Uvas peruanas hacen caer 15% precio de las chilenas en los EE. UU.

Menores costos de la mano de obra y mayor disponibilidad de agua están impulsando este negocio en el Perú.

El fuerte crecimiento que ha experimentando la industria de uva de mesa peruana está generando los primeros dolores de cabeza a las exportadoras nacionales.

Durante las primeras tres semanas de 2012, el precio de la uva en su especie Sugraone, exhibió una baja de 15% en la costa este de Estados Unidos, según datos de Decofrut. La Sugraone corresponde a una veriedad blanca sin semilla de calibre L, y es la especie más representativa para comparar valores en esta etapa del año.

 

Manuel José Alcaíno, presidente de Decofrut, afirma que la disminución se explica, en gran parte, por el aumento de las exportaciones del fruto desde Perú, a lo que se suma una mayor producción de California.

Ejemplo de lo primero es el incremento que muestra la producción del fruto en el país vecino. De acuerdo con cifras de la Asociación de Productores de Uva de Mesa de Perú, en lo que va de la temporada 2011-2012 ya se han exportado cerca de 93 mil toneladas, volumen que supera a todos los envíos del país en la temporada 2010-2011.

En la industria nacional explican que los más afectados con este boom son los productores de la III Región. Esto, porque la cosecha de uva del país vecino comienza a partir de octubre, mientras que en Atacama parte en diciembre. Lo anterior les permite a los empresarios peruanos arribar primero a EE.UU. con sus productos, logrando aprovechar los altos precios que paga este mercado al inicio de la temporada.

Otro punto que genera preocupación son los menores costos de mano de obra del Perú, especialmente en los valles de Ica y Piura, donde se desarrolla con mayor intensidad la producción de uva de mesa.

“Perú está produciendo muy buena uva roja, principalmente Red Globe. Además, cuenta con la ventaja de tener una mano de obra mucho más barata”, señala el presidente de la Federación de Productores de Fruta (Fedefruta), Antonio Walker.

De acuerdo con cálculos de la industria, en el país vecino el pago por temporero es cerca de un 80% más bajo que en Chile.

Otro de los factores que han amenazado la competitividad chilena de la uva de Copiapó es la disponibilidad y uso del agua. Según Ronald Bown, presidente de la Asociación de Exportadores de Fruta (Asoex), si en Chile se utilizan 500 m {+3} de agua por tonelada de uva producida, en Perú ese volumen baja a 300 m {+3} .

“A eso hay que sumarle los serios problemas de disponibilidad de agua que están teniendo en la III Región, debido al consumo que están exhibiendo las mineras del recurso”, afirma Bown.

Los agricultores nacionales señalan que dicho fenómeno ha llevado a varios productores a tener que arrancar sus plantaciones, debido a las dificultades para mantener sus frutos.

Sobre este último punto, Alcaíno es categórico. “Perú va a seguir plantando y seguirán aumentando sus exportaciones. Los productores chilenos de uva roja van a tener que reinventarse si no quieren dejar de ser competitivos”.

Bown agrega que este diagnóstico ya está asimilado en la industria nacional, por lo que se está trabajando en un plan intensivo de introducción de variedades nuevas y asimismo nueva tecnología de producción, que permitan recuperar la pérdida de competitividad.

Casi el 50% de las exportaciones de uva de mesa de Chile van a Estados Unidos. Para Perú también es su principal destino.

80% más es el costo de la mano de obra del campo en Chile, versus Perú.

150 mil toneladas de uva produciría la industria peruana durante la temporada 2011-2012, de acuerdo con iQonsulting.

300 m {+3} de agua utilizan en Perú por una tonelada de uva. En Chile se usan 500 m {+3} .

Compañías locales interesadas por producir en suelos vecinos

Así como crece el mercado productor de uva de mesa en Perú, también aumentan los interesados por producir en esas tierras. Varias compañías chilenas han evaluado la posibilidad de comprar terrenos en los valles peruanos, ya que así podrían disponer de uva antes de que se coseche la producción nacional.

A ello se suman los menores costos de mano, que motivan a algunas empresas a comprar producción directamente.

Hace un año la exportadora Verfrut, que en Chile tiene tres mil hectáreas, compró 1.200 al noreste de Perú. Ello con la idea de tener fruta antes de tiempo, ya que en ese país la cosecha se lleva a cabo antes que en Chile. En  valles como el de Piura -una de las principales zonas del desarrollo de esa actividad- se retira la uva entre octubre y noviembre, mientras en Chile la primera recolección de esta fruta sale en diciembre desde Copiapó.

Por su parte, Río Blanco, la principal exportadora de uva de mesa del país, en 2010 adquirió el 50% de la empresa agrícola Inversiones del Pacífico en Perú. Hace un tiempo Carlos Barros, gerente general de la empresa, señaló que Perú es más competitivo, porque en los últimos 10 años han registrado un costo de producción mucho más barato que Chile.

A su vez, en la temporada pasada la exportadora Agricom compró uva a productores peruanos para anticiparse en algunos mercados. Pero éstas no son las únicas compañías interesadas en este tipo de negocios, Unifrutti, la segunda mayor exportadora del país también se encontraría analizando la opción de arribar a Perú ante las dificultades que exhibe Copiapó.

Principales frutícolas peruanas ya suman envíos por US$ 37 millones

El crecimiento de la industria peruana de uva de mesa se ha traducido en que las empresas de ese origen estén siendo conocidas a nivel mundial. El Pedregal es la mayor productora de uva de ese país y se ubica en el valle de Ica. En 2010 dicha firma totalizó exportaciones por US$ 14 millones. Le sigue la Sociedad Agrícola Drokasa, que cuenta con dos fundos en el valle de Ica y uno en Barranca. En el mismo período sumó envíos por US$ 12, 7 millones. El tercer protagonista de este creciente mercado es el Complejo Agroindustrial Beta. La compañía tiene presencia en las zonas de Ica y Piura, y su cede administrativa se encuentra en Lima. En 2010 exportó un total de US$ 10,8 millones.

Pese al crecimiento, dichas empresas aún están lejos de alcanzar a las exportadoras chilenas, como la multinacional Dole, la empresa de capitales italianos Unifrutti y Copefrut. Esta última, ligada a la familia Soler.

Fuente: El Mercurio