"Todos sabemos que debemos censurar las cosas en algún nivel, pero la regla principal para mí es que el proceso debe ser transparente", señala el filósofo esloveno.

La censura moderna puede ser más peligrosa que el totalitarismo abierto, ya que se encuentra oculta e incorporada en la rutina, comentó el filósofo esloveno Slavoj Zizej a RT, con respecto a la filtración de información privilegiada de Google.

Durante esta semana, el grupo conservador de transparencia Project Veritas publicó documentos entregados por Zachary Vorhies, un exempleado de Google. Los documentos parecían confirmar que Google puede aumentar o reducir la clasificación de las fuentes de noticias de acuerdo a un conjunto de reglas internas aparentemente sesgadas. Vorhies también filtró un documento que detalla la "lista negra" de Google donde se encuentran enumerados casi 500 sitios webs, incluidos medios conservadores e izquierdistas.

El intelectual cree que la "falsa elección" entre la censura políticamente correcta y el liberalismo radical es una trampa. "Todos sabemos que debemos censurar las cosas en algún nivel, pero la regla principal para mí es que el proceso debe ser transparente. No de la manera ―estoy hablando del Occidente desarrollado― de la que se hace ahora, cuando de repente alguien está prohibido y ni siquiera se le permite debatirlo", explica Zizek.

También explicó que no defiende la anarquía en línea, y al compararla con películas de estilo 'snuff' o pornografía 'hardcore', expone la necesidad de crear alguna regulación para bloquear contenido que pueda resultar ser dañino en Internet. Sin embargo, una de las cosas que más le preocupa a Zizek es la supresión de voces en línea por motivos políticos.

Zizek afirmó a RT que Google probablemente no sea la única mega corporación tecnológica con este tipo de control estricto sobre el menú digital de sus usuarios, pero "el proceso no es una especie de trama oscura", sino una caída discreta "en una sociedad nueva y controlada". Ya no sabes "si hay policías secretos que te siguen o hay alguien que lee tus correos", sostiene, al explicar que el control moderno está oculto y no declarado.

"Lo que es aterrador es que ni siquiera lo percibimos como algo controlado. Simplemente usamos las redes sociales, compramos cosas, vamos al médico, y todos los datos sobre nosotros están allí. Pero estas son las cosas que percibimos como nuestra libertad. Entonces, lo que percibimos como libertad se convierte en la forma en que somos controlados", concluye el filósofo.

 

RT, 20.08.2019