PROMPERÚ, Gobierno Regional de Junín y DIRCETUR presentaron guia de viajes "Junín, donde late el corazón del Perú"

guia_junin.jpgCon el fin de promover los destinos turísticos y diversificar la oferta actual de la Región Junín, la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (Promperú) y la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (DIRCETUR Junín) presentaron la Guía de Viajes “Junín, donde late el corazón del Perú”, edición de 300 páginas promovida por el Gobierno Regional de Junín y financiada por la empresa Minera Chinalco Perú. La ceremonia se llevó a cabo en el auditorio de Promperú, en San Isidro.

 

En el lanzamiento oficial de la publicación estuvieron presentes la subdirectora de Turismo Interno de Promperú, María Soledad Acosta Torrely; el director regional de Comercio Exterior y Turismo de Junín, José Luis Álvarez Ramos, así como representantes de CANATUR, APAVIT, AHORA y otras instituciones del sector turismo.

La ocasión, además, fue propicia para rendir homenaje al ancestral pueblo de Mito, distrito ubicado a sólo 30 minutos de la ciudad de Huancayo, en la provincia de Concepción, cuna de la tradicional huaconada de Mito, danza que el pasado martes 16 de noviembre fuese reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

La Guía de Viajes "Junín, donde late el corazón del Perú" se caracteriza por ser ágil, dinámica y moderna, y porque además compila a través de fotos y texto, el espacio geográfico, histórico y cultural más integrado, moderno y diversificado de la región Junín y sus nueve provincias.

Con esta Guía de Viajes, los turistas peruanos y extranjeros podrán recorrer los mejores destinos de la región, conociendo sus atractivos turísticos y su cultura. Esta guía tiene la novedad de estar diseñada en su conjunto, para ser usada con un GPS, lo que permite que todos los destinos mostrados estén georreferenciados y viajar sea una experiencia divertida y totalmente segura. Con esta nueva tecnología aplicada al campo del turismo, Junín se pone a la vanguardia en el Perú, ofreciéndoles una publicación de primer nivel.

Huancayo, Concepción, Junín, Jauja, Tarma, Chanchamayo, Chupaca y Satipo son las nueve provincias que presentan una diversidad de climas, bailes, platos típicos, lugares llenos de vegetación e incluso sitios donde uno puede relajarse y olvidarse del estrés, como es el caso de la Selva Central del país.

Junín es el departamento privilegiado para el turismo, por sus ferias y fiestas patronales, pero la más importante es la Feria Dominical de Huancayo, que se realiza en un eslabón del famoso Camino del Inca. Otra curiosidad es la típica posición de los comerciantes de los puestos feriales, que permanecen largas horas, en cuclillas, en un alarde popular de dominio físico. El valle del Mantaro ofrece, además, magníficos paisajes como la laguna de Paca y lugares tan acogedores como el criadero de truchas de Ingenio, en Concepción. Asimismo, San Jerónimo de Tunán es un pueblo de artesanos en filigrana de plata, mientras que en Hualhuas están los mejores tejedores de la región.

El Convento de Ocopa, en el distrito de Santa Rosa de Ocopa, provincia de Concepción, tiene una biblioteca colonial fascinante. Tarma es la ciudad centroperuana de mayor importancia durante los tiempos colonial y republicano. Fue centro de la Intendencia de Tarma y del departamento de Tarma. Mantiene arraigadas costumbres religiosas que encuentran su máxima expresión en Semana Santa, cuando las calles de su hermoso centro histórico se llenan de hermosas alfombras de flores multicolores.

La parte selvática abre al turista un mundo exótico: San Ramón, Chanchamayo, La Merced y Satipo son claros ejemplos de ello. Puerto Ocopa es un lugar atractivo para pescar (es posible ver la unión de los ríos Perené y Pangoa, que dan nacimiento al río Tambo) y, por supuesto, el Gran Pajonal. Destaca también la Misión de Cutivireni, a orillas del río del mismo nombre, paraíso natural con impresionantes cataratas formadas por los afluentes del río Cutivireni, de cientos de metros de caída. A 30 minutos por avioneta o 4 horas de camino a pie, se encuentra el Santuario Nacional Asháninka de Cutivireni, donde se puede visitar las aldeas de la tribu y explorar los territorios de densa vegetación e interesante fauna silvestre.

Gastronomía de la Región Junín, orgullo nacional

En la gastronomía peruana, sin lugar a dudas, el plato más conocido en todo el Perú es la "papa a la huancaína", maravilla gastronómica del país que ha dejado de ser parte de su región y se ha extendido a nivel nacional. Cabe recalcar que lo que se conoce hoy por hoy como papa a la huancaína, ya es un plato criollo (de origen limeño). Su antecedente data de la época colonial, en que la mujer del ande secaba al sol el "uchu" (rocoto) y en un "batán", lo molía con queso fresco y lo servía sobre papas amarillas, oriundas de esta región. Con la llegada del ferrocarril en 1908, los organizadores del evento deciden que esta fecha debía tener un plato representativo que fusione a Lima con Huancayo y es así como este plato se modifica, hasta convertirse en lo que hoy conocemos como papa a la huancaína.

Hay otros potajes que, por su sazón original e ingredientes diferentes, son típicos. Destacan la pachamanca, cuyo antecedente histórico es la huatia, que se elabora con carne de cuy, alpaca y pato silvestre; el human caldo o como lo conocen también en la feria dominical de Huancayo, "Levanta muertos"; la trucha frita, la patasca, que es un plato afroandino que data de la época en que los negros esclavos llevaban sobre sus lomos la carga para la capital Jauja y que fusiona el alimento milenario de los indios con las costumbres de los negros caucajan, de comer las partes blandas de la res y cerdo en una suculenta y nutritiva sopa; el yacu chupe, sopita de verduras y queso fresco ideal para las mañanas frías; el picante de cuy, el carnero al palo (su mejor preparación se encuentra en Concepción); el cuy y chicharrón colorado; el huallpa chupe, que dista mucho del caldo de gallina limeño; la gallina tarmeña y el sancochado oroyino.

Entre sus postres figuran la gelatina de pata, el dulce de melocotón y sus bizcochos en forma de guaguas (niños recién nacidos). Para beber, existe la chicha de jora y el "calentito" (aguardiente mezclado con té) para el frío. En la selva de la Región Junín se tiene como bebida típica nativa el masato, preparada a base de yuca (cañiri) y camote (koricha). Esta bebida es elaborada en forma general por los nativos de la amazonia y los que perviven en la zona de Selva Central son los nativos asháninkas, amueshas, piros, nomatsiguengas, entre otros.

La huaconada, patrimonio inmaterial de la humanidad

La huaconada de Mito fue reconocida como Patrimonio Cultural de la Nación por el Instituto Nacional del Cultura (INC), mediante resolución Nº 925–INC–2003, el 23 de diciembre del año 2003, y alcanzó fama mundial tras haber sido considerada el pasado 16 de noviembre de 2010, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, durante su quinto período de sesiones realizado en la ciudad de Nairobi, capital de la república africana de Kenya.

Cada 1, 2 y 3 de enero de todos los años se revive esta tradicional danza de control social cuyo único protagonista es el huacón, personaje de enorme nariz, gesto amargo y voz estentórea que, imponiendo respeto, sale a las calles del pueblo a velar por el orden y el cumplimiento de los valores morales y las buenas costumbres. Podemos encontrar algunos indicios que nos dan certeza de estar ante una de las danzas más antiguas del mundo. Así por ejemplo, según el vocabulario de Gonsales de Holguín, "Huacón" tendría que ver con Kon, dios andino conocido como Apu Kon–Ticci Wiracocha.

También en las crónicas anónimas del quechua publicadas en 1586 por Antonio Ricardo, se afirma que puede confundirse “huacón con máscara” estableciéndose una generalización errónea, pero es clara la referencia específica y puede concluirse que se trata de una danza inyectada de una enorme carga de admiración y sorpresa, por la fuerza expresiva de las máscaras. El padre José de Acosta, en su “Historia natural y moral de las Indias”, dice que en el Perú  antiguo había danzas que eran llamadas “huacones”, cuyas máscaras tenían un gesto del puro demonio. Por su parte, hacia el año 1662, el fiscal mayor del Arzobispado del Corregimiento de Cajatambo, Agustín Capcha, rogaba a sus superiores que se encomendara la destrucción de los elementos con que los indios tenían la costumbre de bailar en los días de fiesta, en una usanza de actividades que se llama huacón, con unas máscaras de lo más feo que se puede ver.

Estas son sólo algunas de las numerosas referencias de crónicas coloniales de festividades en diferentes partes del territorio, desde la meseta del Collao hasta Huarochirí. Mito es el único pueblo que actualmente conserva esta danza en toda su plenitud y es considerado como una de las expresiones folclóricas más antiguas del Perú, aunque ha ido sufriendo las modificaciones que el tiempo y la vida le han impuesto, pero mantiene en toda su plenitud la poderosa fuerza del espíritu que con increíble intensidad se expresa a través de ella. Es un testimonio vivo de herencia cultural en toda la región Junín.

En el pueblo de Mito, en la provincia de Concepción, se conservan los valores ancestrales más significativos de la danza de los huacones. Es una danza de control social y la única danza que no tiene motivación religiosa, histórica ni agrícola. Los huacones, en los tres primeros días de cada año, son los “alcaldes” que fueron siempre en nuestras comunidades las autoridades máximas. En esta danza, se opera una singular transformación del danzante, pues iniciando la danza, el huacón cobra una nueva personalidad e impone respeto absoluto.

Sus movimientos están llenos de gravedad que sobrecoge; entonces, para tratarlo hay que hacerlo con respeto, inclinando un poco la cabeza y empleando las expresiones que exige la tradición: “Señor alcalde”. El huacón responde con palabras casi sordas, marcando mucho las “r” (letra r), transformándose en la máxima autoridad del pueblo, dispuesto a cuidar que las normas morales que gobiernan la comunidad se cumplan y castigando a los infractores de los mandatos y exigencias de la moral colectiva. El huacón resulta así la encarnación del poder fundado en la moral. La careta es el elemento nuclear de la danza y es elaborada por los mismos danzantes; es  imponente e inspira respeto.