Incorregible: Ingrid Suárez llora, pero sigue negando que mintió

 

Después del escándalo que produjo el engaño de Ingrid Suárez y su defenestración por el propio Presidente de la República, la candidata a contralora lloró y pidió disculpas al mandatario, pero sigue insistiendo en que no mintió.
 
Como se sabe, además de haber mentido mantuvo en suspenso y ruido al Congreso y a la opinión pública al no salir a declarar ni a declinar del nombramiento. Recién ahora, después de anulado su nombramento y en vísperas de ser denunciada por el Congreso, Suárez dijo: "El Mandatario pudo haber pensado que he faltado a su confianza por no salir a declarar oportunamente", y agregó que no engañó al país y que no actuó "de mala fe".


Ahora es “víctima”

Tras disimular su actuación, persistió en la contumacia de negar su engaño, que para varios congresistas significa el haber cometido varios delitos. "Soy víctima de acusaciones que finalmente fueron desvirtuadas", manifestó y señaló que colocó los estudios que realizó como alumna libre en Universidad de Gijón mediante un documento personal y no oficial.

Es decir, un documento que los congresistas y la propia universidad califican de falso, ahora ello lo llama “documento personal”. Añadió que espera las denuncias que interpondrán contra ella para defenderse.
Para más drama y victimización, Suárez aseguró que le han hecho un gran daño como profesional y contra su honor. "Mi futuro es incierto", lamentó. Ahora más bien se debería analizar su pasado en las planillas doradas del PNUD, que tanto cuestan a los contribuyentes con el pretexto de que se trata de "genios".

“La prensa tiene la culpa”

Pero lo que ya deja pensando si esta señora no padece de mitomanía o de algún otro mal psiquiátrico, es el hecho de culpar a la prensa de sus males al afirmar que se tergiversó la información sobre el certificado —que no quiere llamar falso ni falsificado, sino “personal”— y culpó a la prensa por haber sobredimensionado los hechos.
"Creo que todo esto ha sido un malentendido que se ha escapado de un manejo y que los medios han podido agrandar como han querido", se quejó n CPN Radio. Además, ya amenazó con iniciar acciones contra los medios de comunicación que informaron "mal".

“No tiene malicia”

En esta secuencia de conducta anormal, Suárez indicó que a causa de su falta de "malicia y experiencia política" no pudo salir a los medios periodísticos para aclarar las cosas. "Nunca me he enfrentado a los medios, la parte mediática ha hecho tanta especulación e inclusive ha afectado mi honorabilidad. Los medios tienen un poder muy grande, pienso que los medios tienen que informar y lo que han hecho es juzgar y calificar", deploró.
Ahora nos presenta el cuento de que es una inocente paloma sin malicia. ¿Acaso no hay que tener no sólo malicia, sino una gran osadía y sangre fría para ostentar un título que no se posee? ¿Y acaso no es el cargo de Contralor General de la República uno de los más importantes en el sector público y el más importante en la lucha contra la corrupción, la inmoralidad y la falta de ética en todas sus formas, incluyendo el engaño? Claro que sí, y los escándalos en torno a un contralor son primera plana aquí y en cualquier país del mundo. Pero para ella la prensa ha sobredimensionado. Patológica.