El Paraíso Terrenal


Por Gustavo Espinoza M. (*)


La corrupción, no existe. La Mafia, tampoco. La inmoralidad, ha desaparecido.
La inversión extranjera, rompió todas las expectativas.
La Casa Fiscal tiene más recursos que nunca.


La inflación, esta controlada; y el Producto Bruto Interno crece a ritmo acelerado en los últimos 15 años.
La Regionalización marcha en provecho de los pueblos
Y la democracia, está afirmada.
La pobreza se reduce al ritmo del 5% anual, y desaparecerá en los próximos diez años.
El gobierno respeta los Derechos Humanos y nada perturba la paz social.
Nadie necesita aumento de salarios,
Ni atención médica,
Ni seguridad social
Ni jubilación.
Ni siquiera empleo.
Esos son temas de otros tiempos que ya no preocupan a los peruanos del nuevo siglo, que baten palmas ahora cuando el Presidente García inicia su tercer año de gestión gubernativa.

¿Qué falta, entonces, para que el Perú y el Paraíso Terrenal, sean sinónimos?

Sólo que la gente se despierte, abra los ojos, y se dé cuenta que el Presidente que se dirige a la Nación desde el alto Hemiciclo del Poder Legislativo con motivo de las Fiestas Nacionales, es el Mesías, que suele gobernar sentado a la diestra de Dios Padre y con su ayuda generosa.

Y entienda entonces que los cantos de sirena del oficialismo no son como los que afrontaba Ulises en su viaje de retorno a Itaca, según la sabia pluma de Homero; sino verdaderos llamados al entendimiento nacional, a la paz y a la concordia entre peruanos: independientemente que unos vivan gracias al fácil expediente de explotar inicuamente a otros.

Que entienda que la voz de barítono del Jefe del Estado es muy dulce, y encantadora. Y muy superior, por cierto, a la roca voz de la oposición tronante que aúlla desde el fondo de un pozo.

Claro que hay factores que perturban la capacidad de comprensión de los peruanos.

Recientemente han salido a luz, por ejemplo, los Indicadores de la Condición Humana del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.

¿Y que nos dicen?

Entre otras perlas, que:

El 10.5% de los peruanos, es decir casi 3 millones de personas, viven con un ingreso inferior a un dólar por día;

Que el 30.6% (alrededor de 9 millones) deben enfrentar la vida percibiendo apenas 2 dólares de ingreso al día;

Que el 53.1% de los peruanos viven bajo el límite de la pobreza;

Que el 37% de los peruanos no tiene acceso a la sanidad

Que el 17% carece en absoluto de agua

Que el total del Ingreso nacional, el 40.8% se queda entre el 10% más alto de la pirámide social;

En tanto que el 10% más pobre, tiene acceso apenas al 1.3% de ese rubro.

Nos dice también que en nuestro Paraíso, las autoridades destinan tan sólo el 1.9% del producto Bruto para atender Programas de Salud; y el 2.4% `para los retos de la educación; en tanto que destinan el 24% para efectos del pago de la deuda externa y otra cifra similar para los gastos de Defensa, que incluyen también la protección de las Autoridades del Estado, que deben defenderse de las acechanzas subversivas de la población descontenta.

Para gastar menos en este rubro, el Supremo Gobierno ha dispuesto ya, con sabiduría ejemplar, que las instituciones armadas hagan uso letal de sus armas de fuego y den muerte a personas que se "solivianten" contra el "Orden Establecido".

Disminuirá, también, por esa vía, el número de pobres, aunque será preciso construir otros "Campos Santos".

Pero de ello se ocupará, siempre diligente, la Inversión Privada; que también proveerá de municiones a los integrantes de nuestras respetables instituciones armadas.

Son estas algunas de las lecciones que podríamos extraer los peruanos de nuestras recientes "Fiestas Patrias", así como del "Mensaje a la Nación" presentado por el Presidente García el 28 de julio pasado (fin)

(*) Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera. www.nuestra-bandera.com