Simon contradice a García Belaúnde, ¿para quién trabaja?

En respuesta a las pretensiones del gobierno chileno, que exigía la destitución del general peruano Edwin Donayre a causa de algunas frases salidas de grabaciones clandestinas, el Canciller peruano dejó en claro que es imposible destituirlo por presión exterior.


Donayre, en una reunión social, hablando en el contexto del problema limítrofe con Chile, y de un posible ataque al Perú. había señalado: "He dado la consigna que chileno que entra [en el Perú, en son de guerra, se entiende] ya no sale, saldrá en cajón. Si no hay suficientes cajones, saldrán en bolsas de plástico".

Como ya señalamos, no hay ninguna falta en las expresiones de Donayre en lo que respecta a su deber de velar por la defensa nacional, pues todo ejército invasor debe ser repelido con las armas, lo que implica muertes (ver: Alejandro Foxley pide a García destituir a Donayre).

Pese a todo, de manera servil, García había pedido a Donayre que se disculpe ante los chilenos. Pero como los chilenos seguían exigiendo soberbiamente la cabeza de Donayre, no obstante faltar sólo días para que se cumpla su retiro de la manera prevista hace mucho tiempo, debió salir José Antonio García Belaúnde a declarar que era imposible destituir a Donayre y que Chile está dramatizando.

Sin embargo, contra lo declarado por García Belaúnde, que es la línea del gobierno, el presidente del Consejo de Ministros, Yehude Simon, manifestó que Chile no está dramatizando, apoyó a los chilenos —no a su Patria, el Perú— en el pedido de destitución de Donayre y agregó que si la situación hubiese sido al revés el Perú hubiese hecho lo mismo, cosa irreal, puesto que el Perú nunca ha logrado que Chile se disculpe ni siquiera por la venta de armas a Ecuador durante la guerra con el Perú.

Con esas declaraciones Simon, una vez más, se saca la careta de apátrida, oportunista, prochileno, antiperuano y hasta antigobierno (como todo rábano caviar). No obstante, eso no es ninguna sorpresa.

Ya antes de ocupar el cargo de ministro, desde su posición de Presidente Regional, se había desnudado como apátrida, antiperuano y prochileno al criticar a quienes se oponen a la venta de gas a Chile (ver: Yehude Simon, el converso a la estupidez).

Pero esas declaraciones desde su cargo lambayecano no nacieron allí ni nacieron por su afinidad con el Apra o su adulación a este partido político. Tienen larga data, pues es harta conocida la cercanía de Simon a los terroristas del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), motivo por el cual fue encarcelado.

Hasta ahora no ha sido debidamente esclarecido el hecho a la opinión pública con la debida transparencia, pues no se ha mostrado a la población el expediente de su proceso, como lo requirió el congresista Raffo, quien mostró documentos de la Dircote que implican a Simon nada menos que en un asesinato, además de tener estrecho contacto con los altos mandos de ese grupo terrorista (ver: Yehude Simon debe decir la verdad sobre su pasado en el MRTA).


¡Qué coincidencia que alguien que tuvo tan estrecha relación con el MRTA ahora abogue por los chilenos en contra de los intereses del Perú!

Estos hechos fortalecen nuestras hipótesis de la infiltración chilena en el MRTA y Sendero Luminoso, grupos terroristas en los cuales se capturaron subversivos chilenos que habían penetrado a las cúpulas con el afán de destruir al Perú (ver: Simon, el MRTA y los indultos).
Por ello, ya sabemos para quien trabaja Simon.

Ahora entendemos por qué el Apra, para salir de su debacle política, recurre a alguien como Yehude Simon: no importa que haya tenido o no algo que ver con el terrorismo, lo que sí importa es que sea prochileno militante.