Juan Huaylupo Alcázar *

La temática sobre el eterno retorno tiene su referencia histórica en la antigua Grecia con la creencia del tiempo circular, pero con presencia hasta el presente, así como en diversas concepciones del pensamiento filosófico (Vico, Nietzsche), científicas (Copérnico, Newton, Kepler, Laplace), en las religiones, así como en las visiones políticas y en las pretendidas predicciones cuantitativas contemporáneas, las cuales a partir de su generalidad difunden las ideas que imaginan que lo ocurrido, en determinadas circunstancias, se repite como un eterno presente, sin pasado ni futuro, como una máquina autónoma que reinicia su ciclo sin control, supeditando el universo y las relaciones humanas, como una eterna reedición del mito de Sísifo.

 

sin retorno

Independientemente de lo que se enuncia retornar, es una idea que contraviene la racionalidad científica contemporánea, que admite que son inéditas las determinaciones y circunstancias de cada proceso natural, social o individual. No existiendo fenómeno alguno que sea igual a otro. La igualdad es una ilusoria abstracción que simplifica la complejidad y la heterogeneidad de las realidades, el encontrar algunas similitudes entre eventos y fenómenos distintos o similares, no implica igualdad, porque sus determinaciones, contextos o actores los particulariza y porque la autodeterminación es de dudosa pertinencia en la integración e interrelación de los procesos reales complejos, no técnicos ni inventados.

El corsi y recorsi de Giambatista Vico (1668-1744) están arraigados en la tradición de muchos pueblos, por la experiencia y la regularidad de procesos, que aparentemente parecen confirmar esta creencia. Pero, no es posible ratificarlo, dado que los actos y fenómenos ocurren en múltiples formas y circunstancias que no son posibles igualar. Sin embargo, tampoco es posible admitir que cada acto o fenómeno sea absolutamente diferente a otro de naturaleza similar, Vico no proponía la igualdad, pero suponía el retorno de ciclos semejantes autónomos a través de los tiempos. Se podría decir que un sismo es particular, porque las causas son distintas en cada espacio, por el tipo de sismo, profundidad, movimientos tectónicos etc., y porque su impacto está determinado por la estructura de los suelos, de los materiales y tipo de construcciones, así como por las creencias, culturas o por experiencias propias o ajenas, pero los sismos no son autónomos como tampoco lo son sus ciclos, pues los movimientos de estructuras y capas tectónicas no han desaparecido, pero tampoco los procesos revolucionarios son iguales, ni las políticas liberales, hoy imperantes.

Los fenómenos conocidos de naturaleza similar tienen una conceptualización común, de otro modo, la comunicación no sería posible por carecer de una expresión o patrón asociado con algún fenómeno al cual referirse. El lenguaje cotidiano y el científico dan cuenta de las realidades, como modos de aproximación para conocerlas y distinguirlas, cuya exploración permitirán nuevas denominaciones sobre sus composiciones particulares. El reconocimiento de la complejidad de las realidades, deben también enriquecer las expresiones lingüísticas.

Luego, el eterno retorno será relativo, porque no será el mismo del pasado ni absolutamente distinto, pues ninguna realidad natural, física, social o individual, constituyen modelos que puedan ser replicados idénticamente, las realidades complejas cambian, evolucionan y se transforman relativamente, como también lo debe distinguir el lenguaje en la comunicación cotidiana.

La transformación de la realidad ha convertido en obsoletos los conocimientos del pasado o solo son expresiones simbólicas del pasado para falsificar y distorsionar los acontecimientos para fines extraños de las condiciones existentes, como ocurre en los medios y las expresiones politiqueras en el Perú, que deshonesta e indignamente insultan y calumnian a quienes protestan, demandan y defienden los intereses sociales y nacionales. Las falsedades, represiones y asesinatos contra el pueblo son crímenes de lesa humanidad que aplauden los tiranos y sus medios.  

Sustentar visiones o concepciones caducas, inmorales o ignorantes, son prácticas comunes en los medios mercantilizados y controlados políticamente. La veracidad, salvo honrosas excepciones, no forma parte de la actuación periodística contemporánea, la vergüenza se dibuja en la mediocridad de su ejercicio profesional antagónico con lo público y lo político.

El dinamismo de las realidades complejas no es un proceso mecánico o técnico, porque no es una creación humana para satisfacer necesidades particulares. Las técnicas son creaciones producto de la inteligencia e imaginación que ha acompañado la existencia humana en todos los tiempos, facilitando sus quehaceres y necesidades, convirtiéndose en el presente en el símbolo del capitalismo contemporáneo.  Los procedimientos y aplicaciones técnicas, en el actual sistema, son construcciones en serie con características y formas de funcionamiento estandarizado para consumo y usos masivos que inciden y modelan las relaciones laborales y sociales en el presente globalizado.

La aceptación de la concepción sobre el retorno sin fin, el eterno pasado o la predeterminación del futuro, constituyen el fin de la historia, de la ciencia y también de las particularidades de las sociedades y de los individuos, para imaginarlo recurrente, sin distinción temporal de los acontecimientos, hechos o fenómenos, como un mecanismo tecnocrático que supedita todas las relaciones. Es imposible suponer que las realidades, pensamientos y lenguajes sean inmutables, como lo postulan los dogmas de todo tipo, religiosos, políticos, lingüísticos o culturales.

En el ámbito político ideológico se habla de izquierda y derecha, de revolución y fascismo, de liberalismo y socialismo o de democracia y dictadura como pares dialecticos que se implican y contraponen, pero a pesar de su concepción generalmente aceptada por los medios, la jerga política y el pensamiento vulgar, no es posible validarlas porque los procesos a los que hacen referencia no están representados contemporáneamente por sus pretendidas denominaciones. Muchas de las acepciones lingüísticas y conceptuales no se corresponden con el estado del conocimiento ni el dinamismo de las realidades, afectando la significación de la comunicación y la comprensión social.

Esto es, los procesos políticos se han modificado, sin tener o no interesar otras conceptualizaciones ante los cambios políticos contemporáneos. Un lenguaje que no exprese la significación de la realidad, sin duda la distorsiona o impide la comunicación, al hacerla equivalente con un pasado inexistente. Así, el pensamiento liberal que encarnó las aspiraciones de libertad en pueblos oprimidos, en la actualidad es la representación de la libertad de quienes poseen el poder de esclavizar poblaciones y naciones en regímenes fascistas. El socialismo considerado clásicamente como la manifestación social y política contra el capitalismo en transición hacia un sistema que erradique la explotación social de la clase burguesa, en el presente los sistemas políticos  socialistas, han dejado de ser alternativos al capitalismo, para constituirse en sus propulsores que cimentan el capitalismo en sus espacios sociales, así como Estados gobernados por partidos políticos socialistas hoy administran el crecimiento y la expansión capitalistas en sus sociedades. Asimismo, el acto electoral considerado como expresión de democracia, se ha constituido en un procedimiento instrumental y técnico, donde la sumatoria de votos no representa, no garantiza ni es democracia. La designación electoral de alguien que regirá el destino de una nación y de individuos que aprueban leyes indignas en favor de los ricos y de magistrados que interpretan leyes en beneficio propio, de ningún modo es democracia, por el contrario, es el ejercicio totalitario, en nombre de la democracia contra el pueblo y la nación. La democracia no puede ser reducida a la individualización del voto, menos aún, representar la voluntad, decisión y actuación colectiva en la sociedad. La mal llamada democracia electoral ha conformado auténticas autocracias que subordinan los poderes del Estado, como en los casos del Perú, Argentina, Costa Rica, Nicaragua o Venezuela. Las elecciones hoy en día han consolidado poderes establecidos y las inventadas regulaciones jurídicas sustituyen, técnica y dictatorialmente, la voluntad de la ciudadanía.

En el presente se recurre al eterno retorno para destacar la presencia de posiciones de las derechas fascistas del pasado en nuestra América, cuando en realidad nunca se alejaron del capitalismo ni del poder político, por el contrario, su demagógica y corrupta presencia incide en su influencia entre los subalternos y sus organizaciones.

La transformación de la realidad ha convertido en obsoletos los conocimientos del pasado o solo son expresiones simbólicas del pasado para falsificar y distorsionar los acontecimientos para fines extraños de las condiciones existentes, como ocurre en los medios y las expresiones politiqueras en el Perú, que deshonesta e indignamente insultan y calumnian a quienes protestan, demandan y defienden los intereses sociales y nacionales. Las falsedades, represiones y asesinatos contra el pueblo son crímenes de lesa humanidad que aplauden los tiranos y sus medios.  

Sustentar visiones o concepciones caducas, inmorales o ignorantes, son prácticas comunes en los medios mercantilizados y controlados políticamente. La veracidad, salvo honrosas excepciones, no forma parte de la actuación periodística contemporánea, la vergüenza se dibuja en la mediocridad de su ejercicio profesional antagónico con lo público y lo político.

 

*Dr. Juan Alberto Huaylupo Alcázar. Catedrático. Facultad de Ciencias Económicas. Universidad de Costa Rica. Actualmente profesor jubilado.Soy egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), Magister Scientiae en Ciencias Sociales. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO México). Doctorado en Economía. Universidad Nacional Autonoma de Mexico (UNAM). Autor de articulos académicos en diversos países, autor de artículos  en obras colectivas y autor de tres libros.