Herbert Mujica Rojas

La pregunta es adecuada como imprescindible. Hay que responder con la verdad y por los hechos acontecidos desde que doña Dina Boluarte asumió luego de los sucesos lamentables del 7 de diciembre, 2022.

 

represion 28 ene 2023

 

¿Cuántos fallecidos por heridas de bala o violencia provenientes del Ejército o la Policía hay en diversas partes del país? Casi 70. ¡Ni siquiera esa contabilidad siniestra está clara! ¿No fueron civiles inermes, sin actitud agresiva o en plan de ataque mortal, los caídos? ¿Quiénes son los violentos?

¿Cuántos civiles, policiales o militares hay presos por estos hechos de violencia injustificada que fulminaron la vida de compatriotas de provincias? ¡Ni UNO! Inobjetable, trágico y espeluznante, aquí pareciera existir licencia para matar.

Nuevamente ¿Quiénes son los violentos?

¿Cómo van a identificar o tipificar en las entradas a Lima, quiénes tienen voluntades violentistas? ¿Por la forma del rostro, por el número de calzado o por la proveniencia geográfica? El racismo repugnante que considera al hombre o mujer del interior como potencialmente ligado a la violencia, es un adefesio indigesto.

Todos los informes internacionales dan cuenta de la violencia del Estado peruano que en nombre del gobierno de Boluarte, aplicó la mano dura, como si estuviéramos en guerra y como si los hombres y mujeres votando con los pies sus protestas, no fueran peruanos como todos nosotros.

El racismo, la exclusión, el desprecio, son todas estaciones viles practicadas por quienes sienten que a excepción de ellos, el resto no merece nada, sólo castigo, pan y agua o el balazo mortal que yugule sus vidas.

Entonces ¿Quiénes son los violentos?

Las autoridades del Ministerio de Cultura recibieron a patibularios de una taifa llamada “La Resistencia” pero que no es más que una turba urbana de esquiroles y matones a sueldo y para hacer los trabajos sucios en el ámbito civil. Estos delincuentes son despreciables. Como lo es también la ausencia de energía que debe aplicarse a quienes incurren en delitos.

¿De qué lado está el Congreso? ¡Cómo si fuera una sorpresa detallar las mil trapacerías que urdieron para lograr la vacancia de Pedro Castillo? ¡Y son tan mediocres los legiferantes que Castillo lo hizo contra sí mismo! ¿Para eso les paga el pueblo, sueldos que no merecen?

El gobierno se mantiene en dupla con el Congreso y en una coexistencia que nadie invade los fueros del otro hasta el 2026. Total hay sueldos por cobrar, protocolos de qué gozar, vivir feliz con la adulación de asesores y secretarias y transitar por la alameda del tráfico de influencias que es, de lejos, una veta mucho más rentable.

El tándem camina en alianza y contubernio. Entonces ¿Quiénes son los violentos?

Tres años atrás, el pueblo en referéndum, votó por casi 18 millones de ciudadanos contra la bicameralidad y reelección. Pero los legisladores hacen oídos sordos y pretenden conseguir, de todos modos, ambas circunstancias. No hay peor sordo que el que no quiere oír.

No pocas veces he escuchado la cantinela: “se necesita una cámara reflexiva”, “se harán mejores leyes”, “imprescindible la experiencia”. Lo divertido es que quienes lo repiten carecen de reflexión, intelecto político y toda su destreza se encapsula en el criminal tráfico de influencias a US$ 10 mil la entrevista en los ministerios.

¿Qué saben los burros de alfajores?

Los grupúsculos políticos que “salen” a las calles en mayestáticos grupos de no más de 10 personas, sólo abonan el terreno para la pitanza y la migaja que les obsequie el gobierno. Miserables que han perdido cualquier honor partidario, hoy se prodigan en la hambruna de cargos o favores rentados. Professional beggars, mendicantes de profesión, son una lacra.

Criminalizar la protesta con medidas que son a las claras bárbaras, empeñará el criterio de selección y agresión a gente que actuará con abuso y maldad. Anticipo letal de acciones que serán cubiertas y blindadas. En buen castellano, la licencia hasta para matar está siendo extendida de nuevo y con descaro.

¿Dónde están los intelectuales modositos que suelen reunir firmas para sus protestas? La cosa va en serio y así pontifica la prensa concentrada que sigue encontrando terroristas y violentistas debajo de cada piedra y en cada rama de árbol.

El pueblo quiere protestar y expresar su descontento. Tiene derecho pleno e irrenunciable a hacerlo. Sin duda y sin violencia, los infiltrados reales o los sembrados por los organismos de seguridad en su contrajuego, deben ser señalados y fotografiados y puestos tras las rejas.

¿Quiénes son los violentos?

 

12.07.2023
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