Ripley se burla: cuidado con los artefactos usados

El servicio que brindan es más atrasado que el de un país africano pobre

Si usted va a comprar a Ripley algún artefacto, esté listo para que esta tienda se burle de usted si tiene que efectuar un reclamo, como sucede a una lectora que compró un televisor.


La señora Arnulfo compró un televisor de 29 pulgadas. Cuando se lo mostraron en la tienda, ella vio la caja abierta, por lo que pidió que se lo cambien, por ser usado. Le replicaron que no tenía por qué temer, pues, según ellos, era un televisor nuevo.

El aparato tiene una garantía de 24 meses, pero a menos de un año comenzó a fallar: la imagen está distorsionada. Al parecer, se trata de un aparato usado vendido falsamente como nuevo.

Cuando la señora fue a pedir que le cambien por otra marca se han negado. No hay administrador en la tienda donde compró (Los Olivos), no tiene dónde quejarse, los empleados del mostrador sólo le dan la salida de reparar, por lo que se vio obligada a acceder.

La agraviada advierte que conoce a más personas que les ha sucedido lo mismo al comprar artefactos en Ripley. ¿Qué está sucediendo, están trayendo la basura que los chilenos descartan para hacerla pasar como nueva en el Perú?

Nadie lo atenderá por teléfono

Después que nos presentó su caso decidimos llamar a Ripley, y para ello hemos intentado a llamar a más de 5 locales de esa empresa, además del local de Los Olivos y no responden.

En internet buscamos la central, que funciona tanto para las tiendas como para el banco Ripley de la misma marca: no responden en servicio al cliente, ni en gerencia ni en los distintos locales. En total hemos realizado unas 45 llamadas en un lapso de dos días, sin conseguir contactar quién atienda el reclamo, nadie da razón, sólo se puede llegar hasta la operadora, la cual a su vez nos traslada a uno y otro anexo que nunca responde.

Estaremos insistiendo sobre este caso y acudiremos al local si la tienda sigue sin responder por teléfono.

Mientras tanto, advertimos a los potenciales compradores que por lo menos tendrán pérdida de tiempo asegurada porque serán casi imposible hacer cualquier consulta o reclamo telefónico, tendrá que perder el tiempo pidiendo permiso en su trabajo si desea reportar algún desperfecto o realizar alguna consulta, pues deberá dirigirse al mismo establecimiento y para recibir un mal trato.

Es probable que se trate de un televisor usado vendido como nuevo, pues las tiendas chilenas tienen un amplio prontuario de denuncias y multas en Indecopi. La misma lectora nos advierte que conoce a otros compradores que les ha sucedido lo mismo.

Viendo esta clase de trato subdesarrollado con el que vienen las empresas chilenas en el Perú, a ganar dinero con estas indeseables prácticas empresariales, se hace necesario que las normas de protección al consumidor incluyan la existencia o ausencia de atención de consultas telefónicas para servicio técnico como parte de la promoción de sus productos, de modo que Indecopi pueda castigar la falta del servicio cuando ha sido promocionado.