Denuncian atentado contra la salud en restaurante de dirigente del PPC
propietario_restaurante_emperador.jpg
 Propietario del local


Medio centenar de personas abandonaron en estampida un conocido restaurante en la zona más comercial del Rímac. El lugar, cuyo propietario intentó postular a la alcaldía de ese distrito, estaba infestado de cucarachas y los platos eran servidos en pésimas condiciones de salubridad.

Alertados por los propios trabajadores, indignados comensales ingresaron a la cocina y almacén del local y  hallaron una enorme cantidad de pollos en estado de putrefacción que eran remojados en lejía antes de ser llevados al horno.

Un grupo de vecinos denunció públicamente al propietario y administradores de un concurrido restaurante de pollos y parrilladas ubicado en una de las zonas más transitadas y comerciales del distrito del Rímac, luego que los propios clientes descubrieran, advertidos por algunos trabajadores del local, las pésimas condiciones de salubridad e higiene en que se manipulan y preparan los alimentos en dicho establecimiento.


Denunciaron los vecinos que los hechos sucedieron en el restaurante de pollos a la brasa y parrilladas El Emperador, un conocido local ubicado desde hace más de diez años en la esquina de la avenida Samuel del Alcázar 660 y calle Las Calezas, a sólo unos pasos del supermercado Metro, al costado de la botica BTL y frente a una comisaría de la Policía Nacional, en una estratégica zona comercial del populoso distrito.

El local, según manifestaron los moradores de la zona, es administrado por Víctor Juan Mamani Mamani y Raúl José Mamani Mamani, hijos del propietario del establecimiento, Francisco Mamani Quispe, dirigente del Partido Popular Cristiano (PPC), quien en las últimas elecciones municipales fue precandidato a la alcaldía del Rímac por esa agrupación política e incluso, según allegados al empresario, semanas atrás pretendió ser incluido en la lista de postulantes al Congreso de la República por la Alianza por el Gran Cambio (PPK), sin lograr su cometido.

Según refirieron testigos, fueron algunos trabajadores del local quienes, impagos e indignados por las pésimas condiciones laborales, de seguridad y salubridad en que eran obligados a trabajar, aprovecharon la hora de mayor afluencia de clientes para advertir a cerca de 50 personas que en ese momento comían en el restaurante, sobre el mal estado de los pollos a la brasa y demás potajes que estaban consumiendo.
 
 restaurante_emperador_rimac.jpg
 
Varios comensales, alertados por este hecho, ingresaron a viva fuerza a la cocina y almacén del restaurante, descubriendo que estos ambientes estaban infestados por enormes cucarachas que caminaban a vista y paciencia de los cocineros, entre el menaje de cocina y los alimentos, varias de ellas volando de una pared a otra y algunas sumergidas en los sucios baldes repletos de papas y ensalada que se servían junto a los pollos a la brasa.

Sin embargo, lo que exacerbó la ira de los clientes fue hallar, en un ambiente también plagado de insectos, mugrientas tinas donde más de un centenar de pollos en visible estado de putrefacción eran remojados en lejía, a fin de quitarles el nauseabundo olor que emanaban, para luego servirlos bajo varias capas de aderezo a los infortunados comensales, con la apariencia de un apetitoso pollo a la brasa e incluso a precios altos, según manifestaron los denunciantes.

Mamani Quispe, propietario del restaurante, tras ser puesto al descubierto sólo atinó a decir que "por una cucarachita nadie se iba a morir", aunque no pudo impedir que los comensales se retiraran masivamente del lugar, ante la mirada atónita de los transeúntes y comerciantes de la zona, quienes aseguran que este no fue un hecho aislado, pues en las últimas semanas han sido testigos de los constantes reclamos de ocasionales clientes, quienes han encontrado moscas, arañas, trozos de cucarachas y demás alimañas en los platos de pollo a la brasa.

Ante este grave atentado contra la vida y la salud, los vecinos exigieron la inmediata intervención de la Fiscalía de Prevención del Delito, la Dirección General de Salud Ambiental (DIGESA) y del alcalde distrital del Rímac, Enrique Peramás Díaz, a fin de formalizar la denuncia del caso y proceder a la clausura definitiva del local.