis Castañeda Lossio por el caso Comunicore?

¿Se puede luchar contra la corrupción protegiendo a sus protagonistas?

En ello se parece la candidatura de la señora Keiko Fujimori a la de la señora Mercedes Aráoz. Ambas son, hasta ahora, funcionales a la corrupción que sacude al Perú. No condenan los casos mencionados, no apoyan por ejemplo, medidas eficaces contra los delitos de funcionarios. Por ejemplo exigir, a las bancadas aprista y fujimorista, que apoyen el proyecto de Ley que declara que los delitos de corrupción en la función pública nunca prescriben, con una disposición transitoria que incluya los cinco años de este gobierno.

Esa sería una muestra de cambio y compromiso real. Lo contrario son sólo actuaciones, como el recordado asunto del bacalao.

Columna publicada en Diario 16, el 17 de Noviembre del 2011