El colmo: Cecilia Blondet pretende recomendar a otra “contralora”
Con ello comprobamos qué clase de personajes están enquistados en las ONG, donde se arrogan la representación del Perú para asuntos de ayuda social o ética, como es este caso, donde vemos que la ONG que ella dirige. ”Proética”, de ética o proética no tiene nada.
Después del estruendoso escándalo de Suárez, que demuestra la pésima calidad de trabajo de la comisión integrada por Blondet, inclusive hasta los apristas reconocen el ominoso trabajo de la comisión y la califican de deficiente, sí, pero después de haber defendido a capa y espada el nombramiento de Suárez, pese a las denuncias de los parlamentarios nacionalistas y del acciopopulista Yohny Lescano.
Siendo entonces amplio consenso no sólo de la ciudadanía, sino hasta de los apristas, que la comisión integrada por Blondet es un cadáver pestilente, esta señora resucita de los escombros morales donde fue sepultada y sale a proponer que se acepte a alguno de los otros dos miembros de la terna de candidatos a la Contraloría General de la República, Mayen Ugarte Vásquez Solís y Fuad Khoury Zarzar, como manifestó a El Comercio.
Tanto Mayen Ugarte y Khoury Zarzar, como la misma Ingrid Suárez, están estrechamente relacionados con el la Universidad de Piura, por lo tanto, con el Opus Dei, y ya sabemos qué cosa es Ingrid Suárez y cómo lucha esta secta por parasitar en altos cargos, como ya dijimos en otro artículo:
Siendo que esta candidata fue propuesta por el opusdeísta Rafael Rey, una vez más se confirmaría el carácter fraudulento de la secta Opus Dei y de su afán por enquistarse en altos cargos con remuneraciones privilegiadas, pues el mismo Escrivá, en su libro de combate, Camino, los adoctrinó a luchar por un cargo de dirección ¡aunque sean necios!: Máx. 352: ‘Corrígete, por favor. Necio y todo, puedes llegar a ocupar cargos de dirección...' (ver: La verdad sobre el Opus Dei - Una secta peligrosísima).
Además, Escrivá los adoctrinó en la inmoralidad en ese mismo libro: “387 El plano de santidad que nos pide el Señor, está determinado por estos tres puntos: La santa intransigencia, la santa coacción y la santa desvergüenza.”; y “391 ¿Si tienes la santa desvergüenza, qué te importa del ‘qué habrán dicho’ o del ‘qué dirán’?” (ver: Rafael Rey: Ley 29198 y la “santa desvergüenza”).
Para colmo del descaro, Blondet insistió en que se debe continuar con la experiencia de tener una comisión que, desde la “sociedad civil”, recomiende a algunos candidatos para este tipo de cargos públicos y precisó que entre las cosas que se pueden mejorar está el tipo de convocatoria para formar la comisión y la manera cómo se revisan las hojas de vida de los postulantes.
Vemos pues que este cadáver moral dice ser representante de la “sociedad civil” y ya sabemos que para estos personajes ser “sociedad civil” es ser mantenidos por una ONG que se arroga representación de los pobres, de las mujeres y de diversos sectores sociales, pero pisoteando las normas éticas de la transparencia se niegan a publicar (para que toda la ciudadanía, a la que dicen representar esté enterada) detalle de cuánto reciben, quiénes están en sus planillas doradas, a quiénes favorecen con jugosas consultorías ni detalle de sus gastos.
Además, ¿qué es la “sociedad civil”? Es una entelequia creada por los comunistoides que siempre criticaron al “imperialismo yanqui”, pero ahora no tienen ningún reparo en vivir de los planes de infiltración de Estados Unidos mediante estas ONG, entre los cuales se contó la esterilización compulsiva de indígenas en apoyo al dictador Fujimori, y ahora viene la promoción de los homicidios de los no nacidos, mediante fondos, entre otros, del brazo de infiltración internacional de la CIA, la USAID (ver: Usaid, la Agencia para la Desestabilización Internacional estadounidense y Al descubierto maniobras de infiltración y desestabilización de la USAID), de la cual obtiene ingresos Cecilia Blondet mediante sus actividades oenegeras.
Estos mercenarios de escritorio, sólo por el hecho de tener una ONG y amigos en algunos medios, creen ser representantes de toda la ciudadanía y se creen con derecho a formar toda clase de comisiones para interferir en los destinos del Perú.
Esperemos que se apruebe la ley que obligue a las ONG a publicar detalle de sus ingresos, egresos y actividades y si no lo quieren hacer, entonces que no reciban la subvención del gobierno mediante las exoneraciones de impuestos porque ese dinero hace falta a los que más lo necesitan.
