Alan García el redomado gariteroalan_garcia.jpg
Por: Guillermo Olivera Díaz.

Sin medias tintas. Me refiero a nuestro Presidente de la República como un redomado garitero; es decir, un encubridor de ladrones de la cosa pública, con el más alto grado de responsabilidad en esta cualidad negativa. Cada inmensa fechoría únicamente motiva que lo aparte de la función, a quien él mismo buscó, lo puso con Resolución Suprema en un puesto de confianza, lo encumbró vía la malhadada prensa nacional (sometida a sus torvos designios) y cuando repentinamente fue enrostrado por la flagrancia delictiva de su escogido  lo zarandea públicamente aparentando honestidad y acrisolada moral. Poco después suaviza el desvarío delictivo de su pupilo, lo minimiza y hasta finalmente lo exculpa. Lo mismo hacen en concertado coro sus conocidos pongos en el Ejecutivo y Parlamento.

 

Notarán con estupor que nunca insta en serio a la Contraloría, a las Comisiones Investigadoras y de Fiscalización del Congreso, al Ministerio Público, al Poder Judicial, a la policía o a la prensa que, producido un indignante escándalo,  inicien con premura una investigación, la profundicen, que sean implacables con el malhechor, que capturen a los fugitivos delincuentes de cuello blanco que él mismo ha liberado y que sancionen drásticamente. Al contrario los doblega de uno y mil modos y calla cuando desaparecen los medios probatorios del delito. También quiere que el mandatario que  le suceda,  llámese Toledo, Castañeda, Kuczynski  o  Keiko, le cuiden las espaldas; el histórico “borrón y cuenta nueva”. ¿Impunidad por precio?

La retahíla de casos que sigue demuestra que en todos ellos se lo vincula, directa o indirectamente. Cuando termine su mandato se sabrá si fue inductor, autor material o mediato, coautor o tuvo otro grado de coparticipación penal, si acaso no se escapa otra vez. Veamos los pormenores.

http://www.voltairenet.org/ article167696.html