Chilenos dueños de Machu Picchu

Sigue la grave situación de ver Machu Picchu, nuestro más representativo monumento de los incas, en manos del enemigo chileno. Como si hubiesen ganado otra guerra, los  chilenos hacen lo que quieren en nuestro país. Ahora que entra al poder el gobierno del Partido Nacionalista Peruano (PNP) de Ollanta Humala será necesario que demuestren con hechos que combaten la corrupción. Las concesiones que favorecen al enemigo proveniente del sur no tienen ninguna base legal, fueron hechas por el corrupto gobierno del extranjero Alberto Fujimori y no nos comprometen a respetar este robo. El PNP debe salir del engaño: no es posible que griten “¡Abajo la corrupción!” y al mismo tiempo cohonesten y avalen un faenón del ladrón Alberto Fujimori; todo lo que hizo este delincuente es ilegal, mala suerte de los chilenos que eligieron mal con quien tratar (en realidad, ni deberían haberse acercado por acá).


Además, el PNP debe sacudirse de su condición de cómplice de Chile, porque en ningún momento la bancada nacionalista del Congreso luchó para corregir esta vergüenza nacional ni menos movilizaron a las masas para expulsar del Perú a los rateros chilenos. Esperemos que rectifiquen su proceder y defiendan los intereses del Perú sacando a los chilenos y pasando ferrocarril y hoteles a manos de empresas peruanas o del estado el tiempo que sea necesario.


¡Chile se adueñó de Machu Picchu!
Ante complacencia de las autoridades, testaferros chilenos y LAN controlan la vía Cuzco-Machu-Picchu y se apropian de los trenes, hoteles e incluso tierras de la Ciudad Sagrada de los Incas. Todo el negocio que rodea a la “Nueva Maravilla del Mundo” y orgullo del Perú es explotado por extranjeros

Ingrata noticia en el centenario del descubrimiento de Machu Picchu por el aventurero Hiram Bingham.

Aunque resulte increíble, la formidable ciudadela de Machu Picchu, en el Cuzco, está bajo control de extranjeros, no de los peruanos. Todo el negocio que rodea al histórico santuario inca, reconocido por la UNESCO como “Patrimonio Cultural de la Humanidad”, Nueva Maravilla del Mundo y símbolo indiscutible de la peruanidad, se encuentra hoy prácticamente en poder de operadores anglo-chilenos.

Los chilenos no solo tienen el monopolio del acceso a Cuzco-Machu Picchu, a través de la aerolínea LAN, que trae diariamente turistas del Perú y el mundo a través de sus vuelos nacionales e internacionales, sino que controlan la entrada misma a la ciudadela inca porque manejan el único tren de acceso a Machu Picchu, también en forma monopólica.

Además, administran los más importantes hoteles de turistas, como el famoso Hotel Monasterio del Cuzco.

Todos son negocios altamente rentables por la gran cantidad de turistas —del Perú y del mundo— que diariamente acuden a Machu Picchu.

Esta inaudita situación nace por las cuestionables concesiones que se hicieron en la etapa final del gobierno de Fujimori. En 1999 el consorcio formado por Peruval y la británica Orient Express tomó la concesión de la ruta del ferrocarril que comunica la importante fortaleza inca de Machu Picchu con el mundo exterior. Desde entonces, este consorcio, a través de la empresa Fetransa, explotó el acceso al conjunto arqueológico, que recibe una media de 2 mil 500 visitantes al día, quienes pagan más de 100 dólares por el recorrido en tren hasta la ciudadela. Esto quiere decir que al mes obtienen millonarias ganancias.

Según denuncias a las que accedió EL PODER, los chilenos operan a través de sus socios ingleses de Orient Express y administran directamente Perú Rail, empresa del consorcio encargada del tren Cuzco-Machu Picchu, el único que entra y sale de la famosa ciudadela inca.

Hace un tiempo, chilenos ligados al grupo LAN han ingresado al sector turismo y han adquirido importantes hoteles en la ciudad imperial.

Muchos analistas han denunciado tan inaceptable situación, pero el gobierno nunca las atendió. El reconocido sociólogo Rodrigo Montoya critica abiertamente esta abierta penetración mapocha:

“Empresarios chilenos tienen el monopolio del ferrocarril Cuzco-Machu Picchu y disfrutan de la concesión del hotel Machu Picchu, muchos otros hoteles, grifos y farmacias. Están comprando también tierras en Urubamba, el Valle Sagrado de los Incas. Controlan puertos, líneas de transporte interprovincial de largas distancias, parte de las empresas eléctricas, tienen grandes cadenas de tiendas. En el valle de Ica compran tierras con el fin preciso de exportar”.

Lo inaudito es que la concesión del tren realizada en 1999 fue por ¡30 años! y en forma monopólica a favor de los operadores ingleses-chilenos. Así, en virtud del contrato suscrito por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), el 20 de setiembre de 1999 fueron transferidos a Fetransa los activos fijos y el material rodante de la línea Sur que va de Cuzco hasta Machu Picchu.

Los chilenos no solo controlan la única línea férrea al santuario arqueológico, también han obtenido la concesión del reconocido hotel Monasterio y del hotel Machu Picchu Sanctuary Lodge, ubicado a la entrada de la ciudadela inca.

Rodrigo Montoya no oculta su indignación: “¿Qué tenían y tienen en la cabeza los peruanos que permitieron y permiten que los chilenos se beneficien con el ferrocarril Cuzco-Machu Picchu? Las concesiones regalo por treinta años son simplemente una ofensa al Perú”.

“¿No podrían haber sido gestionados estos negocios por una empresa peruana?”, se pregunta este notable intelectual.

Cabe anotar que en la concesión de dicho hotel hubo un notable faenón. Un hotel como el de Machu Picchu cobra una media de 500 a mil dólares por noche; y, sin embargo, fue entregado por el Estado por un periodo de 30 años a cambio de la absurda suma de ¡6000 dólares mensuales!

En el 2007, el entonces Presidente Regional del Cuzco, Hugo Gonzales Sayán, señaló que las “malas privatizaciones y concesiones realizadas llevaron a que la ciudad imperial deje de percibir entre 500 y 700 millones de dólares en los últimos diez años”. Denunció entonces el robo y latrocinio en estos procesos y reclamó que se “renegocien todos los contratos de concesión con estas empresas”, pero nadie le hizo caso.

Resultaría saludable que el nuevo gobierno decidiera revisar los contratos de concesión en el caso de la vía férrea a Machu Picchu y el de los hoteles, para ver si hubo irregularidades. En el Cuzco, es vox populi que Perú Rail es manejado por chilenos desde hace un buen tiempo, y encima cometen abusos y discriminan a los cuzqueños que quieren visitar el santuario inca.

Empero, nuestra pregunta es: ¿por qué el gobierno de Fujimori y el de Alan García permitieron tamaño latrocinio contra el país?


El Poder, año II, N.o 170, Lima del 25 al 31 de julio de 2011.