Ana Delicado Palacios
 
Primero fue la osadía de llevar una caravana de kayaks hasta el corazón de Buenos Aires. Luego irrumpieron en su hábitat natural los carpinchos, no enterados de la intrusión que protagonizaron en una megaurbanización del municipio bonaerense de Tigre, Nordelta, asentada sobre un área que era un humedal frente al delta del río Paraná.
 
 

humedales

 

 
Estas novedades, dadas a conocer a la opinión pública durante estos días, esquivaron con éxito la campaña electoral previa a las elecciones primarias que se celebrarán el 12 de septiembre. Ninguno de los principales candidatos que tratan de seducir al votante por estos días se dieron por interpelados, como si el tema ambiental transitara por un corredor ajeno al de la política.
 
Llegaron entonces los incendios, con la quema de unas 7.000 hectáreas, hasta el momento, en las islas que se hallan a la vera del Paraná dentro de la provincia de Santa Fe (centro-este).
 
En estos últimos días, columnas de humo y ceniza envolvieron el cordón urbano aledaño a las ciudades de Rosario y Villa Constitución, y se desplazaron después hasta los municipios de San Nicolás y Ramallo, frente a la capital homónima de esta jurisdicción.
 
"Nunca se vio tanta quema", advirtió el director de Bomberos Zapadores, Andrés Lastorta, al evidenciar el trabajo extenuante de las brigadas forestales, sin tregua ante la magnitud y extensión de las llamas. "Está la mano del hombre que no toma consciencia de lo que está perjudicando es al medio ambiente como a la salud de las personas que viven en esas ciudades", señaló a Radio Dos de Santa Fe.
 
Cientos de manifestantes cortaron el domingo uno de los principales puentes de la provincia, el que comunica las ciudades de Rosario y Victoria, en demanda de una Ley de Humedales. Ese reclamo apoyaron el mismo día miles de personas al responder al "Comando Carpincho", una convocatoria de grupos ambientalistas que llamaron a movilizarse en al menos quince zonas del país cercanas a humedales para visibilizar la urgencia de proteger este ecosistema.
 
Más de 620.000 firmas reclaman a los legisladores que sancionen una normativa resistida por especulaciones inmobiliarias y lobbies relacionados con sectores ganaderos, agropecuarios y petroleros. De no tratarse antes del 20 de noviembre, el proyecto perderá estado parlamentario.
 
TERRITORIO COMPROMETIDO
 
"Falta voluntad política para avanzar con esta ley", sentencia en diálogo con Sputnik la coordinadora del área de Ambiente del Instituto de Investigación Económica y Política Ciudadana, Silvia Ferreira.
 
El 21 por ciento del territorio argentino se asienta sobre humedales. "No es sólo el Río Paraná, que atraviesa 5.000 kilómetros desde Paraguay hasta su desembocadura en el Río de La Plata", refiere. Los humedales también están a lo largo de la cordillera, en zonas desérticas, en el litoral, en los salares del norte del país, en las lagunas que están en el centro, y en la costa patagónica del sur.
 
En suma, "no hay cuencas hídricas que no tengan estos ecosistemas, que cumplen la función de regular las fuentes de agua", aclara Ferreira. "Lo mismo sucede en la ciudad de Buenos Aires y en la costa del Río de la Plata, donde avanzan proyectos inmobiliarios para hacer edificios de lujo".
 
En representación de 380 organizaciones, más de 60 kayakistas comenzaron el 11 de agosto una travesía a remo de más de 350 kilómetros por el Río Paraná, hoy con un cauce que se encuentra en niveles mínimos y que ha provocado la declaración de emergencia hídrica en siete provincias del país, hasta llegar al Congreso en la capital argentina. El requerimiento volvía a ser el mismo: la Ley de Humedales.
 
Ante el desinterés de los candidatos, más de 300 agrupaciones pidieron que los debates que se organicen en medios de comunicación incluyan la agenda ambiental. "Lamentablemente, no es prioridad para la mayoría de los dirigentes políticos, sean del oficialismo o la oposición", constata la activista.
 
El jefe de gabinete, Santiago Cafiero, afirmó por estos días que para el Gobierno de Alberto Fernández "es esencial la agenda ambiental" y que la "Ley de Humedales es parte de esto". No hay un seguimiento a estas palabras, ni directrices a los diputados de la coalición gobernante a fin de que movilicen el proyecto en las tres comisiones que todavía deben emitir dictamen para que la norma sea tratada por el plenario.
 
La Ley de Humedales, una iniciativa tan alabada como resistida, plantea un inventario de los humedales en las once regiones del país que los albergan, y un fondo para garantizar su protección.
 
Desde principios de año y hasta el 31 de agosto fueron arrasadas en incendios 149.332 hectáreas en todo el país, de acuerdo al Servicio Nacional del Manejo del Fuego. En 2020 se quemaron otras 1,1 millones de hectáreas. Algunos activistas lo definen en una palabra: ecocidio. 
 
 
Con información de Sputnik