Ante peligro de guerra con Chile

Sí. peruanos, a gastar


Las permanentes declaraciones de personajes de la política de Chile y de militares de ese país no dejan ninguna duda de que van a continuar sus usurpaciones en perjuicio del Perú, cualquiera que sea el dictamen final de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), ante la cual el Perú ha presentado una demanda para intentar frenar la peligrosa situación en que ya vivimos.


Situación actual

Los gobernantes peruanos y, con pocas excepciones, los políticos peruanos, con el bien aceitado coro de la corrupta prensa prochilena, presentan al público la idea de que nuestra demanda ante la CIJ es una acción de firmeza que busca justicia y que, rebatiendo en ese foro las aberrantes interpretaciones que Chile da a tratados, convenios y declaraciones, se pondrán las cosas en su sitio, que la CIJ nos dará la razón, etc. Eso es totalmente falso.

Está visto que si un país quiere, desafía a las Naciones Unidas (ONU) y a la CIJ. Sudán e Israel, por ejemplo, se ríen a carcajadas cada vez que una resolución de la ONU les pide cesar la matanza de civiles. Corea del Norte se arma como quiere y ve como algo cómico las resoluciones de la ONU o las amenazas de los EE. UU. Mencionamos esto para que todos entiendan que si un país se niega a acatar una resolución de la CIJ no pasa nada. Únicamente la legítima acción armada del país afectado con el incumplimiento puede corregir la situación. Ésa es la verdad, Chile no va a acatar el dictamen de la CIJ; su mensaje al Perú será: “Sácame si puedes de los 37 000 metros cuadrados que te robo en Tacna, y sácame si puedes del mar territorial que me da la gana de usurpar”.

Ningún medio de comunicación y ningún político, ningún militar (en actividad o en retiro) dice con claridad y en tono de alerta de máxima gravedad que nuestra soberanía territorial ya está vulnerada, que Chile, país delincuente y ratero, tiene control de 37 000 metros cuadrados de tierra tacneña. Y no ponen este énfasis porque pondrían al descubierto que el presidente de la República, Alan García y las fuerzas armadas están faltando al deber constitucional (artículos. 118.°, 165°) de mantener la integridad territorial del Perú, con la complicidad del silencio de la mayoría del Congreso de la República. No sólo eso: la bajada de tono, la política de “cuerdas separadas” y las maniobras distractivas tienen por finalidad dar más tiempo para que Chile, país enemigo del Perú, se arme más de lo que ya está y, al mismo tiempo, alegue que todos estos años de silencio significan el consentimiento del Perú a la mencionada usurpación de suelo tacneño.

Significado de la situación


¿Para qué se hace una guerra entre países? Se hace para castigar alguna provocación, para obtener ventajas económicas (acceso a recursos naturales), para obtener dominio económico o para apoderarse de territorios. La especialidad de Chile es apoderarse de territorios de sus vecinos Bolivia y Perú; pero además, mediante mecanismos de corrupción, ha logrado una importante presencia en la economía del Perú. Entonces debe estar muy claro para nosotros que en este momento Chile ya ha logrado dos importantes objetivos:

a) robar territorio de Tacna trazando desde el hito 1 (268 metros tierra adentro) una línea que intersecta la orilla del mar en un punto 250 metros al norte del punto Concordia (válido por estar contemplado en un verdadero tratado de límites), lo cual le permite quitarnos 37 000 kilómetros cuadrados de mar territorial y dejarnos frente a Tacna sin nada de las 200 millas que nos corresponden;

b) obtener hegemonía económica en el Perú, incluyendo sectores estratégicos como la aviación comercial, transporte marítimo1, agencias aduaneras, etc.

 

 Lo importante es que nos demos cuenta de que estos dos objetivos mencionados sólo se consiguen mediante guerra, pero Chile —que puede hacerla— ha optado no por la acción armada; ha contado más bien con la corrupción y la traición a la patria de peruanos puestos al servicio del enemigo. Pero el resultado es igual: el Perú pierde territorio y va en camino de convertirse en colonia de Chile, país delincuente.



En el Perú algunas personas están confiadas en que por la internacionalmente conocida cobardía de los militares chilenos nada va a pasar, pero debemos tener en cuenta que al sentir la presión del pueblo chileno que apoya todo robo territorial y ver que tienen armamento moderno, puede ocurrir que el impulso a la ratería se imponga en sus corazones y veamos a los militares chilenos atacando el Perú. Hay que estar preparados para todo.

Cómo enfrentar la situación

Ante el entreguismo y pasividad de quienes son mantenidos por el pueblo peruano para conservar incólume la soberanía nacional, ante el servilismo suicida de vender todo lo que se pueda a los chilenos (incluyendo tierra agrícola) y darles entrada al país sabiendo que son quintacolumnistas de la fuerza armada chilena, a los peruanos nos queda movilizarnos en las calles, denunciar constitucionalmente a los que ceden territorio al enemigo y exigir para nuestra fuerza armada una asignación presupuestal proporcional al peligro.

Muchos periodistas mermeleros vendidos a Chile reaccionan y dicen cosas como que los sectores Salud y Educación van a quedar más desantendidos de lo que están, que se van a paralizar obras de infraestructura, etc.; dicen, además, que está probado que hay militares corruptos que van a embolsicarse el dinero.

Los mermeleros también restan importancia a la ocupación de las casi cuatro hectáreas de Tacna por parte del ladrón gobierno chileno, ¿qué esperan, que los delincuentes del sur invadan hasta Arequipa para recién alertar?

A estos felipillos y felipillas al servicio del enemigo chileno, a estos sirvientes y sirvientas traidores que se proponen desarmar materialmente a nuestra fuerza armada y desarmar psicológica y moralmente a la población peruana, les respondemos punto por punto:

i) Es cierto que al dar más dinero del presupuesto nacional a la fuerza armada va a haber menos fondos para los sectores Salud y Educación y para obras públicas. Pero ¿no sabemos que el sistema de Salud peruano está hecho para matar a la gente en vez de conservar su salud?, ¿no sabemos que el sistema educativo peruano es el peor de América Latina y que de todos modos va a seguir así por las “capacitaciones” que realiza el gobierno aprista y que hemos denunciado2? Siendo esta la realidad, que haya menos plata para dichos sectores no cambia la situación, de todas maneras las cosas están calculadas por el estado con la finalidad de que sigan así de mal, para que mueran poco a poco más peruanos y para que obtengan una educación muy pobre, la que necesita un país exportador primario, modelo que los chilenos han ordenado aplicar a sus sirvientes peruanos, quienes con mucho gusto lo ponen en práctica. En conclusión, las cosas no van a mejorar nunca en los sectores Salud y Educación (para no hablar ya de la seguridad ciudadana, casi inexistente en el Perú), es previsible más bien que haya cambios para mal; y con la reducción que se aplicará para atender a la fuerza armada simplemente lloverá sobre mojado, no hay de qué preocuparse;

ii) Es verdad que ha habido y hay militares corruptos, pero los medios de supervisión de la Contraloría han mejorado, ya los militares no pueden hacer lo que les de la gana con el dinero que les asigna el Estado. Debemos denunciar que la intención de los periodistas y políticos vendidos que ponen énfasis en el caso de los militares corruptos es doble: crear condiciones de opinión pública que hagan ver este mal como una cosa generalizada, cuando lo cierto es que son casos individuales (hay militares en la cárcel y otros denunciados), y presentar a los militares como elementos innecesarios en el mundo actual.

Reaccionar

Esta visión torcida de la realidad que presentan periodistas y políticos venales tiende a que la población desvíe la mirada de los problemas reales que existen en la frontera sur, y de la hegemonía que tienen los rateros chilenos en la economía peruana. Por eso decimos claramente: vivimos ya una situación de grave peligro de seguridad nacional y se debe aumentar el presupuesto asignado a la fuerza armada, lo cual significa, para empezar, asignarle un punto porcentual más del PBI, en el entendido que se trata de gastos en equipo y material militar, no en salarios3.

Las propuestas de dar un porcentaje de regalías mineras o de hidrocarburos tienen las desventajas de crear discordia entre peruanos (ya los gobiernos regionales están a la defensiva porque ven afectada la parte que les toca) y de ser algo inseguro y variable (¿qué pasa si la crisis internacional continúa y se exportan menos minerales?, ¿qué pasa si las empresas se niegan a dar dinero basándose en que las regalías por sobreganancias son voluntarias, según lo estableció Alan García, rompiendo una promesa electoral?).

Estamos en la obligación de decir con toda claridad: los peruanos tenemos la desgracia de que Chile se nos coló como vecino por la guerra de 1879-1883 y debemos gastar en armarnos porque ese país delincuente tiene una cabecera de playa en Tacna, que se propone utilizar para seguir avanzando más en territorio peruano. Además debemos entender que la calidad de los servicios de Salud y Educación, entre otros, va a bajar, pero sabemos que ahora ya están pésimos y se notará poca diferencia. Simplemente lloverá sobre mojado, como indicamos líneas arriba.
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1 Periodistas y políticos corruptos, a sueldo de Chile, dicen que en economía no hay nada estratégico. Pero estos rateros olvidan que durante la guerra del Alto Cenepa (1995) los barcos mercantes chilenos, predominantes en nuestro mar, se hicieron humo, para asegurar el objetivo del estado chileno de ayudar a Ecuador privando de combustible a la fuerza armada peruana que combatía en el norte y requería de los barcos para el transporte de ese combustible. Esto sin mencionar la venta de armas de Chile a Ecuador en plena guerra, pese a su condición de país garante. ¡Qué tales rateros “garantes”!

2 Leer Evaluación de profesores: después de la farsa, ¿qué?

3 Tampoco somos ciegos y podemos creer que tienen lealtad al Perú los militares que confraternizan con la fuerza armada enemiga o que le ponen monumento a una rata enemiga como el chileno Arturo Prat (caso de la Marina de Guerra). Si el dinero para el equipo militar sale del pueblo, el pueblo tiene por tanto el derecho de asegurarse de que se expulse a todos esos malos elementos prochilenos que existen en la fuerza armada. No va a vivir de nuestra plata gente que siente simpatías con el enemigo o que abiertamente es sirvienta del enemigo.