Por. David Auris Villegas                                            

¿San Valentín en las escuelas? Probablemente algunos académicos se rasguen la vestidura al leer este artículo, acusándome de frivolidad. Cada 14 de febrero rendimos tributo al amor y renovamos los votos de esperanza en la humanidad. En San Valentín, las campanas esbozan amorosas melodías, vigorizando nuestras amistades, forjadas desde las escuelas, como natural semillero del amor.

 

San Valentin

 

San Valentín, patrono, contestatario y mártir de los enamorados, arribó al mundo el 175 en Italia. Ejerció el sacerdocio cristiano y la medicina. Contraviniendo a las órdenes del emperador, solía casar en secreto a soldados enamorados, quienes estaban prohibidos hacerlo, por lo que fue decapitado un 14 de febrero del 273 de nuestra era, en la ciudad del amor, Roma, por orden de Claudio II.

Dignificando su sacrificio, Día de los enamorados, o Día del Amor y la Amistad, se originó en Europa. Instaurándose alrededor del 498 d.C, por el Papa Gelasio I, el 14 de febrero como Fiesta de San Valentín. Pero es con el poema, Parlamento de los pájaros del poeta Geoffrey Chaucer, esta fecha se encumbra como el Día de los enamorados, celebrándose gradualmente, hasta catapultarlo, Día Universal del amor.

En esta época de la posverdad y los valores prácticos, es imperioso impregnar a la vida de los estudiantes, el legado amoroso de San Valentín, para desafiar las vicisitudes cotidianas. ¿Es posible cantar al amor y hacer de este fabuloso Día de dulces y chocolates, un acto pedagógico desde las aulas? Desde luego que sí, afirma la educadora Guiomar Toledano, sugiriendo a los docentes, involucrar a los estudiantes y padres de familias, la práctica de estos valores.

El amor puede curarnos dice el Dr. Deepak Chopra, claro, el amor fiel a uno mismo, hacia los demás y la exclusividad de pareja, son claves para una vida plena. Cultivemos este sentimiento digno desde la niñez y toda la formación educativa, a través de actividades didácticas, como: terapias grupales, valores familiares, historias de amor, rentabilidad de la fidelidad y mentalizar que amar es vivir con pasión.

Siguiendo esta línea, la amistad y compañerismo surge en las escuelas y en nuestras interrelaciones sociales, por lo que es ineludible trabajar en las aulas, haciendo un espacio ameno, amigo del respeto, la empatía y la tolerancia como pilares interhumanos, apelando a diálogos y debates alturados, anteponiendo sobre las diferencias, esa amistad verdadera, como baluarte de la sociedad universal.

Del mismo modo, la solidaridad es situarse en el lugar de otras personas como percibía el milagroso San Valentín, al ponerse en lugar de los enamorados. En tal sentido, el mejor territorio para construir un mundo mejor, es la escuela y el hogar, para desarrollar en los niños y niñas, sentimientos de compasión hacia los demás. A través de planes y acciones solidarias con los estudiantes: repartamos amor a los huérfanos, visitemos asilos de ancianos, ayudemos a enfermos y a personas con limitación física y material.

Asimismo, el enamoramiento es un estado emocional e inolvidable que experimentan las personas, por lo que debemos preparar a los estudiantes desde las escuelas. Apelando a dramatizaciones románticas contextualizadas, escribamos poemas de amor, tarjetas de cariño, tiernas historietas de mutuo respeto, empoderando en nuestras mentes que, la pareja es alguien quien siempre nos comprenderá y nunca podrá hacernos sentir mal. Siempre nos hará feliz.

Como el amor empieza en el hogar y está protagonizada por el matrimonio que San Valentín defendió con su vida. En este sentido, es imprescindible educar desde la escuela y el hogar, el valor del matrimonio como eje fundamental de toda sociedad y uno de sus pilares es el amor sincero, la fidelidad y una comunicación de calidad, con el objetivo de disfrutar una vida feliz.

En suma, El Día de San Valentín, no solamente limitémonos a la fiesta del amor, enamoramiento y maravillosas promesas sino, aprovechemos esta fiesta cultural, como docentes, para educar de una manera didáctica, a las nuevas generaciones, dotándolos de mayor sensibilidad y amor hacia los demás, si pretendemos continuar con la función de la historia humana.

Fuentes:

© David Auris Villegas. Escritor, columnista y pedagogo peruano. Teórico de la educación para el desarrollo sostenible.

                                   

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https://orcid.org/0000-0002-8478-6738