Herbert Mujica Rojas
 
¿Cómo se puede castigar a los funcionarios públicos que roban los dineros del Estado?, ¿de qué modo escarmentamos a ex presidentes de la República, congresistas, gerentes, altos funcionarios, acostumbrados a las coimas y a la estafa con contratos o licitaciones con dedicatoria, nombre y apellido?
 
 
congreso 3 abril
 
No basta, de ninguna manera, el Código Penal o el Civil. Quien tiene dinero, influencia, amigos y compadres, suele eludir mañosamente los castigos, carcelerías o detenciones. O son muy benignas o no se aplican porque aquí en Perú hay banqueros que se han hecho confeccionar salas penales especiales para ellos y, por supuesto, ¡jamás son inculpados!
 
En los tiempos del fujimorismo, esa turba que hizo del saqueo del Estado una vocación permanente y capaz hasta de delinquir con la ropa usada que nos venía donada del exterior, aventuré la expresión de Paredón Moral para los cacos.
 
¿Qué hace un ratero de cuello blanco, apellido “honorable”, auto del año y con faltriqueras nutridas de muchos billetes?, compra jueces al peso, soborna policías y acuerda con los buena gente que deciden “cómo” asumir su castigo. Luego de algunos años en que sus cuentas no son tocadas y ¡mucho menos! el producto de sus robos –casas, acciones, inversiones, siempre a nombre de terceros o cuartos- que permanecen inmunes a cualquier pesquisa, se “sombrea” y vuelve a la cosa pública. Y no pocas veces resulta pérfido candidato a la presidencia o al Congreso.
 
Para los saurios las líneas precedentes son blasfemia porque sindica exactamente sus prácticas mafiosas. 
 
¿Qué hacemos cuando el réprobo supera los años de su carcelería y su “deuda” con la sociedad? El formalismo legalista defendido por los abogados suculentamente avituallados por sus clientes, denota que ya se cumplió el ciclo.
 
Lo antedicho choca con una lacerante realidad: ¿y qué hacemos con tantos infames que buscan en el Congreso o en la presidencia el blindaje para robos de mayor amplitud y espectro criminal?
 
En el Parlamento actual hay, de 130 legisladores, 68 con procesos penales en curso o con sentencia. La pregunta cae por madura: ¿es un Congreso o una penitenciaría?
 
Es allí donde el concepto de Paredón Moral adquiere ribetes de enorme carga cívica y de castigo para los delincuentes.
 
Quien le robe al Estado merece el Paredón Moral que incluiría su foto con nombre y apellido en las páginas web de todos los ministerios y dependencias públicas. Más aún deberían llevar un DNI especial con la inscripción Robó al Estado de modo que si se salvan de la cárcel, no podrán hacer lo mismo cuando deban identificarse. 
 
El Paredón Moral es más fuerte que las puniciones hechizas que no pocas veces otorga la legislación penal. 
 
El pueblo es más sabio que todos los sabios y se da cuenta de cómo los rateros hacen de las suyas durante años de años y los signos exteriores de riqueza son una cachetada al pueblo.
 
Los muchachos que salieron a marchar estos últimos días, logrando con su indignación un clima insurgente que terminó con la renuncia del golpista ridículo luego de mucha cháchara en su “discurso”, gratificaron al Perú con una verdad monumental: ¡Sí se puede!
 
Dos jóvenes perdieron la vida en las protestas, débese investigar exhaustivamente a quienes dieron las órdenes y a los autores materiales de los asesinatos. ¡Y que les caiga todo el peso de la ley!
 
 
http://senaldealerta.pe/pol%C3%ADtica/%C2%A1pared%C3%B3n-moral-contra-golpistas-e-inmorales
http://bit.do/fK7nv