Herbert Mujica Rojas

La respuesta gubernamental a la manifestación ciudadana del 19 de los corrientes, ha consistido en burlas, mofas, minimizaciones. Como si fuera posible borrar las imágenes de los gruesos contingentes en las calles, con sus cánticos, lemas, carteles hechos a mano y expresando su protesta.

 

renuncia dina boluarte jul 2023

 

Esto hay que leerlo al revés: ¡miedo, puro miedo!

Que pasen los meses no inhibirá a los tribunales, en algún momento, de investigar, sindicar y castigar a los responsables, civiles, policías o militares por los casi 70 caídos en meses anteriores.

Puédese decir que los logros políticos de la gran acción del 19, no se perciben por el momento. Ni ha caído la administración de Dina Boluarte, se ha cerrado el Congreso o se ha convocado a elecciones. Pero tanto gobierno, Parlamento y los poderes reales que mandan e imponen sus criterios en el país, sintieron que el piso se les movió fuertemente.

Los testimonios dicen muchas cosas: indignación, convencimiento, ganas de marchar y de expresar su protesta, todo eso fueron, a partir del 19, constantes que si bien muestran múltiples colectivos, gremios y asociaciones, hay un sólido ánimo que presagia nuevos cuadros políticos y una urgente construcción de plataformas comunes.

Los gonfaloneros y mercenarios rentados, no perdieron tiempo y se los ve en la televisión, medios escritos y radiales, “opinando” mal de la marcha. ¡Para eso les paga, no otro será nunca su orientación, salvo aquella que determine el sueldo, estipendio, bono o —decimos en argot periodístico— “mermelada”!

Mientras que la movilización surgió del esfuerzo ciudadano, gremial y estudiantil, de manera entusiasta, sin financiación copiosa o alguna siquiera, con hombres y mujeres huérfanos de cualquier partidocracia, se supo una semana atrás que una partida del Mindef había sido habilitada por S/ 12 millones para inteligencia y contrainteligencia.

También se conoció que una donación proveniente de tres bancos: Scotiabank, Intebank y GNB, por el orden de S/ 4 millones, tuvo como destino la tesorería de la PNP. ¿Tanto dinero para qué?, ¿aparte de balas, gases lacrimógenos, varas de castigo?

Desde la semana pasada cientos de policías hicieron prácticas de desplazamiento por las calles de Lima, asemejaban a los escuadrones que en la Alemania nazi hacían muy vistosos –y aterradores- ejercicios por si acaso existían quienes no entendían el famoso sieg heil y el estribillo ¡Ein reich, ein volk, ein Fuhrer! (Un imperio, un pueblo, un jefe).

Como en la sociedad civil no dejan de haber ciudadanos observadores, se logró reparar que en el desfile-ejercicio de la PNP, los uniformes eran nuevecitos, recién estrenados. En buen romance, el pedido de prendas fue masivo. O sea que la reactivación del sector textil fue patente.

Otra de las cosas que merecen observación atenta, es la siguiente: felizmente no existieron bajas en ningún lado. A posteriori se han conocido agresiones con perdigones, varazos y maltratos de la PNP hacia civiles.

Dura condena a los exaltados que lanzaron presuntas bombas molotov o artefactos similares. Que la investigación sea exhaustiva. ¡No vaya a ser que luego se descubra que eran infiltrados o personal a sueldo con propósitos aviesos!

¿Querría decir entonces que la brutal violencia a cargo de la PNP y FFAA, en las manifestaciones anteriores, fue un acto criminal innecesario, cruel, “escarmentador” y que tuvo el horroroso saldo de casi 70 muertes de compatriotas de provincias?

Los que dieron las órdenes, por jerarquía, tendrán que ser enjuiciados severamente y pase lo que pase, el asunto ya fue condenado por todos los reportes internacionales que dieron cuenta de las matanzas de meses pasados.

Por tanto, ningún nuevo gobierno, cuando llegue el momento, podrá “pactar” perdones o aguas tibias para los responsables. Y es bueno anticipar esta señal de alerta porque no vaya a ser que los asesores políticos, brillantes en la emisión de paparruchas, ya estén cocinando sus fórmulas perdonavidas.

Los del Congreso no se libran de sus malas acciones, tampoco. Hicieron, en su vasta mayoría ejercicio irresponsable procurando la vacancia de Pedro Castillo quien les hizo torpemente el favor de vacarse él mismo, con la incomprensible acción del 7 de diciembre.

¿Y qué ha hecho el Congreso? De todo para llegar a obtener la desaprobación del 90% de peruanos que consideran inútil y poco inteligente a este poder legislativo. De 130 ni el 10% se salva de ser motejados como descartables hoy. O mañana.

Lejos de haber sido una manifestación unitaria, sí lo fue como expresión de protesta indignada, de hartazgo ante la ineficacia de un gobierno con manos manchadas en sangre y que no sabe qué hacer que enviar a sus perros de presa a tirar barro con ventilador a esos valientes hombres y mujeres que votaron con los pies en las calles de todo el país.

 

21.07.2023
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Señal de Alerta