DL 1086, las Mypes y la renuncia de Pasco


Grandes empresas ya están tras el despido de trabajadores amparándose en las normas de las Mypes


El traslado de la competencia sobre las Pequeñas y Microempresas (Mypes) del ministerio de Trabajo al de la Producción ocasionó la renuncia del ministro de Trabajo Mario Pasco Cosmópolis, disgustado porque el manejo de las Mypes tiene mucho que ver con el aspecto laboral.


En realidad, la creación del ministerio de la Producción invade competencias del ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, pues, como su nombre lo dice, debe buscar mecanismos que promuevan la creación de empleo, por tanto, una medida más sana sería convertir al ministerio de la Producción en una dirección del ministerio de Trabajo, así se evita mantener burocracia que duplica funciones.

Para ser más desagradables, al retirar la competencia de las Mypes a Producción maltrataron a Pasco diciendo que nunca hizo nada por las Mypes, lo cual contradice la realidad, pues Trabajo tiene bien organizada una red de promoción de las Mypes, que incluye capacitación y facilidades para la formalización y creación de nuevas Mypes.

Es lamentable el retiro de Pasco, laboralista reconocido, para cambiarlo con un militante aprista, es como cambiar un Mercedes Benz con una carretilla. Sin embargo, más grave que el traslado de competencia de las Mypes es el contenido del DL 1086, dictado por García en junio, el cual Pasco promovió.

El asunto de fondo en la cuestión de las Mypes es el DL 1086, que promueve la precarización del empleo, recorta derechos al trabajador y pretende promover a las Mypes a costa de las espaldas de trabajador que pasa a ser casi una pieza descartable del proceso productivo, como ya lo habíamos analizado (ver: Pequeñas empresas: iras y mentiras de la Valenzuela, Microempresas: iras y mentiras de la Valenzuela, DL 1086: Frankenstein que asalta al trabajador I, DL 1086: Frankenstein que asalta al trabajador II, DL 1086: Frankenstein que asalta al trabajador III, DL 1086: Frankenstein que asalta al trabajador IV). El DL 1086 contempla, entre otros:

Microempresa

  • Remuneración: antes se consideraba el mínimo vital, ahora puede ser menos.
  • Vacaciones: se mantiene en 15 días
  • CTS y gratificaciones: no tiene antes ni ahora.
  • Indemnización por despido arbitrario: antes era una remuneración por año laborado con tope de seis sueldos; ahora es un tercio de sueldo por año trabajado, con tope de tres sueldos.
  • Horario: antes era 8 horas diarias y 48 semanales; ahora sólo se menciona 8 horas diarias.


Pequeña empresa:

  • Número de trabajadores: antes era un máximo de 50, ahora el tope es 100.
  • Ventas anuales: el tope anterior era de 850 UIT (S/.2’975,000), ahora es 1,700 UIT (S/.5’950,000).
  • CTS: antes era 30 días por año de trabajo por año, sin tope, ahora 15 días por año de trabajo, pero con tope de 6 remuneraciones, es decir, no pasará de medio sueldo.
  • Gratificaciones: antes era un sueldo en julio y otro en diciembre, ahora medio sueldo en julio y medio sueldo en diciembre.
  • Vacaciones: antes era 30 días por año, ahora 15 días por año.
  • Indemnización por despido injustificado: antes era un sueldo y medio por año con tope de 12; ahora es 2/3 de sueldo por año trabajado, con límite de 4 sueldos.


Aquí lo más importante es modificar o derogar el DL 1086, que no es más que una ley del cholo barato. Tan es así que grandes empresas, como bancos, ya están cursando cartas de despido o conminando a los trabajadores a aceptar incentivos, pues parte de su estructura será convertida en Mypes. ¿La gran banca ahora se va a fragmentar en Mypes? ¿Qué pobrecitos no?

En realidad, el DL 1086 ve al trabajador como una cosa, pues mezcla beneficios para la creación de las Mypes, lo cual es netamente cuestión empresarial, con los derechos laborales, que son una materia superior que debía haberse visto de manera separada.

Si el DL 1086 respetara los derechos del trabajador, no sería grave que las Mypes pasen a la jurisdicción del sector Producción, pues el ministerio de Trabajo siempre podría hace respetar los derechos de los trabajadores.

En todo esto sí hay que destacar que el ministro Pasco haya demandado más facultades al ministerio de Trabajo, pues si una empresa viola los derechos, como máximo el ministerio puede multar.

Trabajo debería tener un poder coercitivo por lo menos igual al de la SUNAT, es decir, la facultad de sancionar los incumplimientos graves con sanciones mayores, como el cierre, pero para eso se necesita un gobierno que entienda que el trabajador es superior al tributo y no uno que se agite como una rama al viento que soplan los caprichos de los empresarios, que de una vez por todas deberían aprender a ser buenos empresarios, que sepan respetar los derechos de los trabajadores y que sean exitosos. No se puede promover al empresario fracasado, que realiza malos negocios y quiere sobrevivir gracias a la explotación del trabajador o que hace buenos negocios, pero quiere enriquecerse a costa de la pobreza del trabajador, sino al empresario exitoso que sabe respetar los derechos del trabajador y le paga bien, como sucede en Europa o Estados Unidos.