Indulto presidencial, una figura que debe desterrarse o reformarse

Por Rocío Ferrel

De tiempo en tiempo se alborota el país con titulares sobre posibles indultos presidenciales, ya sea en campañas electorales o fuera de ellas.

 


Antecedentes

La figura del indulto presidencial tiene malos antecedentes en nuestro país con delincuentes que fueron indultados por presiones, conveniencias políticas o con estafas al público al mentir con la evidencia de una enfermedad terminal, como es el caso de los delincuentes de la corrupción.

Tenemos a corruptos como Alfredo Jalilie Awapara (funcionario del ministerio de Economía del primer gobierno aprista y del fujimorista) o Julio Espinoza (implicado en el escándalo del SIS durante el terremoto de Ica), de quienes se alegó estaban enfermos de cáncer terminal, pero todo fue una burla, pues se prefirió a estos personajes en lugar de verdaderos enfermos terminales.

Con el cáncer terminal las personas no sobreviven más allá de tres o seis meses, pero estos delincuentes no han muerto, sencillamente se ha burlado la buena fe y los sentimientos de los peruanos.

Algo parecido sucedió con José Enrique Crousillat, quien fue indultado por el presidente García alegando su delicado estado de salud. Poco después se le vio vigoroso y orondo en diversos lugares, escándalo que determinó la anulación del indulto.

Eliminación de la figura del indulto presidencial

Es una posibilidad que debería analizarse, porque el Presidente es una persona muy ocupada para conocer de cerca los casos y optar por una decisión segura. Un Presidente no tiene tiempo de estudiar los expedientes de los presos, que muchas veces son voluminosos.

Restricción de la figura del indulto presidencial. Razones.

Hay médicos que delinquen elaborando falsos informes de incapacidad física o enfermedad terminal.

Hemos visto el ejemplo de esta última campaña, donde en lugar de discutir asuntos de interés para el país se discutía un posible indulto en un caso al hermano del candidato Ollanta Humala y en el otro al padre de la candidata Keiko Fujimori, situaciones que deberían evitarse.

Como esta prerrogativa figura en la Constitución, habría que reformarla para eliminar el indulto o restringir esta opción.

Se podría restringir el indulto:

  • No abriéndolo para delitos de corrupción, pues inevitablemente se presta a un manejo político, porque quienes delinquieron gravemente en la cosa pública suelen tener amigos poderosos (que pueden ser cómplices que escaparon de la sentencia) que muevan influencias por ellos.
  • No permitiéndolo en todo acto delictivo perpetrado en ejercicio de cualquier cargo público, tal es el caso del hermano del presidente electo, que delinquió en su cargo de militar. Las razones son similares a las precedentes.
  • Tampoco se debería permitir en casos de delitos graves, como asesinato, genocidio, violación, secuestro, asalto en banda, jefes de bandas de narcotráfico, terrorismo y estafas millonarias.
  • Debería darse preferencia a los sentenciados que carecieron de oportunidades de educarse y que alcanzaron sólo a la educación primaria o incluso son analfabetos, pues la sociedad fue incapaz de brindarles mejores oportunidades.

Precisiones

En un reglamento debería precisarse la revocatoria, pues en el caso de Crousillat hubo opiniones contrarias respecto de su procedencia. Además, debería establecerse responsabilidades de los firmantes de un indulto que finalmente debe ser revocado.

Los médicos

En el caso de médicos que se atreven a firmar un certificado con el protervo fin de favorecer dolosamente a un delincuente, las penas deberían endurecerse y debería aplicárseles la condena de la cual ellos querían librar a un preso.

Definitivamente algo debe hacerse, pues la figura del indulto está devaluada y distrae a nuestro país de los verdaderos e importantes asuntos que nos interesan.