Herbert Mujica Rojas

La foto delata a Alberto Kenya Fujimori como un exreo rebosante de salud y anunciando la reactivación de sus redes sociales para “defenderse”. El sujeto que avaló la quiebra moral del país, la fractura insólita de todos los principios de soberanía y remató las empresas peruanas, practica un cinismo descarado.

 

alberto fujimori interno libre

Por arte de birlibirloque y la complicidad de autoridades venales, el ex dictador que apoyó alborozadamente al Grupo Colina, herramienta letal para deshacerse de enemigos vía el crimen, Kenya Fujimori protagoniza escenas muy bien montadas.

La mentira, blasón indubitable de su actuar público, una vez más, insulta al país.

¿Cómo va la fiesta por casa? Al haber dado muestras de pensamiento propio Fujimori ha alborotado a más de una tienda, sobre todo, la propia. Hay quien, postulante hasta en tres oportunidades (2011, 2016 y 2021), que tiene el piso completamente movido.

¿Sería la edad un problema a discernir a quién dan su colaboración las grandes empresas y grupos económicos que sí saben qué clase de paz y estabilidad jurídica les daría la presidencia de Alberto Kenya Fujimori? Me temo que la señora Keiko está en desventaja.

Además, los grupos económicos, muy cercanos al robo, coima, no pago de impuestos, sobornos al por mayor y compra al peso de jueces y autoridades policiales y gubernamentales, asegurarían que la sucesión en caso de muerte, la ocupe alguno de sus rábulas.

Pero ¡un momento! ¿Estamos hablando de una rifa o una tómbola? ¡Para nada! Discurrimos por la presidencia del Perú que algunos —sobre todo Kenya— entienden como el arte de repartir zonas de influencia, inversiones con retornos más que rápidos y ultra rentables. Definitivamente para alguna gentuza, la noción de patria se parece a una torta de cumpleaños y sus ricas porciones.

¿Cuál será el cálculo político de Kenya Fujimori? ¿Creerá que todos son estúpidos y débiles mentales en Perú? Nadie para mientes en su supuesta mala salud. El mismo nos persuade con sus apariciones a paso rápido, que está bien y que el disfraz de enfermo está exclusivamente reservado para cuando comparece en los juzgados. ¡Para nada más!

Cierto es que la degradación política en el país es de dimensiones cataclísmicas. ¡Cualquiera es un señor, lo mismo un burro que un gran profesor! Pirañitas envejecidos, cuyos hijos siguen los malos pasos, no hesitan en asaltar al prójimo desde el escaño o el puesto burocrático.

¿Cómo explicar el voto popular muy significativo del fujimorismo? Aún a sabiendas que durante lustros se ha demostrado la monra y deshonestidad de sus principales cabecillas.

El asistencialismo y obsequio de toda clase de colegios, edificios, obras múltiples, muchas cayéndose a pedazos, fueron parte activa del gobierno de Kenya Fujimori. Pueblos perdidos a los que llegó el señor de marras, conservan el recuerdo. Y la comparación con otros que jamás se hicieron presentes queda en la memoria colectiva.

¿Qué han hecho los clubes electorales para combatir al fujimorismo? El alanismo, esa otra lacra que destruyó al Partido Aprista, ha sido su cófrade y acompañante fiel. Engullida la otrora masa aprista, fugó hacia los grupos de Acuña y Fujimori.

¿Qué hicieron otros grupos de la izquierda socialista o comunista? Nada o muy poco significativo. Los intelectuales de quiosco o consultores de ONG se hicieron ricos viviendo del Estado pero sin construir la alternativa política novedosa e importante.

El resultado que vemos con sectores derechistas, conservadores, racistas e ignorantes por las calles, es el infeliz resultado de esta falta de actividad que como creación heroica debió ser la alternativa. Y no lamentaríamos el espectro desastroso actual.

El fujimorismo en su vertiente oficial aún por definir, Kenya o Keiko, tiene voto copioso. Para el votante poco importa la limpieza o ejecutoria de sus “líderes”, votan por ellos.

Alguna vez Nico Mujica Alvarez Calderón, me refirió cómo los sanchecerristas asistían a los debates del Congreso Constituyente de 1931 y escuchaban los discursos de Manuel Seoane, Luis Alberto Sánchez, Manuel Arévalo, Luis Heysen y otros muchos brillantes adalides.

Salían motivados, instruidos y los sanchecerristas rompían sus carnés de afiliación para ir a formar plaza militante en el aprismo auroral. Entonces las masas sí tenían presencia, y muy fuerte, en las calles.

Si los grupos políticos de alternativa no forman una gran alianza con puntos mínimos, el peligro para el 2026 se cierne filudo y amenazante. Está el fujimorismo en su derrotero por capturar el sistema electoral y acaso haya llegado el fin de la JNJ.

Vamos a ver.

 

 07.03.2014

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Señal de Alerta

 

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