Comercio con otros países y cuerdas por separar


El comercio, el intercambio de bienes y servicios dentro de un país y entre países responde a necesidades prácticas de la vida; siempre alguien necesita algo para comer, para vestirse, para construir, etc.; y correspondientemente hay quien tiene y vende lo que otro necesita.


Estamos hablando del comercio —entre países— en su forma más básica, situación en que no influyen en la actividad en comercial en sí elementos ajenos como condicionamientos políticos, rencillas históricas, afán de obtener ventajas sólo por un lado, etc.

Cuerdas separadas y por separar

Se ha expuesto extensamente sobre las ventajas o desventajas que puede haber en las relaciones comerciales entre países. En este caso es necesario señalar que hay expositores o promotores (léase políticos y periodistas) que defienden intereses contrarios a nuestro país y sostienen que las relaciones comerciales entre países contribuyen a fomentar la confianza y el entendimiento entre países. Consecuentes con este `planteamiento, los delincuentes y mercenarios de la política y de los medios de comunicación gritan a los cuatro vientos la necesidad de evitar que los asuntos político-diplomáticos obstaculicen las buenas relaciones comerciales, el intercambio de bienes y servicios entre los países.

Eso es lo que defienden los rateros metidos a políticos o comunicadores en el caso del Perú y Chile; por eso dicen que una cosa es la usurpación que comete Chile en Tacna y en el mar territorial peruano (que nos ha obligado a presentar demanda contra Chile en la Corte Internacional de Justicia de La Haya) y otra cosa es el “provechoso” y “positivo” intercambio comercial entre el Perú y el país que robó Tarapacá y Arica (he ahí el cuento de las “cuerdas separadas” en su expresión más pura y transparente).

Quién es quién

En el comercio entre países SÍ IMPORTA VER CON QUIÉN SE COMERCIA Debemos desestimar la prédica de los rateros de la política y la comunicación que tras el biombo del concepto de la “integración” defienden los intereses de sus mandantes chilenos. El primer requisito para comerciar es saber bien, tener claro, con quién se comercia. Si es un país enemigo, que invadió el Perú, cometió asesinatos, ratería y terrorismo y además nos robó territorio, debemos ponernos en guardia y examinar cuidadosamente la situación.

Los políticos corruptos que viven del dinero de los contribuyentes peruanos y los periodistas que han sucumbido al vil dinero del enemigo chileno evitan encuadrar las relaciones entre el Perú y Chile CON PERSPECTIVA HISTÓRICA Y CON PERSPECTIVA DE FUTURO; para estos traidores a la patria basta con el hecho de que un país sea vecino1 de otro para que haya comercio. “Debe haber integración y complementación de las economías de Chile y el Perú”, dicen estos repugnantes sirvientes, que al ser personas sin siquiera un mínimo de dignidad pasan por alto la figura de que EL PERÚ NO DEBE TENER NINGUNA INTEGRACIÓN NI COMPLEMENTACIÓN CON CHILE, PAÍS RATERO Y ENEMIGO DEL PERÚ. Para refutar a esta lacra social que en el Perú descaradamente defiende a los chilenos en la vida política, en la diplomacia, en la prensa escrita, en la radio y en la televisión, exponemos casos en que por diversas razones países colindantes no tienen relaciones comerciales o las tienen en un grado limitadísimo. Para ilustración de nuestros lectores y desenmascaramiento de las mencionadas ratas prochilenas exponemos los siguientes ejemplos.

Turquía-Armenia

Tras una tormentosa historia de guerras y grandes matanzas, cuando a comienzos de la década de 1990 Armenia proclama su independencia, establece relaciones diplomáticas y comerciales con Turquía. El comercio era ventajoso para ambos países, y posiblemente más para Armenia, país pequeño de 3,5 millones de habitantes, frente a Turquía, que cuenta con 70 millones de habitantes. Todo iba bien, hasta que en los años 1992-1994 se desata una guerra entre Armenia y Azerbaiyán por el enclave armenio de Nagorno-Karabaj, que estando dentro de territorio azerí proclamó su autonomía. Los armenios, de religión cristiana, ganaron la guerra; pero esto tuvo sus consecuencias, pues los turcos, siendo amigos y correligionarios musulmanes de los azeríes, cortaron relaciones diplomáticas y comerciales con Armenia y además suspendieron, hasta el día de hoy, el tráfico ferroviario Turquía-Armenia2.

Israel-Siria

Las relaciones de estos dos países han sido conflictivas desde la creación del estado de Israel en 1948. La última guerra entre ambos países fue en 1973, año en que Israel consolidó su control sobre las alturas sirias del Golán. Pese a todos los intentos de mediación, este conflicto no tiene solución, ya que para normalizar las relaciones los israelíes no aceptan la condición de los sirios, de que se les devuelva los territorios ocupados en 1973. El comercio entre ambos países es minúsculo y no hay comunicación ni por mar, ni por tierra ni por aire.

Colombia-Venezuela

Por desavenencias políticas, el gobierno de Venezuela ha decidido suspender todos los vínculos con Colombia; incluso los venezolanos han destruido puentes que unían localidades de ambos países. Lo curioso e increíble del caso es que el presidente Álvaro Uribe, demostrando una completa falta de dignidad, ha protestado contra la decisión venezolana y denuncia que Venezuela, que critica el embargo económico de los EE. UU. contra Cuba, está haciendo lo mismo con Colombia3. ¿Qué obligación tiene Venezuela de comprar de los colombianos? Ahora ya verán qué hacen los colombianos que creían tener sus ganancias aseguradas en el intercambio comercial con Venezuela. Eso les pasa por confiarse mucho en un vecino (y eso que Venezuela no es país enemigo de Colombia, como Chile sí es enemigo del Perú).

Lecciones

Hay varios casos más semejantes a los que acabamos de reseñar, pero el común denominador es que las naciones involucradas en estas situaciones de bloqueo económico NO TRATAN POR SEPARADO LOS ASUNTOS POLÍTICO-DIPLOMÁTICOS DE LOS ASUNTOS COMERCIALES. Y hacen bien; no es posible ni conveniente tener comercio o comunicaciones con un país cuya conducta es hostil o contraria a los intereses políticos de otro, sean o no vecinos4. Como dato interesante, destacamos que ninguno de los seis países que hemos mencionado ha entrado en crisis o ha sufrido algún daño grave a su economía. Simplemente buscan otros países de quienes comprar o a quienes vender y todo sigue normal.

En este sentido, es aleccionador lo que pasa con Colombia. Sus exportaciones a Venezuela siempre han sido considerables y ventajosas, y hasta se habían acostumbrado y entraban en su planificación los ingresos resultantes de la exportación a Venezuela; pero la realidad ahora les dice que tendrán que exportar a otros países. Las enseñanzas que debemos extraer los peruanos de esto son las siguientes:

1) Los temas político-diplomáticos sí deben tenerse en cuenta en las relaciones comerciales. Es traidor y contraproducente alimentar la economía de Chile, país enemigo, que nos hizo y hace daño y quiere comerciar con el Perú para que seamos todo el tiempo exportadores de materias primas.

2) Es necesario diversificar los destinos de nuestras exportaciones y las fuentes de nuestras adquisiciones. Visto así el asunto, es alarmante que nos acostumbremos a exportar a Chile, país delincuente y enemigo del Perú

3) Como en los casos de Turquía y Armenia e Israel y Siria, debemos cortar comunicaciones con Chile, por tierra, mar y aire. No debemos conceder ninguna ventaja (como es el caso de la aviación comercial) a una nación que siempre ha buscado perjudicarnos y destruirnos. Es una vergüenza y hedionda flor de corrupción el permitir que el enemigo utilice aeropuertos y cielos peruanos para su aerolínea LAN.

4) Cuidarse de los espejismos. Los rateros prochilenos mercenarios de la política y la comunicación destacan que en el intercambio comercial entre Chile y Perú hay un superávit que favorece al Perú (el Perú vende más a Chile que Chile al Perú); pero estos delincuentes ocultan la realidad de que el mayor porcentaje de nuestras exportaciones a Chile es de materias primas5.

5) El Perú no debe contribuir al mayor desarrollo de nuestro enemigo; toda relación con ellos es y será asimétrica y desigual, siempre será —si la dejamos existir— más beneficiosa para Chile que para el Perú. Al mencionado engañoso superávit añadimos la grotesca y traidora apertura6 de los cielos peruanos con todas las ventajas para Chile y ninguna para el Perú: se les da paso para que sus AVIONES ESPÍAS DE LAN vayan al norte (EE. UU. y Europa) a cambio de que las aerolíneas peruanas viajen al sur, a la Antártida.

Teniendo en cuenta los diversos aspectos de la relación Perú-Chile, hay que denunciar como conducta de traición a la patria y atentado contra la dignidad nacional, los declarados propósitos del actual gobierno aprista de limitar el desarrollo del país exportando gas a Chile, al mismo tiempo que se habla de “exportar energía” a dicho país, lo cual es echar sal y ají a la herida, pues al hecho de potenciar la productividad del norte chileno, donde se ubica Codelco7, se añade el acentuar el sometimiento del Perú a Chile, considerando que el norte chileno es territorio peruano usurpado. Desde el punto de vista del enemigo, esta situación se resume en la siguiente enunciado: “ESCUCHA, PERÚ, TE HE ROBADO TARAPACÁ Y ARICA, ESTOY USURPÁNDOTE ESE TERRITORIO Y AHORA VÉNDEME GAS Y ELECTRICIDAD PARA BENEFICIARME MÁS DE LA USURPACIÓN”.

Para que los estados de la región vivan tranquilos, en América del Sur lo mejor es desconfiar de los países vecinos, especialmente de uno que se conoce como delincuente: Chile —si no, preguntémosle a Bolivia qué le pasó con Chile—, y comerciar más bien con países lejanos. Desde esta perspectiva, es bueno que haya TLC con países de Europa y Asia. Es fantasioso y sospechoso hablar de integración cuando la predisposición natural de casi todos es agredir al vecino o robarle. Si se hace esfuerzos por la integración, habrá que separar la paja del trigo: excluir de cualquier integración a CHILE, PAÍS DELINCUENTE, mientras siga usurpando territorios de Bolivia (Antofagasta) y Perú (Tarapacá y Arica).

La usurpación del triángulo de cerca de cuatro hectáreas de Tacna y más de 37 000 km2 de mar, el reiterado espionaje contra nuestro país, el desaforado armamentismo dirigido contra el Perú, la manipulación de políticos que se convierten en altoparlantes de la extorsión chilena8, por mencionar unas pocas perlas, son motivo más que suficiente para que borremos a Chile de nuestro comercio, es un país enemigo del Perú y es un peligro constante. Contrariamente a lo que expresan los políticos y periodistas corruptos que viven del dinero chileno, lo más saludable para la armonía entre el Perú y Chile, lo que inclusive va a contribuir a la seguridad, es ignorarnos mutuamente y evitar generar cualquier tipo de dependencia de un país con el otro. Somos países enemigos, nos usurpan Tarapacá y Arica. Todo nos separa de Chile, país que roba territorio a sus vecinos.
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1 Tengamos presente que Chile es un vecino a la fuerza; llegó a limitar con el Perú previo robo del litoral boliviano y subsiguiente robo de nuestros territorios de Tarapacá y Arica.

2 La relación de solidaridad entre Turquía y Azerbaiyán es una muestra de la efectividad de una diplomacia consecuente, afirmativa y sin complejos. Sobre esto decimos más: Turquía con toda probabilidad hubiese atacado militarmente a Armenia si no fuese porque tropas rusas cuidan la frontera entre Armenia y Turquía, en virtud de un tratado de defensa mutua entre Armenia y la Federación Rusa.

3 Son situaciones diferentes. Los EE. UU. no sólo prohíben que empresas de su país comercien con Cuba sino, además, toman medidas de represalia contra empresas de otros países que comercien con Cuba. Venezuela no se opone a que otros comercien con Colombia; simplemente no quiere comerciar con este país.

4 Conocidísimo es el caso, durante el gobierno del presidente Bush, de cómo el Congreso de los EE. UU. vetó la concesión de un puerto estadounidense a un país árabe que no sólo no es enemigo de los EE. UU., sino su aliado. Los EE. UU., el país paradigma del liberalismo económico que festejan los rateros peruanos de la política y la prensa, sí toma en cuenta la política a la hora de definir asuntos comerciales.

5 Lo que acentúa nuestra condición de país exportador primario, mientras que Chile es un país que tiende a exportar productos con mayor grado de transformación. Seguir con esta tendencia nos condenaría a ser un país económicamente subordinado y que, contraviniendo sus intereses, fomentaría el desarrollo industrial de Chile, enemigo declarado del Perú.

6 Aquí no debe quedar títere con cabeza. Es necesario establecer responsabilidades desde los funcionarios corruptos que prepararon informes favorables al enemigo chileno hasta ministros rateros, políticos y periodistas vendidos que defienden la causa de LAN. Tampoco debemos dejarnos engañar por quienes aparentando una posición nacionalista abogan por el establecimiento de una aerolínea peruana de bandera, pero no dicen una palabra acerca de prohibir de manera absoluta las operaciones de LAN en el Perú.

7 La empresa estatal chilena del cobre, que destina el 10% de sus ganancias al equipamiento de la fuerza armada chilena, que se prepara apara agredir al Perú.

8 Nos referimos a Alan García Pérez y Javier Velásquez Quesquén, quienes en su afán de servir a la causa del enemigo destacan el hecho de que hay miles de peruanos trabajando en Chile, con lo que buscan confundir o atemorizar a quienes dicen las cosas claras en defensa de los intereses del Perú. Si nuestro país nada en la prosperidad y hasta despierta envidia por ello, como dicen los prochilenos apristas, no ha de ser nada difícil absorber a los peruanos que regresen de Chile. A los políticos cobardes y serviles les decimos que sería bienvenida la expulsión de peruanos en Chile, porque eso aceleraría la expulsión de todos los chilenos del Perú, con sus empresas y todo.