Por Wilbe J. Bríos

El 29JUN celebramos el Día del Papa, recordando el impacto de los apóstoles Pedro y Pablo —tocayos de nuestro presidente Pedro Pablo Kuczynski— en la consolidación de la iglesia de Cristo en el mundo. Con ello recordé cuando Pedro, en el año 64 d. C., huye de la masacre del emperador Nerón contra los cristianos en la capital del imperio y, en la Vía Apia, se encuentra con Jesús que entraba a Roma cargando una cruz. Al verlo Pedro le pregunta “Quo vadis Domine” (‘¿Adónde vas, Señor?’), respondiéndole Jesús “Romam vado iterum crucifigi” (‘Voy hacia Roma para ser crucificado de nuevo’). Pedro entiende el mensaje de Cristo, se avergüenza y regresa a Roma a cumplir con su deber, predicar la fe y estar al lado de los cristianos que son su pueblo, siendo por ello martirizado y crucificado en el circo de Nerón, ubicado en la Colina Vaticana, adonde hoy está el centro de la cristiandad mundial, siendo eterno el recuerdo del primer Papa de la iglesia católica. De Nerón, que usó la fuerza para combatir la fe, todos nos acordamos como un malnacido que no es ejemplo para nada.


Kuczynski cumple 79 años el 03OCT2017, no es un personaje improvisado; es un avispado, controvertido y casi octogenario político, con más de 50 años de experiencia, desde que en 1966 Belaunde lo nombró en el BCR. En su actividad privada PPK trabajó en diversas partes del mundo como accionista, director o gestor de intereses (lobby) de importantes corporaciones transnacionales. En su actividad pública PPK trabajó en el BCR con la democracia (FBT) y la dictadura (Velasco), en 1980 fue ministro de Energía y Minas e impulsó la ley 23231, que concedía grandes exoneraciones tributarias a las empresas petroleras extranjeras, la que fue muy cuestionada y derogada en diciembre de 1985. PPK no participó de la Marcha de los 4 Suyos pero se pegó a Toledo y fue su ministro de Economía, realizando acuerdos muy criticados con el FMI, la llamada política del “chorreo”, hasta que por el “arequipazo” —protestas por la privatización de la empresa eléctrica EGASA— renunció el 11JUL2002, habiendo sido criticado también por impulsar la Ley del Gas de Camisea, que favorecía la exportación antes que el mercado interno, vendiéndose el gas peruano a US$ 0.51, lo que el presidente boliviano Evo Morales vendía a US$ 7.00, lo que fue muy cuestionado por el candidato Barrenechea de AP en la última campaña electoral. PPK regresó como Premier de Toledo en 2005, hasta que concluyó su mandato en 2006, abriendo las fronteras a los capitales chilenos, lo que fue muy cuestionado.
                    
Cuando PPK fue ministro de Economía de Toledo, Fernando Zavala fue su viceministro, y cuando PPK fue promovido a Premier, Zavala fue su ministro de Economía. Ahora PPK es presidente y Zavala su Premier pero, a la vez, su ministro de Economía, con lo que la ligazón entre ambos personajes es muy fuerte. Según ley, el ministro de Economía es, a la vez, el presidente de PROINVERSIÓN, la poderosa entidad gubernamental que otorga las concesiones del Estado, por lo que casi cinco años esta institución ha estado en manos de la dupla PPK-Zavala, habiéndose entregado concesiones como las de Odebrecht que dice haber sobornado a Toledo con 20 millones de dólares. ¿Qué curioso, no?
                                 
PPK se refugió en los EE. UU., donde adquirió la nacionalidad de dicho país, en la época de la férrea dictadura de Velasco, e hizo lo mismo en los sangrientos años del terrorismo, “porque era peligroso vivir en el Perú”. Para las elecciones de 2011 armó su candidatura a la presidencia con un “sancochado” llamado Alianza por el Gran Cambio y, sin mayor campaña, quedó tercero con el 18.5%; su exjefe Toledo quedó cuarto con el 15.6% de votos, recordándose que, para esa elección, Vargas Llosa —con su enfermizo odio contra Fujimori— instó a PPK a que renuncie a favor del “cholo”, acusado de ladrón, y luego fue “garante” de Humala, el “Capitán Carlos”. ¡Por Dios con el español!
 
En la campaña de 2016 PPK armó otro grupo con sus iniciales, Peruanos Por el Kambio; no hizo ninguna campaña por las provincias, no formó cuadros en un partido político, no consolidó sus congresistas, se rodeó de tecnócratas amigos; y en la primera vuelta, quedó segundo con el 21.1%, ganándole ajustadamente a Verónika, de la izquierda, que sacó el 18.7%, mientras que Keiko quedó primera con el 39.9% de los votos. PPK y Keiko pasaron a la segunda vuelta, donde PPK ganó la elección para presidente con el 50.1% —por el ¡insólito! apoyo de la izquierda a un neoliberal— y Keiko perdió con el 49.9%; la diferencia de votos fue de 0.2%, es decir, 41,057 votos. Según la ONPE, el ausentismo en la primera vuelta fue del 18.2%, y en la segunda vuelta fue del 19.9%, incrementándose la ausencia de votantes en 1.7%, con 391 234 personas que no acudieron a votar, lo que creo puede estar relacionado con la orden de Humala para que, el día de la votación, hubiera inamovilidad de miles de policías y militares. ¿Humala le robó la elección a Keiko? ¿Sabía PPK de la jugarreta de Humala? ¿Al estilo de la mafia, PPK le debe un favor a Humala? ¿Qué opinas?
                       
Pero una cosa es ser funcionario o gestor de Intereses (lobby) de grandes empresas y otra es ser Presidente de la República, por lo que, salvando las indudables distancias y diferencias con la tradición cristiana, creo que debemos decirle al Presidente del Perú, “Quo vadis Pedro Pablo Kuczynski” (‘¿Adónde vas, Presidente?’), para que reflexione en el mes de la patria y gobierne con éxito para todos los peruanos, porque tenemos graves problemas en los 11 meses en que PPK está en el sillón de Pizarro. Y la mejor encuesta es preguntarnos si sentimos que nuestra situación personal ha mejorado con relación al gobierno de Humala; yo creo que no, ¿usted qué opina? En estos días debemos reforzar la esperanza porque, como dijo el historiador Jorge Basadre, “el Perú es más grande que sus problemas”, solo que iniciamos el segundo semestre de 2017, en nuestra Lima querida, en nuestro Perú de todas las sangres, inmersos en complicados temas, como la parálisis económica del país y los problemas políticos del gobierno de PPK.
               
La inversión pública está en caída libre hace tres años, desde la época de Humala, sin que Kuczynski informara de ello al país cuando ingresó a gobernar, como era su obligación. Con datos a mayo 2017, se ha ejecutado solo el 19,6% del Presupuesto de la República —debiendo estar en el 40%— por la ineficiencia del “gabinete de lujo”, donde la mayoría de ministros son economistas, quienes —además— no han hecho lo principal, no han destrabado los 4292 proyectos viables que existen por S/. 19,086 millones de soles. Por si esto fuera poco, en el país tenemos proyectos por US$ 43 569 millones de dólares, de los cuales US$ 10 271 millones están aprobados pero paralizados por conflictos sociales que debe resolver el premier Zavala, como Conga, Galeno, Rio Blanco y Tía María, entre otros. También los megaproyectos —según los analistas del BBVA— por US$ 7 863 millones de dólares —en proyectos mineros como Quellaveco y Toromocho— no iniciarán su construcción por decisión de las propias empresas, esperando mejores señales del gobierno. Así las cosas, a PPK se le ocurre la peregrina idea de poner al premier Zavala para que también sea ministro de Economía. ¿Les falta gente o ideas o quieren seguir jugando en dupla, Kuczynski-Zavala, como en el gobierno de Toledo, en la época en que Odebrecht ganaba todo?
 
La inversión privada no existe, sigue en descenso desde 2014, nadie invierte hace tres años en el Perú; eso nos dejó Humala y Kuczynski lo tapó, porque tampoco lo dijo al país. Estimado amigo: póngase usted en los zapatos del empresario peruano, de cualquier tamaño, que tiene su almacén lleno, varias máquinas paradas, compradas al crédito, y sus productos rotan lento porque en la calle no hay dinero, ¿se animaría a invertir comprando más máquinas para producir? Ni loco… ¿cómo las pagaría? Pero tampoco el accionar del gobierno genera confianza, no hay liderazgo del Presidente de la República y fue mala la gestión en el MEF, en la llamada “Bolichera”, del renunciante ministro Thorne —quien fuera comunista de joven, al igual que los ministros Basombrío y Nieto y el congresista Gino Costa— porque en 11 meses ninguna de sus políticas dio resultado, a pesar de recibir apoyo del Congreso con la aprobación del Presupuesto General de la República, la aprobación de las Facultades Extraordinarias y la Ley de Reconstrucción, conforme lo señala la gran mayoría de analistas económicos. En el fracasado “gabinete de lujo”, en el gobierno de un superneoliberal como Kuczynski, el Perú tiene “el lujo” de tener tres ministros con remembranzas marxistas. ¡Cómo para no creerlo!

(Continuará con el 2/3)…