Vientos negros para la industria de confecciones

Por Humberto Campodónico


De enero a julio del 2008, las importaciones de prendas de vestir aumentaron de US$ 82 a 126 millones —el 53%— con respecto al 2007. Impresionante. Las importaciones de China ocupan el primer lugar con US$ 96 millones, el 76% del total. Mucho más lejos vienen Colombia y Bangladesh, con el 7 y 2%.

Importaciones de prendas de vestir (en US$ millones y en %)

Los principales importadores fueron Ripley y Saga Falabella con US$ 25.6 y 23.3 millones, el 38% del total. Tercero está Topytop con el 14% y más lejos vienen Leo Andes, Valditex, Supermercados Peruanos y Wong. Conclusión: China es el principal exportador y Ripley, Falabella y Topytop importan las prendas de vestir, principalmente, de ese país.

Las importaciones se aceleran debido, de un lado, al crecimiento económico y, de otro, a las rebajas arancelarias del DS 138-2007-EF de octubre del 2007: el arancel baja del 20 al 17% para las prendas de vestir: camisetas, chalecos, sostenes, pantalones, overoles y mantas, entre otros. O sea, prendas también producidas por las empresas locales.

La rebaja, según el MEF, tuvo como objetivo declarado la baja de la inflación. Pero eso no sucedió, pues la inflación de Telas y Prendas de Vestir, según el último reporte del INEI, fue de 3.2%, de octubre del 2007 a setiembre del 2008, situándose por encima del tope de 3% de la meta de inflación del BCR.

La situación es, entonces, difícil para los productores locales, pues China está barriendo con sus competidores, no solo en el Perú, sino en todo el mundo. ¿Para qué, entonces, se bajaron los aranceles? Todo lo contrario hizo la Unión Europea, que a fines del 2005, acordó límites al crecimiento de las importaciones textiles de China hasta fines del 2008, con un máximo de 12.5% (en el Perú en solo 7 meses crecieron 57%). Un acuerdo similar se negoció entre EEUU y China. Ambos expiran a fines del 2008.

Así, en el 2009 los exportadores textiles peruanos tendrán que competir con China, tanto en EEUU como en la UE. La cuestión es que las exportaciones de confecciones peruanas a EEUU —el principal mercado, con el 59% del total— ya han comenzado a disminuir por la crisis en EEUU, según Adex.

Normalmente, el mercado interno es la base de apoyo de los exportadores nacionales. Pero aquí eso no sucede porque las importaciones chinas han copado el mercado local, perjudicando a los productores para el mercado interno. Lo que es peor: en la negociación del TLC con China, Perú ha excluido muchos artículos del rubro textil, pero China dice que deben ser incluidos.

El problema es que en este tira y afloja negociador, el gobierno quiere, sí o sí, firmar el TLC con China en noviembre, en la cumbre del APEC. Si la consideración "política" disminuye la defensa del mercado textil peruano (así como en otros mercados), entonces, es casi seguro que la industria textil será arrasada, empleadores, empleados y obreros incluidos. Mientras tanto, los importadores se frotan las manos. Y no olvidemos que la recesión global en marcha amenaza superar a la de 1929.

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