Despido a policías desnudas, ¿figuretismo de Cabanillas?

Ayer se conoció que cuatro mujeres policías fueron despedidas por haber aparecido desnudas o semidesnudas en un portal de pornografía mientras se encontraban en el vestuario de su institución.


Después de ver esas imágenes en Youtube, se puede decir que la medida de destituirlas es extrema, por diversas razones, excepto para la policía que filmó las escenas.

El ambiente que se facilita a las policías es de uso comunitario, es decir, no tienen posibilidad de reservar para ellas solas, de manera individual, su intimidad, por lo que deben compartir su desnudez y semidesnudez con el resto de mujeres, incomodidad a la cual, no obstante, están acostumbradas. Esta situación, en lugar de provocar condena por parte de sus superiores, debería ser un elemento que se debe tener en cuenta en cualquier juicio de valor sobre las policías.

En cuanto al comportamiento de las policías, sí se podría decir que la policía que filmó las escenas incurrió en una falta grave, por violar la intimidad compartida, incluso se advierte que de forma inicial las otras policías la rechazaron, aunque después, tal vez pensando en una amistad o condescendencia mal entendida, lo tomaron como broma.

Varias de las policías rechazan la broma, pero una de ellas llega a desnudarse completamente, pero sólo un momento, siguiendo una broma, lo cual sí podría ser cuestionable y podría ser un comportamiento en cierto grado impropio, pero no una falta grave, puesto que la misma policía, al darles un ambiente conjunto, las alienta a mostrarse entre ellas sus desnudeces, lo cual no sólo sucede en los ambientes policiales, sino también en los militares, y no sólo de nuestro país, sino en casi todo el mundo, lo cual no es novedad.

De modo que si la institución no tiene la posibilidad de brindarles un ambiente individual, resulta exagerado que ahora pretenda castigarlas por haber bromeado con su desnudez, porque allí quedó todo, no se vio que el asunto pasara a actos morbosos o pornográficos. Todo no pasa de ser un acto de broma algo exhibicionista.

Según parece, el video estaba dentro de un celular que fue robado. No obstante, eso no exime a la policía que lo grabó de haber cometido una falta grave, por haber violado la intimidad comunitaria, ya sea que premeditadamente haya distribuido la filmación o se la hayan robado, pues desde el momento en que graba ya expone concientemente al grupo a que las imágenes puedan ser vistas por otros y que se haga mal uso de las mismas, por lo que debería ser sancionada.

Siendo estos los detalles del caso, todo parece indicar que salir a los medios y proclamar el despido de las cuatro policías no es más que un acto de protagonismo de la ministra Cabanillas, que debería canalizar sus esfuerzos a combatir la verdadera corrupción que corroe la institución policial con un serio perjuicio para su magro presupuesto.