En la última década, Chile se ha posicionado como una de las economías más prósperas de Latino América, conjuntamente con Perú y Ecuador, gracias a su sólido cuadro macroeconómico. Todo esto después de haber experimentado un lento crecimiento durante el año 2017 (1,3%), la tasa de recuperación de 2018 alcanzó el 4%.

Ese desempeño fue clave para el avance del sector privado y la revitalización en la producción del cobre.

La inversión extranjera y su aporte

Lo interesante es que ese crecimiento también se reflejó en otros sectores de la economía. Eventos como el incremento de la inversión extranjera fue uno de los componentes clave. Lo que generó que Chile lograra mantener unas reservas internacionales estables.

El crecimiento del sector de viajes y turismo

Este es uno de los sectores de mayor auge, durante el 2017 representó más del 10% del PIB global del país. Tanto que más del 10% de los empleos de Chile están relacionados con este sector. De ahí que, en 2018, Lonely Planet, la guía de referencias para viajeros independientes, declarara a Chile como uno de los principales destinos de viaje. Así que no te pierdas la oportunidad de experimentar su exuberante geografía y de vivir el placer adulto con escorts particulares en Santiago solo para ti.

La deuda pública chilena

La deuda del gobierno central cayó. Este evento es una novedad dado que es la primera vez que se sucede en los últimos seis años. Fue de 2,7 del PIB en 2017 a 1,7 en 2018. Lo mismo han vivido otras economías del polo, por ejemplo, Perú, cuyo PIB aumentó, permitiendo que el poder adquisitivo de sus habitantes aumentara considerablemente.

La fórmula para estos logros es sencilla: aumento de ingresos y descenso de gastos. Tal y como lo muestran los resultados económicos entre el 2017 y el 2018 (la deuda pública chilena apenas aumentó en un 2%).

Los nuevos desafíos de la economía chilena

Pero la historia no acaba aquí, todavía Chile tiene desafíos que asumir: la consolidación de su presupuesto nacional, la racionalización del sistema tributario y la movilidad del empleo. Estos y otros aspectos son los que van a determinar la estabilidad económica del país y aumentar la confianza en su consolidación.

Chile: un país en ascenso

Queda un largo camino por recorrer. Toda esa evolución debe verse a largo plazo. Le toca a Chile y a los chilenos mantener su imagen saludable y próspera. Todas sus estadísticas apuntan a que lo mejor aún está por venir. Esto se considera, principalmente, debido a que Chile se encuentra en el llamado “triángulo del litio en América del Sur” (junto a Argentina y Bolivia), metal que se espera tenga una gran demanda en los próximos años, gracias al uso del mismo como batería para vehículos eléctricos. Hay buenas razones, entonces, para que a Chile se le califique como una economía que, conjuntamente con la peruana y la ecuatoriana, brinda confianza y seguridad de Suramérica.