Herbert Mujica Rojas

Los Pepe el Vivo abundan en Perú y en la industria impresora no es una excepción. La última sacada de vuelta (peruanismo que significa infidelidad extrema), se la hacen las editoriales a los autores, a la capacidad instalada local y, sobre todo, ¡a los trabajadores del ramo!

 

Feria Libro Norte 2015

Aunque usted no lo crea, hay autores peruanos y sin que ellos sepan, pues sus regalías son llevadas al mínimo, cuyas obras son impresas en China. La única y fundamental razón, rentable e irrefutable, es que hacerlo representa un ahorro inmenso aún a pesar del flete de vuelta.

Entre China y Perú hay una distancia de 17,038 kms. Esos folios en forma de libros y puestos en Perú debidamente presentados, recorren esa inmensa longitud y ¡aún así! resultan muy tentadores para las empresas que lo hacen.

Cada libro impreso en China es uno menos en Perú, por tanto, las imprentas locales con capacidad instalada moderna y costosa, no pueden competir con esa picardía que deja sin trabajo a los operarios nacionales.

Una especie de fábrica de costos menores por unidad que ni siquiera sufriendo el importe del flete, deja de proveer inmensas ganancias a quienes financian dicha actividad. El autor recibe lo pactado en términos que no se mueven. Pero si el costo de impresión, deducidos costos y cargas, es minúsculo en China, eso significa rentable y bolsillos llenos en Perú.

Lo insultante es que eso representa un sabotaje a las empresas peruanas que tienen trabajadores debidamente asegurados, en planilla, con larga experiencia de años en la materia y que ahora están sin mayor requerimiento por este asunto que, hay que decirlo, tiene precedentes.

Años atrás, desde el 2016, los pasaportes que se fabricaban en Perú y de acuerdo a las exigentes reglamentaciones de seguridad que se usan en todo el mundo, fueron obsequiadas a una empresa estatal francesa, IN Groupe, Imprenta Nacional, cuyos trabajadores son pagados por el gobierno peruano y sabida es la larga historia de desavenencias ineficientes que han sido narradas en decenas de artículos.

¿Qué significó aquello? Muy simple y vergonzoso: que los obreros peruanos se quedaran sin chamba. Que se beneficiara a una empresa estatal francesa subsidiada por el gobierno galo y que se favoreciera a un monopolio que ha ganado millones de dólares que debieron haberse invertido aquí en Perú.

¿Saben sobre este particular tramposo las entidades que dicen representar a las empresas en el país?, ¿qué están haciendo en materia legislativa comercial para impedir estos costos a barrer que impulsan la “exportación de contrabando hacia el Asia?, o ¿son cómplices de semejante abuso porque tienen que ver en los negociados?

En buen castellano, no sólo el puerto privado de Chancay a cuya inauguración formal, el próximo año, vendrá Xi Jingping, oficializando una entente comercial-militar entre nuestro país y China, sino que ahora hasta los sucesivos gobiernos permiten que lo que se puede, y debe producir en Perú, se vaya al Asia.

¿Saben los clubes electorales, algo sobre este enojoso e indignante particular? Los mofletudos y millonarios cabecillas anuncian marchas, a cual más ridícula, pero que yo sepa ¡jamás! protestan por la desnacionalización de la industria.

¿Cuántos de estos capituleros políticos, sin masas, sin ideas, huérfanos de cualquier formulación doctrinaria o antimperialista, han viajado en muelles cruceros a China? Pocas semanas atrás fue de público conocimiento la excursión de parlamentarios.

Las vacaciones pagadas a cargo de la administración china, no son recientes. En tiempos del gobierno del señor Alan García, un ministro de Defensa que no podía distinguir entre el sonido de un arpa y el silbido de una bala que jamás había visto ni en película, se fue a China 100% for free y bajo responsabilidad de los jerarcas de entonces en Beijing.

Desde largos meses hemos venido denunciando cómo importadores asiáticos traían al Perú mascarillas que no servían contra el covid o para cualquier otra cosa, pero desplazaban y ponían casi en quiebra a las empresas textiles peruanas. Dijimos, asimismo, que esa era una de las razones para que la ambición de los puestos referidos a salud, fueran tan pronunciados.

¡Un genuino amor no al chancho sino a los chicharrones (coimas)!

La inoculación de esta clase de contrabandos y el silencio de que están rodeados, denuncia claramente la complicidad de autoridades y de elementos de los grupos privados y también de los estatales.

Hacerse los bobos cuando se traiciona al país, imprimiendo a 17 mil kilómetros de distancia y privando a trabajadores nacionales de ingreso, constituye una traición sucia y asqueante que seguiremos denunciando.

 

15.11.2023
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