El IPE no sabe sumar

Por Humberto Campodónico

 En su presentación ante la Comisión de Presupuesto del Congreso, la Dra. Graciela Ortiz, nueva jefa de la Sunat, dijo que el costo fiscal de la reducción de aranceles sería S/. 3,000 millones anuales. Inmediatamente, los neoliberales del IPE han salido a criticarla, afirmando que sus cifras son incorrectas, por lo que "la Sunat no sabe sumar". Pero los que no saben sumar son ellos. Veamos.

Importaciones, ingresos arancelarios y pérdidas. Perú 2004-2008 (en US$ millones y en %)

El IPE dice que en el 2006 solo se recaudaron S/. 2,847 millones por aranceles. Por tanto, ¿cómo se podrían perder S/. 3,000 millones en el 2008, como dice la Dra. Ortiz? La respuesta: en el 2006 se recaudaron US$ 869 millones (S/. 2,847 millones) por un total de importaciones de US$ 14,866 millones. Esto nos da una tasa de recaudación promedio por aranceles de 5.8%. En el 2008, las importaciones totales sumarán US$ 27,606 millones (proyectando las cifras del I semestre) y se recaudarán US$ 619 millones (también proyectando el I semestre). Por tanto, la recaudación por aranceles baja de US$ 869 millones a US$ 619 millones del 2006 al 2008: una pérdida de US$ 270 millones.

Pero para estimar la pérdida real, hay que multiplicar las importaciones del 2008 por la tasa de recaudación del 2006 (5.8%). Así, la recaudación en el 2008 hubiera sido de US$ 1,614 millones y no solo de US$ 619 millones, como ahora (ver cuadro). La diferencia es de US$ 995 millones, que equivale a los S/. 3,000 millones que menciona la Dra. Ortiz. No hay error, entonces, en sus cifras.

En su crítica, el IPE da un segundo argumento: la rebaja arancelaria ha aumentado las importaciones y, por tanto, el IGV que estas pagan. Por ello, este aumento del IGV hace que "la reforma arancelaria se pague sola, permitiendo el acceso a insumos y equipos en condiciones más competitivas".

Segundo error. Las importaciones ya venían creciendo a tasas anuales superiores al 20% (lo que es enorme) desde el 2003, debido a tres factores. Primero, el crecimiento económico, que comienza en el 2002. Segundo, las enormes utilidades de las empresas que, según la consultora Gerens, otorgan a las empresas rentabilidades del 25% anual (también enorme). O sea que tenían harta "caja" para aumentar las importaciones.

Tercero, la apreciación de la moneda nacional, que pasó de S/. 3.41 por dólar a S/. 3.13 en el 2007 (8%) y a S/. 2.85 (16%) en lo que va del 2008. Esta apreciación es mucho mayor que la rebaja de aranceles a los bienes de capital (de 4% a 0 %) y a los bienes de consumo duradero (de 12% a 9%).

Así, el alza del IGV se hubiera dado de todas maneras, porque las importaciones ya crecían a velocidad de crucero. El aumento adicional del IGV atribuible a la rebaja arancelaria es mínimo y mucho menor que el costo fiscal de S/. 3,000 millones que estima la jefa de la Sunat.

Entonces, ¿qué lógica tenía bajar los aranceles? ¿Acaso estábamos en una recesión y había que dar un "incentivo" a la importación? No. La economía crecía a todo vapor. ¿Acaso formó parte de una estrategia comercial? No. Por el contrario, nos perjudica porque no se negoció la rebaja con los otros países. Se trató de una decisión unilateral (criticada por los gremios industriales) que los neoliberales del MEF, con Carranza a la cabeza, le vendieron al Dr. García: le dijeron que la rebaja arancelaria disminuiría la inflación (todos sabemos cuánto le preocupa), lo que no sucedió.

El problema ahora es que nos acercamos rápidamente a un déficit de la balanza comercial. Además, la pérdida de S/. 3,000 millones (casi 1% del PBI) reduce la capacidad de inversión en infraestructura y en programas sociales, así como en la mejora de los bienes y servicios del Estado. A lo que se suma que este gobierno incumplió su promesa de un impuesto a las sobreganancias mineras y petroleras por los altos precios, que ahora comienzan a bajar (oportunidad perdida). El IPE tiene que comenzar a aprender a sumar.

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