El “boom” de América Latina ha terminado

Por Humberto Campodónico


Ese es el título de un reciente artículo de José Antonio Ocampo, ex secretario ejecutivo de la CEPAL y hoy profesor de la Universidad de Columbia en Nueva York. Dice Ocampo, que del 2003 al 2007 América Latina tuvo altas tasas de crecimiento de 5.5% anual del PBI que, sin embargo, fueron menores al récord obtenido en 1967-74 de 6.6%. Agrega que "si se excluye a Brasil y México (que no crecieron tanto estos últimos años), puede afirmarse que la performance promedio de las economías medianas y pequeñas de la región fue excelente".


Este crecimiento se basó en una combinación extraordinaria de 3 factores: altos precios de los productos básicos (petróleo, minerales y productos agrícolas), condiciones excepcionales de financiamiento y altos niveles de remesas de los que viven en el exterior. Dice Ocampo: "cada vez que los dos primeros factores coinciden, América Latina tiene un boom. La última vez que coincidieron fue en los 70, a lo que hay que agregar que los 3 factores nunca se vieron juntos antes".

Pero ahora estos tres factores se han vuelto negativos, lo que comenzó con las remesas. Con respecto al financiamiento, los diferenciales de tasas de interés de la Región (comparadas con EEUU) comenzaron a subir desde mediados del 2008 y, en octubre, han alcanzado un nivel que no se veía desde el 2003. También han caído los precios de los productos agrícolas (lo que golpea a Argentina y Brasil), los minerales (afecta a Chile y Perú) y el petróleo (Venezuela, México y Ecuador sienten la pegada).

Un elemento positivo es "que muchos bancos centrales intervinieron en el mercado de divisas acumulando masivas reservas internacionales (a excepción de México, que dejó flotar su moneda). Esto permite adoptar políticas monetarias expansivas". También resalta que "esta vez no parece que habrá crisis financieras domésticas". Sin embargo, todo depende de cuán fuerte y larga sea la crisis internacional.

En materia fiscal, Ocampo dice que las cuentas fiscales están en azul, lo que se debe a los ingresos extraordinarios, mas no a la aplicación de políticas anticíclicas (guardar plata en la época del boom), con la excepción de Chile. Por ello, dice que seguramente muchos gobiernos se verán obligados a aplicar políticas contractivas.

Ocampo se ocupa en detalle de la caída de los términos del intercambio, tema de vital importancia. Dice que la cuenta corriente de la Balanza de Pagos de Chile, Perú y Venezuela es positiva en el 2007 (4.4, 1.4 y 8.8 % del PBI, respectivamente), dados los precios del petróleo y los minerales. La cuenta corriente es el saldo de las transacciones con el exterior. Cuando hay déficit, se afecta la capacidad de pago del país.

Pero si el resultado del 2007 se calcula con los precios de los minerales más bajos que había antes del boom (ese es el "resultado ajustado"), entonces Venezuela, Chile y Perú no tendrían superávit, sino enormes déficits de cuenta corriente: -14.6, -7.7 y -6.7% del PBI, respectivamente, superando a Colombia y Ecuador.

Agrega que solo Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia tuvieron superávits ajustados de la cuenta corriente. Recordemos que Bolivia, de un lado, aumentó los precios de exportación del gas a los países vecinos y, de otro, legisló para aumentar las regalías que pagan las empresas petroleras y gasíferas.

"América Latina y, en particular, América del Sur, va a tener problemas en el futuro inmediato debido a su fuerte dependencia. El panorama no es tan malo como el de la década perdida (el 80) y la media década perdida (1998-2003). Pero la alta vulnerabilidad a los shocks externos, tanto positivos como negativos, continúa siendo la regla. Quizá lo fundamental es que esto refuta el mito de que América Latina estaba creciendo rápido porque, finalmente, había adoptado las políticas correctas. ¡Los factores externos fueron más importantes!". Efectivamente y, también, para el Perú.

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